pamplona - El canal #0 de Movistar+ estrena hoy una serie de tres capítulos, La vista atrás, donde Iñaki Gabilondo contrastará la actualidad con el pasado. A través de ciudadanos que vivieron la aprobación de la Constitución y los primeros tiempos de la Transición mostrará una foto de lo que fue y lo que es la actual sociedad.

Nos tiene muy despistados: o echa La vista atrás o muy hacia el futuro en Cuando ya no esté.

-Para vivir hay que saber mirar hacia atrás y hacia delante. Esto es una pausa en mi trabajo, porque Cuando ya no esté lo voy a continuar en enero.

¿Cómo era hace 40 años?

-No era muy diferente, era director de informativos de la Ser o dirigía Hora 25. Me pilló trabajando y casi en lo mismo.

En su caso el periodismo parece un vicio que no piensa abandonar.

-Ja, ja, ja... ¿Me quieres jubilar? Tampoco se abandona la vida, ese es otro vicio. Si tienes el vicio de vivir estás pendiente de lo que pasa y el periodismo consiste en eso, asistiendo a todas las novedades y peripecias, no tengo que hacer un doble esfuerzo.

Vamos, que el trabajo no es para Iñaki Gabilondo un castigo divino.

-No, claro que no, hago lo que me gusta. Mucha gente dice: “Tengo ganas de dejar de trabajar para empezar a vivir”. A mí eso me parece un horror, yo estoy viviendo mientras trabajo, mi trabajo consiste en ver los movimientos de la vida.

Remontémonos a la España de 1978, ¿cómo la definiría?

-Desconcertada, asustada, con conciencia de que empezaba un tiempo nuevo, con ilusión de que fuera a acabar con nuestra anormalidad y se pareciera a Francia o Alemania.

¿Se notaba la falta de experiencia?

-Se acababa de abrir la puerta del cuartel y había que ver cómo arrancábamos, no había experiencia: no la tenían los políticos, los periodistas no la teníamos en temas democráticos; los ciudadanos no tenían ni idea de una sociedad en libertad... Se vivía en un estupor mezclado con ilusión, esperanza y desconcierto.

Una época denostada en estos momentos.

-Sí, la gente mira atrás y dice lo mal que se hizo aquello, pues se hizo lo que se pudo. No había experiencia.

Cuarenta años después. ¿Hemos avanzado?

-Es otro país. Ha cambiado nuestra vida, nuestra sociedad, nuestra mentalidad, nuestro papel en el mundo. Ahora somos una cosa homologada en los circuitos internacionales.

¿Por qué cree que se han dado y se dan esas críticas al periodo de la Transición?

-No siempre las ha habido. Se puede criticar los que se hizo en la Transición, pero decir que fue un fracaso es una mentira, una traición o un timo. La gente hace lo que puede con los problemas de ahora, la gente entonces hizo lo que podía con los problemas que había.

¿Cómo van a ser los programas?

-Se emiten tres sábados seguidos. No son políticos, nacen con motivo de los 40 años de la Constitución, pero no versa sobre ello, se mira desde un punto de vista ciudadano.

¿No hay gente conocida?

-Hago una comida con Ainhoa Arteta, Perico Delgado o Ferrán Adrià. Hablan de sus experiencias vitales. Es el cambio contado por el ciudadano, no por políticos.

Y cuando acabe con la Constitución vuelve al futuro, ¿no?

-Sí, vuelvo al tema del futuro a través de la ciencia, pero esta vez va a ser con científicos españoles y jóvenes.

Muchos científicos jóvenes se están yendo.

-Y es una de las desgracias más grandes que tiene nuestro futuro, y un pecado mortal de nuestra política. Los políticos no tienen la suficiente conciencia de la gravedad que eso tiene.

El futuro cercano va a estar dominado por las urnas.

-Va a ser un horror, empezamos con las andaluzas, el 26 de mayo hay municipales, autonómicas, europeas, generales, habrá en Catalunya... Desde el 2 de diciembre de 2018 hasta el 2 diciembre del 2019. Además, tendremos la consiguiente bronca política y los follones.

Hay periodistas que disfrutan con los periodos electorales...

-¿Disfrutas tú?

No especialmente, pero hay compañeros que sí.

-Si es que se le puede sacar algo divertido, es desde el punto de vista deportivo. Es como si estuvieras asistiendo a una liga de fútbol.

Hasta el 77 no votaba nadie y desde entonces, 40 años sin dejar de votar de urna en urna.

-Cuando te descuidas se cae la mano a la urna. Muchos ciudadanos creen que tenían que darnos un respiro.

¿Vacaciones electorales?

-Ja, ja, ja... Sería bueno para la salud.

¿Mental?

-Sobre todo. Necesitamos una etapa de tranquilidad.