¿Cómo empezó en la música?
–Mis padres siempre me recuerdan que desde pequeño decía que quería tocar el violín, y con 5 o 6 años empecé a estudiar en el la Escuela de Música Luis Morondo de Barañain. Estuve siete años estudiando el lenguaje musical, violín y al tercer año ya entré en la orquesta del propio conservatorio. También jugaba a fútbol, y llegó un momento en el que me coincidían los horarios. Además, mis gustos fueron cambiando, empecé a escuchar mucho rock y me apeteció tocar la batería. Aprendí por mi cuenta, pero eso fue un poco pasajero; estuve un par de años, nunca di clase. Y entonces fue cuando me empezó a gustar la música electrónica.
¿Y cómo le llegó esa afición?
–Empecé por lo que oía en la radio. Por aquel entonces sonaba mucho David Guetta, DJ Tiësto… Le fui cogiendo el gustillo. Yo tendría 13 o 14 años y empecé a trastear con las pocas herramientas que había. Ahora tienes miles de tutoriales, páginas, blogs… Yo me tuve que comer un millón de virus descargándome al ordenador el Virtual DJ… Ahí fue cuando me empecé a meter dentro de la música. Mi único objetivo era ser DJ, ni siquiera pensaba en ser productor. De hecho, no sabía ni lo que significaba eso.
¿Y qué significa ser productor de música electrónica?
–Significa crear tu propia música. Desde que empecé, igual tardé cuatro o cinco años en hacer algo con sentido, porque todo lo que he hecho ha sido de forma autodidacta. Pero poco a poco fui desarrollándome y me fui introduciendo dentro de la comunidad de Pamplona. He estado en Txuribeltz, en Tótem, en Ozone, en el Katos, he pinchado en la carpa universitaria…
Y de la comunidad de Pamplona pasó a otras comunidades.
–Sí. Como productor, poco a poco he ido creciendo a nivel nacional e internacional. Hace tres años estaba en un momento bastante importante en cuanto a apoyos con la música que estaba haciendo y se acercaron las agencias Cumac Bookings y Forever Talent Management, que me ofrecieron trabajar con ellos para desarrollar mi carrera. Mi perfil está creciendo, he entrado en fiestas importantes con artistas potentes… Mi música cada vez llega a más sitios, estamos firmando con los mejores sellos.
Su trayecto fue: violín, batería y música electrónica. ¿Podríamos establecer un paralelismo con la música que escuchaba? ¿Su camino como oyente fue música clásica, rock y música electrónica?
–No. Con el violín yo creo ni escuchaba música, era muy pequeño. Mi padre siempre ha escuchado mucho rock: Led Zeppelin, Scorpions… Mis padres dicen que me ponían música clásica cuando estaba a la tripa de mi madre, pero no sé hasta qué punto puede influir eso. Con la batería sí, ahí empecé a escuchar un montón Green Day, la música de mi padre… Ahí sí estaba muy influenciado por ese tipo de música. Y con la música electrónica también, estaba el auge de las radios de YouTube, los vídeos y todo eso, y ahí es donde me he establecido.
¿Y qué cree que fue lo que le hizo enamorarse de la música electrónica?
–La verdad es que no lo sé. Creo que fue más cosa de escucharla una y otra vez. Había bastante cultura de radio, con míticos artistas de aquí. Yo era un chaval, ellos también, pero tendrían 18 años o así, y les preguntaba cosas, cómo hacían esto o lo otro. Conecté con esa música, pero no te sabría decir el porqué.
¿Cómo era la escena de la música electrónica en la Pamplona de aquellos años?
–Empecé en 2010. Estaban Orti de Gossa, Bilber, Javico… En cuanto a salas, estaba la Tótem Box, La Movie, que estaba funcionando mucho en esta época, llegaron a traer a Carl Cox y Marco Carola. Yo era un chaval, seguramente habría muchísimas más cosas de las que te estoy contando, pero son las que más me nutrieron y las que más he conocido. Tengo muy idealizada aquella escena.
Hemos dicho que ha tenido repercusión fuera de Navarra. ¿Cómo se consigue eso?
–En mi caso, me considero muy buen DJ y la gente que me ha visto siempre me lo ha dicho, pero yo creo que destaco más en la producción, en la música que hago. Ese es el gancho que más puertas me ha abierto para entrar en las agencias. A mí me contrataron en esas agencias sin haber salido nunca de Navarra. Lo que estaban valorando era mi talento para hacer música, dando por hecho que también sabría pinchar. Y también ha sido eso lo que me ha permitido conocer a artistas top, poder sentarme de tú a tú con ellos y que me digan que les gusta lo que estoy haciendo. Incluso tener fans en Finlandia, Canadá o cualquier parte del mundo, que me escriben y me dicen que les encanta mi música, me piden que les explique cómo se hace algo…
Hábleme de futuro ¿Qué planes tiene?
–Este año las cosas están yendo bastante bien, estamos teniendo un montón de apoyos de los artistas de mayor relevancia de la música electrónica, como Michael Bibi, The Martínez Brothers, Marco Carola… Llevo mucho tiempo enviándole mi música a Joseph Capriati, y a él le gusta, la suele pinchar. Este año tenía residencia en verano en Hï Ibiza, que es considerado el mejor club del mundo de música electrónica, y me ha invitado a su fiesta; voy el 26 de septiembre. Antes de eso, Wade, que es uno de los mayores exponentes a nivel nacional, me ha invitado a su fiesta en Sevilla… En octubre voy a estar en Fitz Madrid, en un Beach Club y en Pachá de Barcelona…
¿Y va a lanzar nueva música?
–Sí. Tengo cuatro discos firmados que van a salir ya, faltan unos flecos, pero van a salir al final de este año. Son tres epés y un remix. Y ya estamos sentando las bases para 2026, donde queremos recoger los frutos que hemos sembrado y seguir creciendo. Estamos en un buen momento, mi música se está vendiendo mucho. En una de las plataformas más importantes de venta de música digital tengo un disco en top 3 y otro en top 19. Estoy teniendo bastante repercusión, hay interés por parte de otros sellos que me piden música o quieren tenerme en su roster. En el tema producción, tenemos una cosa que se llama “sample packs”, que son librerías de sonidos; un artista crea un pack con los sonidos que utiliza en su música: los bombos, los claps, las baterías, los bajos… Una empresa muy importante del sector me ha pedido que desarrolle una librería para ellos, porque han visto que hay interés a nivel internacional. Estamos en el equipo muy muy contentos, la verdad. Eso es lo lo que te puedo contar.
Que no es poco… Hay quien dice que la música electrónica es fría; entiendo que no es su caso.
–Desde luego que para mí no lo es. Es verdad que la música electrónica tiene muchos estigmas, pero cuando hago una canción que conecta mucho con el público, se me pone la piel de gallina. O cuando veo que uno de los artistas que más me gustan pone un tema mío y el público reacciona bien. Para mí la música electrónica es transmitir sentimientos, pasión. Supongo que todo eso habrá tocado algo en mí, y aquí sigo.