PAMPLONA. Deja la pelota tras acumular un gran palmarés, cuatro veces campeón manomanista (1995, 1998, 1999, 2001), el primero de los cuales con sólo veinte años, un récord que permanece todavía, dos veces campeón en parejas (1996, 2003), además de otros trofeos y la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.
Su despedida en el Labrit lo hará junto a Olaizola II y se enfrentará a Bengoetxea VI y Begino, quienes le acompañaban hoy en la conferencia de prensa en la que ha anunciado su retirada, en el Palacio de Congresos Baluarte.
Tras 19 años en la empresa Asegarce, el pelotari ha decidido marcharse porque, según ha dicho, desde su última lesión de rodilla, ni él ni su famoso "pelotazo" no han vuelto a ser los mismos, aunque ha remarcado que se va "cuando y como quiero".
"He luchado mucho este verano para que la empresa contara conmigo para el campeonato de parejas, ponerle difícil la decisión, pero soy consciente de que, hoy por hoy, no tengo sitio allí, ya que hay pelotaris mejores que yo", ha reconocido.
Sin embargo, ha asegurado irse contento, porque lo hace con la sensación de "estar en la pomada y dar guerra todavía", aunque ha apuntado que comprende al pelotari que decide bajar de nivel y alargar su carrera.
"Mi vida ha sido la competición, tratar de ser el mejor, y tenía claro que el año que no jugase en ninguna de las tres competiciones me iría. He tenido la suerte de estar diecinueve años y medio, que no me han quemado en absoluto, así que ha llegado el momento; ya no le puedo pedir más a la pelota", ha subrayado.
El que fuera apodado como "látigo de Burlada" ha declarado que el mejor momento de su carrera fue los Juegos Olímpicos de Barcelona y alguna txapela, pero que, aunque los triunfos profesionales son importantes, una vez que se tienen, cobran importancia otras cosas, como haber jugado "desde el primer al último día con los mejores".
En ese sentido, ha recalcado la suerte de haber debutado con sus "ídolos" y que se retira con la actual generación de pelotaris, a la que ha calificado de "irrepetible".
También ha destacado como uno de sus momentos estelares el subcampeonato que disputó con Julián Retegi, pero ha lamentado no haber jugado nunca un campeonato con su botillero Mikel Unanue o con Titín III, son "espinas que me quedan".
En cuanto a sus últimas semanas como profesional, Beloki ha admitido que son "duras", porque desde los diez años prepara cada fin de semana su bolso para ir a jugar.
No obstante, ya lo ha asimilado y está saboreando cada partido y cada entrenamiento de forma especial, ha indicado el pelotari navarro, quien ha avanzado que en su último partido va a "darlo todo", aunque "ya está todo el pescado vendido".
En la rueda de prensa, también ha estado el gerente de Asegarce, Íñigo Salbidea, quien ha confirmado que Beloki seguirá vinculado al mundo de la pelota en esta empresa, aunque todavía "no tiene forma" la función que desempeñará, a lo que el pelotari ha añadido que estará "más cerca del frontón que del despacho".
Salbidea ha sostenido que el zaguero, "el mejor que ha tenido la empresa", ha sido a la par "terrible para sus adversarios y admirable por lo lejos que ha llegado", y que logró revitalizar el mundo de la pelota, así como ampliar sus fronteras, pero que ha "pagado el peaje de estar tanto tiempo en primera línea".
"El material con el que se jugaba en sus mejores tiempos no era el que más le favorecía, así que, si hubiera tenido el que hay ahora, habría podido marcar mucho más la diferencia", ha indicado.
Tanto Salbidea como Bengoetxea y Begino han enfatizado su calidad humana, ya que nunca ha tenido un mal gesto hacia sus rivales, el público o los jueces.