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Muere Juan Arza, el mejor artillero navarro

el estellés falleció ayer en sevilla a los 88 años tras una larga enfermedadGanó una Liga y una Copa, y llegó a ser Pichichi en 1955 por delante de Di Stéfano

Muere Juan Arza, el mejor artillero navarro

pamplona. Arza, que ganó con el Sevilla una Liga y una Copa, además de acabar como Pichichi en la temporada 1954/55 por delante de Di Stéfano tras marcar 28 goles en 29 partidos, será incinerado hoy en el tanatorio de Dos Hermanas.

El fallecimiento de Arza, que desde hace tiempo estaba aquejado de una compleja enfermedad, causó una gran consternación en Sevilla, donde estaba considerado por muchos sevillistas como el mejor jugador de la historia del club; y en Estella/Lizarra, la localidad que le vio nacer y que siempre recordó.

Empezó a jugar allí, en el CD Izarra, y tras pasar por el Deportivo Alavés y el Málaga, en 1943 fichó por el Sevilla. El coste de su fichaje fue de 90.000 pesetas, dos partidos amistosos y las cesiones de tres jugadores, siendo la contratación más cara hasta entonces para la entidad, lo que hizo que junto a su extraordinaria calidad motivara el apodo de El niño de oro, ocurrencia de su entrenador Patrick O'Connell.

Llegó a Sevilla con 20 años recién cumplidos, con 1,69 metros de altura y 60 kilos de peso, destacando por su rapidez y su regate con ambas piernas, pero también por la habilidad goleadora, como lo demuestra el hecho de que en su debut liguero, ante el Sabadell, anotara tres tantos. Vivió una de las épocas doradas del club hispalense, con el que ganó una Liga y una Copa de España. Militó en las filas sevillistas nada menos que 16 temporadas, desde 1943 hasta 1959, y jugó 349 partidos de Liga en los que anotó 182 goles. Además jugó 62 partidos más en la Copa de España (24 goles) y 5 de Copa de Europa. Fue dos veces internacional absoluto.

un icono sevillista En su época de futbolista, las ofertas de Real Madrid y Barcelona fueron constantes en su carrera, pero para el entonces presidente sevillista Ramón Sánchez Pizjuán, Arza siempre fue intransferible.

Entre 1953 y 1957 el estellés fue entrenado por Helenio Herrera, que le otorgó galones de absoluta estrella, dándole total libertad de movimientos, pero permaneciendo siempre en la mitad de campo rival. En estos años consiguió un nuevo subcampeonato de Liga (1957), disputó una final de Copa (1955) y llegó hasta la semifinal de dicho torneo en 1954.

Arza, que ya tenía prevista su retirada, disputó una última temporada, 1959/60 con el Atlético Almería, acudiendo a la petición de su amigo y entrenador del equipo almeriense, Diego Villalonga. Tras colgar las botas fue homenajeado en un partido amistoso entre los veteranos del Sevilla y del F.C. Barcelona de su amigo Kubala, presenciándolo más de 30.000 sevillistas.

Pasada su etapa como futbolista, entrenó al Celta de Vigo, Cádiz, Deportivo de la Coruña y al Sevilla FC, éste en diferentes etapas, acudiendo al equipo blanquirrojo cuando atravesaba dificultades en la clasificación liguera. El navarro lo fue todo en el Sevilla ya que, además de futbolista, fue entrenador, directivo y delegado del equipo. El 23 de junio de 2009 José María del Nido le concedió el primer Dorsal de Leyenda que otorgaba el Sevilla, quedando homenajeado así su número, el 8.