Quien solo venga a Tudela el día del cohete que anuncia las fiestas de Santa Ana puede llevarse una imagen completamente distorsionada de lo que es la capital ribera.

Quien vea por las redes la masa de jóvenes cantando el “¡que viva España!” de Manolo Escobar y seguido el Himno de Navarra con el pañuelo en lo alto no sabrá si está en unas fiestas patronales o en la grabación de una película americana sobre las fiestas en Navarra en la que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

En ninguna otra localidad navarra hay esa entrega al Escobarismo, que podría definirse como la capitulación ante el nacionalismo español y el regionalismo navarro, todo en uno. Ningún municipio de Navarra ha politizado el cohete hasta extremos en los que se está apartando a algunas peñas de este día y de estar en la plaza.

Un año más se pusieron ambas minutos antes del cohete y con ellas los altos cargos de UPN salieron al balcón al más puro estilo Los Santos Inocentes, cuando el señorito muestra sus haciendas y propiedades a sus amigos. Eso sí, esta vez lo hizo Ibarrola y no Esparza aunque también estaba, hay que respetar el estatus.

el cohete se rinde al ‘escobarismo’

En este día, 24 de julio, alentado por el alcalde, Alejandro Toquero, se ha institucionalizado y normalizado que algunos jóvenes insulten al presidente, Pedro Sánchez, y a su madre, como quien sigue una moda o hace una gracia, mientras su alcalde saluda desde el balcón con la misma mano con la que porta la pulsera de la bandera española.

Cada año, la situación es más kafkiana ya que la gente ya no eleva los pañuelos cuando suenan los timbaleros, como sucedía antes porque marcaba la antesala del cohete, sino cuando termina Manolo Escobar, que es cuando el grupo de jóvenes que alienta a Toquero suben las banderas de España, y comienza el Himno de Navarra.

el cohete se rinde al ‘escobarismo’

Lo que antes de 2022 era una expresión de alegría mostrando que miles de tudelanos y tudelanas estaban esperando el cohete hoy en día es más un gesto de respeto al Himno de Navarra, como quien baja la cabeza en un desfile. Todo se ha mezclado hasta límites insospechados.

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Dentro de la Casa del Reloj, María Chivite indicó que mostraba su respeto a la libertad de expresión ante los gritos contra Pedro Sánchez, pero añadió que “esto no sé si es libertad de expresión. Es una falta de respeto al presidente del gobierno y parece que se ha puesto de moda el insulto. Es una vulgaridad, una chabacanería o una falta de cultura”. Chivite, que apuntó que trataría de estar algún dia presente con sus hijos para ver a los gigantes, recordaba sus “fines de semana de fiestas de Tudela cuando veníamos en autobús”.

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Por su parte Eneko Larrarte, de Contigo Tudela, afirmó que “quien siembra vientos recoge tempestades” y que “estamos generando, algunos con más responsabilidad, una sociedad dividida en la que vale el insulto. Yo no comparto esta forma de hacer política, otros que sí y lamentablemente nuestro alcalde es uno de ellos. Debería haber unas declaraciones por parte de todos diciendo que esto no son las fiestas”. Para Larrarte el momento más especial de las fiestas es cuando los gigantes bailan en la catedral al final de la novena de Santa Ana, pero con lo que más disfruta con una buena conversación en la barra de la peña de un bar.

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Por último para Olga Chueca, desde el PSN estos insutos “están fuera de lugar y Pedro Sánchez nos queda muy lejos. Hay gente que busca crispación pero Tudela es convivencia”. Chueca destacó que para ella uno de los elementos imprescindibles son los kalimotxos y zurracapotes de las peñas, uno de sus momentos especiales.

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