"Justo ayer mi hija, de 17 años, acababa de coser en su mochila un parche de Extremoduro. Y ha sido ella, que aprendió a tocar la guitarra con La vereda de la puerta de atrás, y con quien estuvimos viéndolo en la última gira, la que me ha dado la noticia, esta mañana. Al principio no me lo he creído, no me lo he querido creer. Ayer Jorge Ilegal y hoy esto.
Luego he sentido una pena muy grande, como si muriera alguien cercano. He pensado en que Robe ya nunca volverá a escribir una canción, en las que quizás haya dejado a medias, en que estaba en un momento de plenitud creativa... y me ha parecido desolador. O en que ya nunca volveré a verlo en directo, a sentir aquello que sentí cuando lo pudimos escuchar tocar "Mayeútica" del tirón, en el Navarra Arena, en aquel concierto sanador, durante una ventana de la pandemia.
"He pensado en que Robe ya nunca volverá a escribir una canción, en las que quizás haya dejado a medias, en que estaba en un momento de plenitud creativa..."
Lo entrevisté en dos o tres ocasiones. En la última de ellas me dijo que la música le salvaba la vida cada día. Pero nos la salvaba a todos, cada vez que nuestra vida era una mierda, pero también cada vez que queríamos celebrarla, cada vez que escuchábamos "Tu corazón", "Sol de invierno, "Stand by", "Si te vas", "Nana cruel", "El Poder del arte"...
Todavía estoy esperando que alguien lo desmienta, que sea una de esas noticias fake en la que matan a los artistas inmortales, pero estos siempre resucitan, como Jesucristos García.