LA Ibilaldi Handia de Sakana, la marcha montañera más larga de Navarra, reunió ayer a 702 amantes de la montaña. El reto era completar los 55.600 metros y un desnivel de 3.000 metros que enlazaban las ermitas de San Donato, San Miguel de Aralar y Trinidad de Erga. Por ello, esta prueba no competitiva organizada por Iratxo Elkartea de Irurtzun es conocida también como la de las tres ermitas.
Ayer hubo una opción más suave, Irañetako Bidea, la principal novedad de esta 22ª edición. Eran 40.200 metros y un desnivel de 1.900 metros. No obstante, la mayoría de los participantes, unos 500, eligieron la primera. Ambas marchas están incluidas dentro de los circuitos de marchas de largo recorrido de Euskal Herria y Navarra. Además, la opción más larga puntúa en la cuatro pruebas de The North Face Ultra-Trail del Mont-Blanc.
Haciendo gala de fondo físico y mentalidad de resistencia, los montañeros pronto tuvieron que enfrentarse al primer escollo con la subida a Txurregi para continuar hasta la ermita de San Donato, a 1.494 metros de altitud. Después vino la gran V que forma la bajada a Uharte Arakil (467 metros) para volver a subir a San Miguel (1.200 metros). La marcha continuó por Madotz, Kaxerna y Trinidad para finalizar con una gran bajada a Irurtzun. No obstante, a lo largo de todo el recorrido pudieron reponer fuerzas en seis puntos de avituallamiento. Además, después del paseo pudieron recibir masajes de la Escuela Surya.
Los montañeros destacaban la belleza y la dureza de esta marcha. También la buena organización. "Es una de las más bonitas, sobre todo por las vistas espectaculares que se pueden ver a lo largo del recorrido" señaló José Luis Pérez, de Zegama. De la misma opinión era Patxi Unanua, un pamplonés de 63 años y mucho monte en sus piernas. Era la tercera vez que la realizaba. Alberto Martínez y Lorenzo Alvárez, de Bilbao, también repetían. "Nos estrenamos con esta marcha y fue muy dura. Dijimos que no volvíamos pero ya llevamos cuatro años" observaron. Otros, cómo Mikel Reparaz, de Pamplona, se estrenaron ayer.
La otra opción más suave era igual hasta el centro geográfico de Euskal Herria, lugar cercano a la ermita de San Donato de nombre Olibesarioko saroia. Fue calculado por el ingeniero Félix Isasa según el concepto de baricentro. Desde allí se giró hacia el portillo de Irañeta para descender hasta esta localidad y después llegar al nacedero de Urruntzura. Tomando el camino viejo, continuó por un espectacular laberinto adornado de boj, robles, musgo y hayas hasta llegar al camino carretero de Madotz. Allí retomó el recorrido de siempre a Larrazpil y Goldaratz para llegar a Irurtzun por Etxeberri.
Muy lejos de la participación del pasado año, con 1.092 montañeros, desde Iratxo se mostraban satisfechos, asegurando que la progresión de la marcha se mantenía. "Lo normal es sean 600-700 personas" observó Pello Alzueta, de Iratxo. Asimismo, destacó el buen transcurrir de la marcha, sin percances reseñables. Si bien los pronósticos meteorológicos anunciaban lluvia, la jornada se caracterizó por el buen tiempo.