"Podemos ser los primeros en escalar dos cimas nuevas"

Pamplona. Kiko Betelu, médico de ambulancias de los Servicios de Emergencias de Navarra, concretamente en la sede de los Bomberos de Cordovilla, habla de la aventura que iniciará el 28 de octubre con los bomberos Xabier Zelaia, Diego Casi y Javier Legarra, y la enfermera Marina Crespo. Betelu fue médico de la expedición vasca al Cho Oyu (8.201 metros) y ha ascendido al Aconcagua (6.960) y al Huayna Potosí (6.090), entre otras grandes alturas. Hay controversia respecto a la altura del Ojos de Salado, pues algunas fuentes le adjudican 25 metros más que la indicación oficial del Instituto Geográfico Militar. Pero de lo que no hay ninguna duda es de que es el volcán activo más alto del mundo y la mayor cumbre de Chile.

Viajan a un volcán activo y para coronar la cima tienen que pasar por el cráter. ¿No es peligroso?

Es un volcán activo, pero hace mucho tiempo que no se le conoce una erupción, y el cráter está normalmente taponado por un glaciar. Toda la zona es una zona volcánica todavía activa en el sentido amplio, que debe de ser una de las razones por las que, a pesar de ser volcanes tan altos, no tienen excesiva nieve. Y en el caso del Ojos estaría tapada por un glaciarito.

Entonces, ¿la nieve no es un problema?

El Ojos es el volcán más alto del mundo, está localizado en Atacama, un desierto muy seco (dicen que el lugar más seco del mundo), y eso hace que la nieve, a final de temporada, se vaya casi por completo. Entonces, cuando ocurre eso, se convierte en una especie de cono que, aunque es muy inclinado, es de roca y no tiene excesivos problemas técnicos. Aunque sí que tiene la llegada a la cumbre, bueno, dos cumbres, porque está muy rota la cima.

¿Rota?

Sí. La sensación que tengo, sin tenerlo confirmado, es que son restos de un volcán más grande que explotó, o algo así, porque toda la parte final es una especie de conjunto de diferentes cimas, concretamente dos. A la argentina se llega andando; y a la chilena, que es un pelín más alta, un metro, sí que hay que escalar un poco. En los 30 ó 40 metros finales hay una escalada que diferentes fuentes dicen que es de tercer o cuarto grado. Es decir, que no es el colmo de la escalada, pero estás a 6.900 metros, con lo cual tampoco es una tontería.

Entonces, ¿por qué este volcán y no otra montaña que tenga un poco más de dificultad, más reto?

Lo que estoy contando ahora es a final de temporada, a finales de enero, febrero (nuestro agosto). Nosotros, al ir en noviembre, no nos la vamos a encontrar así. Vamos a encontrarnos, probablemente, desde el campo base, nieve, lo que nos va a complicar bastante incluso el llegar a la montaña, porque, por lo que hemos estado consultando con un montañero chileno, al ir en lo que aquí sería mayo, el acceso estará bastante tapado por al nieve, por lo menos la llegada a los campos. Las condiciones climáticas van a ser himaláyicas, desde los 20 ó 30 grados bajo cero y con mucho aire.

Unas condiciones muy difíciles de controlar.

Lo que es difícil saber es cómo va a estar el cono volcánico, porque no es temporada de expediciones, y seguramente estaremos solos. Dice el montañero chileno con el que tenemos contacto que, si quisiéramos alcanzar la cima sin ninguna dificultad, vamos demasiado pronto. Pero a nosotros nos interesa más ir a una zona que hasta hace poco era muy remota, aunque ahora ya se está popularizando, como todo. Queremos ir en esas fechas porque estaremos solos, nos encontraremos con dificultades añadidas… Nos apetece más eso, porque igual hasta nos cuesta o no conseguimos alcanzar la cumbre, no tenemos claro que vayamos a poder subir seguro.

Algo de incertidumbre siempre es atractivo.

Sí, nos apetece mucho más eso. Nos vamos a encontrar con condiciones climáticas muy duras, y en el ataque a la montaña vamos a estar solos, con lo cual, se complicarán las cosas. Por lo visto, en enero y en febrero suben más expediciones, porque te encuentras todo bastante más sencillo, incluso en la zona de la cumbre suelen instalarse cuerdas. Nosotros tenemos que llevar todo y nos tendremos que buscar la vida.

Hay muchas ofertas para grupos de gente menos aficionada, para los que no tienen experiencia, por ejemplo.

Sí, le pasa un poco como al Aconcagua. Es la segunda cima más alta después del Aconcagua, y si vas en verano es una montaña técnicamente fácil, aunque sea muy alta. Pero, si te sales estrictamente de ese momento, son montañas duras. No voy a decir que sean complicadas en lo técnico, pero se endurecen muchísimo en el aspecto de que estás muy solo, de que estás en el quinto carajo… El Ojos de Salado está a casi 300 kilómetros de la última zona habitada, con lo cual, cualquier cosa que te pase allá, imagínate el marrón.

Parece peligroso.

Desde mi punto de vista, tiene más dificultad como aventura que como escalada. Es una aventura bastante bonita, bastante aislada y en la que tienes que ser muy autónomo. Estamos preparando toda la fase sanitaria. Como médico de emergencias ya estoy estos días preparando un poco todo el material sanitario sabiendo que cualquier cosa que pase nos tendremos que buscar nosotros la vida durante todos los días sin la más mínima posibilidad de ayuda.

Aparte del material sanitario, ¿qué más es imprescindible en el equipaje?

Al final, el hecho de ir en época un poco más dura, todo lo que es material de acampada… En condiciones normales, hay una especie de barracones que se utilizan como refugio. Pero nosotros vamos a tener que ir con tiendas a montar los campos, y también alimentación, y luego ya lo estrictamente más técnico como cuerdas, los seguros de la parte final… Todo lo tienes que acarrear porque allá no hay nada de nada. Digamos que se complica un poquito.

A 5.800 metros está el último refugio de los que habla, ¿saldrán desde allí?

Nuestra idea, aunque no lo sabemos con certeza absoluta al no estar allá, es intentar subir por una zona un pelín diferente a la normal. La normal al Ojos va por esos refugios, que no están en las mejores condiciones. Entonces, nuestra intención es salir desde el primero de los dos refugios, que está a 5.200 metros, e irnos, no hacia Tejos (el campo a 5.800), sino hacia el oeste de la montaña, porque, curiosamente y aunque es una montaña que durante los últimos años está siendo muy visitada, hemos estado mirando todo lo posible y no hemos encontrado ninguna referencia de que se haya ido todavía por ahí.

Las personas sin experiencia que se embarcan en estas aventuras se conformarán con lo fácil.

Sí, allá en Sudamérica es bastante normal que en estas montañas se repitan las rutas típicas. Eso pasa porque va la gente de más vanguardia, al haber montañas relativamente más accesibles. Así que parece que hay zonas todavía sin explorar. Son zonas muy aisladas, mucho más que en el Himalaya, en donde es imposible estar a 300 kilómetros de los lugares habitados, y hay zonas por las que no va nadie. Así, cuando empezamos a preparar esto hace más de un año, nos encontramos la sorpresa de que por el oeste, que parece ser una zona muy atractiva, a falta de confirmar cuando lleguemos, no ha subido nadie.

¿Y qué esperan encontrar por esa inexplorada zona?

Una de las razones por las que queremos ir por allí es que hay dos cimas de 6.630 y 6.680 metros que parece que nadie las ha subido aún. Nos apetece intentar, aparte de llegar a la cima principal, subir esas dos cimas secundarias. Puede parecer imposible que nadie lo haya hecho, pero, por ejemplo, el año pasado unos guías argentinos subieron por una ruta del sur por la que, efectivamente, aún no había pasado nadie. Así que, a falta de confirmación, es bastante probable que seamos los primeros. Hemos visto alguna foto que se sacó desde la cumbre, y parece que una de las dos cimas no tiene ningún problema, y la otra podría tener alguna cosita, pero no esperamos encontrar demasiadas dificultades. El lograr ser los primeros le da un atractivo especial a la idea un poco de aventura que comentaba antes.

Antes mencionó que partirán desde el primer campo base.

Sí, la ruta saldría desde ese campo base, que está instalado a 4.200 metros, y hasta ahí no hay normalmente ningún tipo de problema, aparte de que estás en el quinto pino, pero hasta ahí llegas incluso en vehículo, y nosotros esperamos hacerlo, aunque te dejan lejos. A partir de ahí no tendremos la posibilidad de que nos acerquen más, y vamos a tener que patear unos 30 kilómetros hasta el Campo 1 por el desierto nevado. Del Campo 1, en vez de seguir al Campo 2, iríamos hacia la vertiente oeste. A unos 6.200 metros queremos montar el campo y desde ahí hacer todo lo demás. Cuando estemos allí y veamos si es factible, decidiremos si hacemos primero la cima principal y luego las secundarias o al revés.

¿De dónde nace este hobby?

Todos los que vamos somos bastante aficionados a la montaña desde siempre. Yo he ido al Himalaya unas cuantas veces, a los Andes muchas… y al final, pues como al que le gusta la moto y se pasa el día comprándole piezas, nosotros nos pasamos el día (cuando encontramos tiempo) entrenándonos y preparando las expediciones. Nunca me he considerado un montañero de vanguardia ni muchísimo menos, pero siempre he procurado ir a muchos sitios y subir montañas no muy técnicas para conocer lugares muy diferentes. Y así he estado en montañas de casi todo el mundo: en Cáucaso, en África, en Sudamérica, en Asia, y al final, es una actividad que te apetece practicar en todos los lugares posibles. Un hobby como otro cualquiera y todos te acaban enganchando.

¿Cómo se entrenan? ¿Hacen algo especial?

Fundamentalmente en el monte, pero no hacemos nada específico. Busco tiempo de dónde puedo y procuro subir todos los días un ratito al monte. Los bomberos, que son el grupo principal, ya están en forma, porque se lo exige su trabajo, pero la enfermera y yo no tenemos la función de subir hasta arriba, sino asegurar que no pase nada.

¿Qué tipo de cosas pueden pasar?

Cuando fui al Himalaya hace dos años, por ejemplo, tuvimos bastantes problemas: un edema cerebral, congelaciones… Por eso intentamos subir lo máximo posible, porque nunca está de más llevar personal y material sanitario.