Crítica del concierto de Ramoncín en Zentral: en perfecto estado de revista
Recordó sus primeras noches en el Anaita y saludó a algunos viejos amigos presentes entre el público
Volvía Ramoncín a Pamplona, en una gira que celebra sus cincuenta años de carrera y sus setenta años de vida. De entrada, impresionó el sonido; siete músicos en escena, cuatro guitarras eléctricas (incluyendo la de Ramoncín, cuando la tocaba), un bajo, teclados y una batería; una banda perfectamente compenetrada atronando, con potencia, pero también con una nitidez cristalina. Cada instrumento tenía su espacio. El arranque fue demoledor, con varios temas entre los que estuvo No volarán, avance del que será su nuevo disco, y la eterna Putney Bridge, del álbum que publicó en 1981, Arañando la ciudad. Sin salir de la primera mitad de los ochenta, rescataron La chica de la puerta 16, cuyo mensaje, por desgracia, sigue vigente más de cuatro décadas después.
Relacionadas
Y si los textos resisten bien el paso de los años, lo mismo se puede decir de la música: En Hola, muñeca, se hizo notar el órgano, que acompañó su tempo pesado, como un blues pausado, oscuro y sórdido. En Por ti me he vuelto loco, el cantante madrileño sacó a pasear su armónica, y en la introducción de Reina de la noche, buscaron la intimidad; la comenzaron a modo de balada, con piano y voz firme y orgullosa, para derivar en un latigazo seco de puro rock’n’roll.
Cuando llegó Canciones desnudas, toda la banda se agarró con fuerza y brío al rythm n’blues; capaces de acelerarse cuando la situación lo requería, los músicos también supieron reducir las revoluciones cuando era menester, como hicieron en la sensual Cuerpos calientes, que el público terminó coreando durante varios minutos mientras el grupo tocaba y saltaba desde el borde del escenario. La buena sintonía entre público y artistas continuó en la interpretación de Como un susurro, con preciosos arreglos de acústica y teclados refulgiendo entre la electricidad habitual. La relación de Ramoncín con Pamplona es especial y viene de lejos. Por eso, no es extraño que recordara sus primeras noches en el Anaita y saludara a algunos viejos amigos que estaban por la sala (entre ellos, la fotógrafa navarra Silvia Catalán). Continuaron con Bajando, que fue enlazada de manera trepidante con una salvaje Rocanrol duduá, y, de la misma manera, esta con La cita.
@tiktik666666#ramoncin#zentral#fiesta#concierto#musica♬ Sound Vitamin 'Yellow 4' - CHA Medical Center
Llegó después un cambio de tercio cuando bajaron varios taburetes a la pista. Allí se sentaron cuatro músicos y el propio Ramoncín (el teclista y el batería se quedaron en sus puestos sobre las tablas), para marcarse un par de temas a escasos centímetros de sus seguidores, sintiendo el sudor de la sala: Blues para un camello y El cuchillo y la herida. De nuevo en el escenario, enfilaron la recta final, que concluyó con las míticas El límite y Hormigón, mujeres y alcohol (que contó, como es habitual, con una parte en euskera). Parecía que todo había terminado; de hecho, se habían pasado ya de la hora marcada, que eran las 23:00, pero Ramoncín pidió disculpas y quiso tocar una más, 10 segundos, dedicada al pueblo palestino. Un adiós emotivo, a la altura de la intensidad de la noche.
CONCIERTO DE RAMONCIN
FECHA: 03/09/2025
LUGAR: Zentral
INCIDENCIAS: Muy buena entrada, rozando el lleno. Primer concierto de la gira Celebración 50 / 70. Más de dos horas y media de concierto.