Steven LaBrie (Il Divo): "Si la gente no siente nada, la técnica no sirve; en este proyecto, la interpretación es el centro de todo"

Después del éxito de su 20ª gira, el grupo apuesta por una experiencia sensorial bajo la tenue luz de las velas que reimagina sus grandes éxitos. Entre los temas que interpretarán figuran las versiones que han realizado de canciones célebres como Unchained Melody (Senza catene), Unbreak My Heart (Regresa a mí), Despertar sin ti, Perfect, My Way o All By Myself. 

Steven LaBrie (Dallas, Texas, 1988), barítono que se unió al grupo a comienzos de 2022 tras el fallecimiento del español Carlos Marín a causa del covid, habla con este periódico desde México sobre algunos de los entresijos del concierto de Pamplona, que dará comienzo a las 20.00 horas, con entradas a partir de 49,50 euros.

En 2024 acabaron una gira y enseguida se embarcaron en otra, ¿esta es la esencia de Il Divo, estar siempre en movimiento?

–Sí. Il Divo nació sobre un escenario y nuestra naturaleza es esa: movernos, cantar y encontrarnos con el público. Cuando un tour termina, la energía que recibimos nos impulsa hacia el siguiente. No sabemos estar quietos por mucho tiempo.

¿Qué les aportan estas giras? ¿Qué recibe el grupo del público?

–Las giras nos mantienen vivos. Cada concierto nos recuerda por qué hacemos esto: la reacción del público, su emoción, la manera en la que conectan con las canciones. Eso nos devuelve más de lo que damos.

Supongo que saben que van a actuar en Pamplona el 3 de diciembre, Día de Navarra. ¿Es un concierto de Il Divo la mejor manera de celebrar una fiesta como esta?

–Para nosotros es un honor formar parte de una fecha tan especial. Si nuestra música puede acompañar un día de celebración, entonces sí: es una manera perfecta de vivirlo juntos.

“La música es un lenguaje que llega donde las palabras no alcanzan. Te acompaña en lo bueno y en lo difícil, te ordena por dentro”

Hábleme de este formato, 'Il Divo Closer’. ¿Qué tiene de especial y cuál es su propósito?

–Closer nació del deseo de acercarnos aún más al público. Después del tour XX, sentimos que era el momento de bajar el volumen del espectáculo y subir la intensidad emocional. Es un formato más íntimo, más directo, donde cada canción y cada palabra cuentan.

En algunos conciertos han facilitado peticiones de matrimonio sobre el escenario. ¿Cómo viven estos momentos desde el escenario?

–Sí. Especialmente cuando cantamos Hasta mi final. Es un momento especial que podemos compartir con nuestro público.

¿Qué repertorio van a interpretar en Pamplona? ¿Cómo han seleccionado los temas?

–Hemos preparado una mezcla de clásicos de Il Divo, canciones que el público siempre nos pide y algunos temas navideños y también unos solos que nos representan con individuos. Elegimos lo que mejor funciona emocionalmente, lo que sabemos que crea una historia en directo.

¿Cómo han cambiado estos temas a lo largo de los años, y cómo ha cambiado los miembros de Il Divo en relación con ellos?

–Las canciones evolucionan con nosotros. Con los años, la voz cambia, la vida cambia y eso se nota en la interpretación. Algunas piezas tienen hoy un peso emocional distinto al que tenían hace quince años. Las cantamos desde otro lugar.

En la ópera la técnica es fundamental, pero ¿qué peso tiene la expresividad y la interpretación en un concierto de Il Divo?

–En Il Divo, la técnica es solo el punto de partida. Lo que importa es lo que consigues transmitir. Si la gente no siente nada, la técnica no sirve. En este proyecto la interpretación es el centro de todo.

¿Qué lugar ocupa la música en las emociones?

–La música es un lenguaje que llega donde las palabras no alcanzan. Te acompaña en lo bueno y en lo difícil, te ordena por dentro. Es un puente directo a las emociones.

¿Cuál era la esencia y los objetivos de Il Divo cuando nació y cuáles diría que son hoy?

–La esencia siempre fue la misma: unir voces clásicas con canciones populares para crear algo distinto. Hoy, después de tantos años, el objetivo sigue siendo conectar con la gente, pero con más conciencia, más madurez y más verdad. Il Divo ha crecido, pero la misión es la misma: emocionar.