pamplona - Thais Villas destila desparpajo y humor a la hora de comentar su próximo reto, poner en orden a sus compañeras -las califica de salvajes- y a su compañero, Juan Carlos Librado, el único varón que va a compartir escenario con las cómicas. Muy seria, dice que hay un hombre para cumplir con las cuotas de “igualdad”, pero a la inversa. La periodista aragonesa comenta cómo ella y Wyoming están juntos desde que se levantó la persiana de El intermedio y ahí piensa continuar hasta que le echen o cancelen el programa.

Las que faltaban, ¿un programa solo apto para mujeres?

-Y hombres. Es un programa hecho por cómicas. Delante de la cámara hay ocho mujeres y un hombre?

Un hombre solo, ¿por qué?

-Ja, ja, ja? Para cumplir con la cuota.

Ya veo.

-Es que la vida también es así, al revés de lo que nos han contado y de lo que hacen con las mujeres. Detrás de las cámaras hay directora, realizadora, regidora y guionistas mujeres. Con lo que los temas de los que hablaremos serán una visión femenina de la Historia. Hasta ahora lo que se ve es la mujer contada a través de la visión de los hombres.

¿Cuál va a ser su función?

-Presentar y organizar a toda esta gente, es una gente muy salvaje. Creo que nunca había pasado esto en televisión, nunca se había planteado una apuesta de mujeres para hablar de temas de mujeres.

¿Mujeres salvajes? ¿En qué sentido?

-Son tías que se han movido mucho en circuitos de monólogos en bares, que han tenido la libertad de poder hablar de lo que les ha dado la gana. Hay mujeres con mucho humor negro, alguna tendrá que morderse la lengua porque habla con muchos tacos? Ellas van muy al límite porque han podido vivir y trabajar al límite en su disciplina, la comedia.

¿En Las que faltaban también van a trabajar el humor al límite?

-Quizá tengan que modular un poco, ya sabemos que la televisión todo lo magnifica, pero tampoco queremos que ninguna pierda su esencia; así que veremos cómo organizo yo esto.

¿Va a poder compaginar este trabajo con El intermedio?

-El intermedio no lo dejo, abrí la persiana de esa tienda con Wyoming y quiero cerrarla también. La cerraremos juntos el día que nos echen.

Wyoming está durando mucho en La Sexta.

-Es verdad, está conmigo y soy una buena influencia. Ja, ja, ja? Creo que ni él mismo esperaba aguantar tanto en una televisión, le han echado de todas.

Mantienen ustedes dos una relación imposible, ¿cómo va a terminar?

-Va a acabar siempre bien, yo le adoro, pero tengo que poner barreras al amor que hay entre nosotros.

¿Qué es lo suyo, el periodismo o la comedia?

-A lo que yo hago no le llamaría periodismo, el periodismo es muy serio. ¿Qué soy yo? Me lo pones difícil, me considero vedette, titiritera de tres al cuarto y aquí estamos, sigo en El intermedio.

La que más ha aguantado a Wyoming.

-Como he pasado hambre y sé el frío que hace fuera, aguanto lo que me echen, hasta a Wyoming durante tantos años.

¡Como le oiga!

-Hay gente que de repente deja la tele o ha dejado este programa y dice que le llueven las ofertas. Pues yo te digo que no: tú no dejas la tele, la tele te deja a ti tranquilamente. Y que quede claro, a Wyoming le adoro.

¡Qué realista!

-No puedo ser de otro modo, la vida es así. No te vas porque fuera es todo maravilloso, la tele te deja y luego, pues a verlas venir.

Se ha hablado de humor catalán, humor vasco, andaluz, inglés? ¿humor de mujer?

-Creo que sí. Se podrán exponer puntos de vista desde el feminismo, desde lo que realmente piensas cuando lees determinados titulares, lo piensas cuando lees determinadas cosas que parecen muy naturales y que no lo son, son discriminaciones como la copa de un pino. Poder hablar de esas cosas y reírnos de ellas, va a ser maravilloso. Todo a través del humor entra un poco mejor, a ver si reeducamos.

¿Quién se ríe más de sí mismo: las mujeres o los hombres?

-Las mujeres, es mi opinión. Los tíos, quieras que no, acaban teniendo la piel muy fina, ellos tienen muy claro lo del patriarcado y el aquí mando yo. Las mujeres tenemos un sentido del humor que ellos no tienen?

¿Generalizamos?

-Bueno, te concedo que algún hombre tiene sentido del humor, pero el suyo.

Sí, claro. Hace una semana fue el Día de la Mujer, y ¿ahora qué?

-Eso es lo que yo digo. Se queda en un día, aunque este año ha sido una semana en la que se ha hablado más y se ha visibilizado más. Pero no deja de ser más que una semana en todo el año, no deja de ser testimonial, no deja de ser cuota. Tenemos que intentar que esto no ocurra, que este día no exista porque todo está normalizado. Quizá a través de la educación podamos llegar a que todo sea normal.

Se aproximan tiempos difíciles, el triunvirato de derechas en España no lo pone nada fácil.

-No se auguran buenos tiempos ni para las mujeres, ni para otros colectivos. A lo mejor tenemos que emigrar.

¿Se ha encontrado con muchos problemas en sus encuestas callejeras?

-Sí, claro, trabajando para El intermedio y para un señor como Wyoming me he encontrado con muchos problemas, insultos y muchas más cosas. Me lo echo todo a la espalda porque entiendo que la televisión es una ventana por la que tú entras en el comedor de los espectadores, hay a quien le caes mejor y a quien le caes peor. Hay que tener en cuenta que Wyoming es una persona que no deja tibio, te gusta o no te gusta.

No tiene pinta de agradable lo que le dicen a veces, ¿no?

-Para nada. Me dicen de todo y es cuando me doy cuenta de que estoy en el sitio en el que tengo que estar.

¿Qué hace cuando desaparece de la pantalla?

-Vivir, conciliar, lo que no estoy es en un sofá?

Conciliar. Creo que es un verbo difícil de conjugar para mujeres y para hombres.

-No existe realmente, es complicadísimo. Si añades a lo complicado que es conciliar, vivir en dos ciudades, Madrid y Barcelona? Conciliar puede ser organizarse, y organizarse mucho.