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"Si los jóvenes no se atreven a hacer una apuesta, no sé para qué se entrenan"

A sus 51 años, Joxemari Olasagasti rompió todos los pronósticos el domingo en el Campeonato de Euskal Herria y se convirtió en el campeón más veterano del torneo. El de Igeldo ve a los aizkolaris más jóvenes "con sasoia", pero admite que les falta "algún punto" para ser competitivos, y lamenta que no se atrevan a participar en las apuestas

"Si los jóvenes no se atreven a hacer una apuesta, no sé para qué se entrenan"Ruben Plaza

Donostia. Olasagasti llegó a la entrevista en coche y con la txapela puesta: "No la había llevado a casa. Todavía no se la había enseñado ni a mi mujer".

El domingo rompió todos los pronósticos en el Campeonato de Euskal Herria...

Sin duda. Yo quería estar en el podio y al menos asegurarme ser tercero. Hubiera estado conforme con eso. Empecé a trabajar bien. Como siempre, empecé explosivo, y ahí acerté. Nazabal se puso un par de golpes por delante en la tercera madera. En la cuarta madera otra vez me puse por delante, y empecé a sacarle ventaja hasta tener unos veinte segundos. ¿Que se podía haber cortado a más ritmo? Sí, pero yo quería mantener esa ventaja. Tenía enfrente a la mujer de Nazabal y veía que él le hacía con la cabeza el gesto de que no podía, y yo ataqué. En el séptimo o el octavo tronco ya me dije esto es mío. Yo había estado esperando a ver si me atrapaba, pero cuando terminé con los dos oinbikos ya pensé que no me iba a coger. Me hubiera gustado que no se hubieran dicho las diferencias de tiempo por el altavoz, porque, más que una ventaja, es una molestia. Antes había otro respeto por los aizkolaris en la plaza; cada uno hacía su trabajo. Antes, hace quince o veinte años, se esperaba a que terminara para dar los tiempos. Había ánimos, pero la gente estaba callada. Siempre influye; la cabeza siempre trabaja.

¿Ya se cree que ha ganado la txapela?

Esta mañana no me lo creía todavía. El año pasado tuve un fracaso en la eliminatoria, y estaba dolorido. Llevaba entre dos meses o un mes y medio preparando esta final y en casa estaba marcando buenos tiempos. Iba tranquilo, sin compromisos, y cuando empecé a aparcar a la gente joven pensaba en hacer podio. La gente joven hizo también una buena labor. Fue un campeonato bonito. Los seis aizkolaris entramos en cinco minutos y fue el mejor registro de los últimos nueve años. Estoy muy feliz, más que por la txapela, por haber hecho ese tiempo.

¿Cómo celebró ayer su victoria?

Hemos comido en un restaurante. Por la mañana he ido al masajista, a correr, he paseado a los bueyes, y he ido a la piscina. Todos los días tomo un baño, pero en las rocas. Es el mejor masaje que hay.

Floren Nazabal era el gran favorito...

A Nazabal le escuché a la tarde decir que le dolían los riñones o no sé qué. No si le dolían antes de empezar o no. Si vino mal, que hubiera dicho que estaba mal. Yo estoy feliz no sólo por haber ganado, sino por haber hecho récord. Hacía mucho tiempo que no se habían marcado los tiempos con estas marcas en el campeonato. Si hubiera sabido que le dolía la cintura le hubiera pegado más. Cuando se pierde un campeonato, con todo respeto, no se pueden poner pegas.

La madera, además, era blanda y beneficiaba a los aizkolaris con mejor técnica.

Con otra madera también hubiera sacado ventaja, era perfecta para todos. La víspera estuve viendo cómo ponía la madera Joxemiel Peñagarikano, que me dijo Nazabal va a andar en 37 minutos, va a hacer un buen récord aquí. Y yo le dije Tranquilamente, yo también por ahí andaré. Al final terminé en 35 minutos. La madera estaba igual para todos. Me salieron tres nudos, pero eran para pasar. Los seis aizkolaris que estábamos en la final teníamos una buena técnica, hace falta un buen físico. Los chicos vienen bien preparados, los seis entramos en cinco minutos y me parece que fue un campeonato extraordinario.

¿Qué hizo para preparar la final?

No hice ningún entrenamiento especial. He andado mucho por el monte, como es debido, y dos entrenamientos fuertes a la semana con madera. El monte es el gimnasio más completo. Suelo andar entre una hora y media y dos horas. No sé puede andar a tope dos horas, y a veces estoy 54 minutos dando vueltas andando un poco bravo, porque lo que es correr no podemos correr mucho. Luego, me entreno mucho con los bueyes. A las tardes ando con ellos. Con madera, según el trabajo que haya, estoy una hora, 35 minutos.... Antes hacía tres entrenamientos, pero con la edad hay que bajar. Los bueyes me obligan a entrenarme. La mujer, el hijo y la hija me llevan la sidrería.

Es el campeón con más años de la época reciente del campeonato.

Sí, pero antes también lo era, porque gané con 46 o 47 años en 2005. Para mí es un orgullo. Cada uno hemos tenido nuestra historia, y yo voy a intentar seguir.

¿Qué le parece que no participen en el Campeonato de Euskal Herria aizkolaris como Donato Larretxea y Mindegia?

Como todo, hay unas normas y, aunque seas capitán o presidente, mandan las reglas. Si hay que ir a Segunda, habrá que competir en Segunda.

Consiguió su anterior título de Euskal Herria, que fue su quinto campeonato, en 2005. ¿Pensaba volver a ganar una txapela?

En Gipuzkoa sí, pero en Euskadi, no. Las cosas como son. Si es que ahora no hay contrarios. Si el trabajo del domingo lo cojo hace diez años, lo hago en 31 o 32 minutos. Y, como yo, Mikel Mindegia, Anjel Arrospide o Donato Larretxea.

¿A quien ha dedicado la txapela?

A mi padre, que tiene 89 años. No estuvo en la final porque no vino a avisarme a la mañana para que lo llevara, y salí para allá a toda prisa. Siempre los nervios me atacan.

Llevaba un tiempo con la suerte de espaldas. La muerte de Joxemari Mendizabal tras su apuesta, su eliminación en la final de 2009...

No me quedó buen sabor, claro. Hay que decir las cosas como son. Nadie se atrevió a jugar con cuatro kanas a Mendizabal, y al final me fui yo a jugar. Eso es un trabajo histórico. En nuestra mejor época, nadie nos atrevimos a jugarlo. Yo jugué con 50 años y él con 62. Fue un hombre atrevido, histórico. A ver quién se atreve a cortar estos troncos en vertical. Si estuviera vivo, hoy estaría orgulloso por haber jugado con un campeón.

Los aizkolaris más jóvenes no están en la pelea por los títulos. ¿Los veteranos están muy bien o los jóvenes muy mal?

Yo no veo mal a los jóvenes. Ya vienen muchos, y hay gente de sasoia. Pero les falta algún punto para competir. En las apuestas, podrían dar o pedir ventaja. Tendrían que hacer algo. Yo estoy con los bueyes, con el hacha, levantando piedra... no sé a qué jugar. Yo no sé para qué está comiendo esta juventud. Los Otaño, Otaegi, Mujika... ya tienen sobre los 30 años. Azurmendi está cortando bien, pero tiene que ir para arriba. Ahora, si no se atreven a hacer una apuesta, no sé para qué están entrenando. Si quisieran hacer algo diferente, ya hablaríamos.

Usted siempre ha sido apustuzale...

Toda la vida me han gustado. ¡Si en Euskadi no hay apuestas...! El Campeonato de Euskadi lo respeto. Una final es muy difícil. Participar en la Urrezko Aizkora está bien, todo es bonito. Pero se está perdiendo el ambiente. El deporte rural está bajando en todo, porque no hay enfrentamientos. Siempre tenemos miedo, es lógico. Pero si se hace una buena apuesta también ahora va gente, y esta juventud no las hace, no sé en qué están pensando.

¿Prefiere los campeonatos o las apuestas?

Un campeonato y una apuesta son diferentes, siempre diré eso. Y hacer un récord también. En la apuesta llevas la mitad del material a tu gusto, y la otra mitad está a gusto del otro. A los récords no les doy importancia, porque el material puede ser muy diferente. El mejor récord que hay es cuando se compite con otro en la plaza. A veces, un aizkolari hace marca y digo Sí, has hecho récord, ¿pero qué maderas has llevado? En una apuesta se ve cómo es la persona, y una final también es sagrada.

¿Le gusta realizar exhibiciones?

Sí. Se cobra, andas a gusto y te da para comer y echar gasoil al coche. Ahora hay muchas personas, muchos intermediarios metidos en las exhibiciones. Eso también es nuevo y no me gusta.

Los veteranos también se animan más que los jóvenes con los desafíos.

Hay gente que no se atreve. El año pasado anduvieron todos muy bien en el campeonato. Creo que los aizkolaris jóvenes hicieron mejor papel que este año. Igual se entrenan demasiado. En lugar de ir tanto al gimnasio, tienen que ir más al monte, como las cabras.

¿Cómo ve el futuro de la aizkora?

Si no se hacen apuestas, esto va a ir poco a poco perdiéndose. Hay juventud, pero... En las piedras sí viene gente buena. En las hachas hay gente, pero calidad...

¿Donde estrenará la txapela?

En las ferias de Lesaka, haciendo pareja con Donato. El domingo estaré en Aduna en el homenaje a Mendizabal.

¿Hasta cuando quiere seguir compitiendo?

Voy a intentar seguir dos o tres años. Nunca he pensado dejarlo, estaré hasta que me echen.