Un artículo publicado en el diario Le Monde inspiró a Hervé Mimran para escribir esta película. Era el retrato de un exalto directivo, Christian Streiff, víctima de un derrame cerebral en 2008 que tuvo que ocultar su enfermedad durante varios meses antes de ser despedido al descubrirse.

Fabrice Luchini se pone en la piel de ese hombre de negocios que se ve obligado a reaprenderlo todo.