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41 zancadas hacia la gloria

Usain Bolt fulmina a 'la bestia' Blake en la final de los 100 metros con un tiempo de 9.63Su marca es la segunda mejor de la historia y récord olímpico, mientras que Gatlin da el bronce a Estados Unidos

41 zancadas hacia la gloriaEfe

pamplona. Se convirtió en leyenda, alcanzó la gloria. Ayer la volvió a saborear. El hombre más veloz sobre la faz de la tierra no falló a los pronósticos y se hizo con su segundo oro olímpico en los 100 metros, algo que no se repetía desde que Carl Lewis, El hijo del viento, lo hiciera en Los Ángeles'84 y Seúl'88 -en la cita coreana tras la descalificación de Ben Johnson-. 41 zancadas de pura energía, llenas de rabia, llevaron a Bolt hacia la gloria en los Juegos Olímpicos de Londres. El velocista jamaicano se desquitó de las dos derrotadas sufridas ante su alumno más aventajado -Yohan Blake- en los trials de la isla caribeña y llevó la locura al estadio olímpico, lleno hasta la bandera con 80.000 almas que vibraron con una carrera de leyenda en la que siete de los ocho participantes bajaron de los 10 segundos y solo la lesión de Asafa Powell impidió el pleno. Sin lugar a dudas, el duelo entre Jamaica y Estados Unidos fue para los caribeños, que se hicieron con el oro y la plata, relegando a los norteamericanos a la tercera, cuarta y quinta posición.

El tartán londinense, poco proclive a batir récords mundiales, fue testigo de la segunda mejor marca de todos los tiempos. Los 9.63 segundos con los que paró el crono Usain Bolt llevaron la locura al graderío, el mismo que había permanecido en silencio con anterioridad durante unos eternos instantes. Una calma tensa se apoderó de los atletas más rápidos del planeta. Ansiosos por escuchar el pistoletazo de salida y lanzarse a tumba abierta hacia la línea de meta. Se escuchaba la respiración. El latido de los corazones. Nervios a flor de piel. Ocho velocistas elegidos para la historia: Justin Gatlin, Yohan Blake, Usain Bolt, Tyson Gay, Churandy Martina, Asafa Powell, Ryan Bailey y Thompson, que fueron partícipes de la carrera más rápida de la historia. Concentración, meditación y... pum. Se lanzó la prueba. Los 100 metros. Pura velocidad, explosividad y técnica.

Antes, como viene siendo habitual, los atletas se recrearon ante la cámara. Un sin fin de gestos, la mejor forma de liberar tensión, acompañaron a los velocistas antes de colocarse en los tacos de salida. Nada borró la sonrisa del rostro de Bolt, de DJ Bolt, que, como si de un pinchadiscos se tratase, se recreó instantes antes del comienzo de la carrera ante la locura del estadio olímpico de Stratford.

Del silencio al éxtasis Ya sobre los tacos, el recordman mundial se santiguó y miro al cielo, como pidiendo ayuda divina. Los dioses parecieron escuchar las plegarias del jamaicano. De vuelta a la tierra, mientras las cámaras de fotos ardían ante el incesante toqueteo del disparador, Bolt pidió silencio, acalló al público y fijó la mirada en sus manos, que posaban en busca de la mejor posición sobre el tartán londinense. En la calle seis, por la que emprendió su camino hacia la gloria.

El amargo recuerdo de los últimos Mundiales, los de Daegu'11, recorrió la mente de muchos de los presentes en el estadio. La salida nula y la consiguiente descalificación rondó la mente de Bolt, pero esta vez no falló. No fue el más veloz sobre los tacos, pero nunca lo ha sido. Reaccionó en quinto lugar -con 0.165 milésimas- al pistoletazo antes de lanzarse a tumba abierta a por su segundo oro olímpico en los 100 metros. Se pasó del silencio al éxtasis, a la locura.

La Bestia Blake, el único corredor que ha sido capaz de imponerse a Bolt en los 100 y en los 200 metros, despegó en última posición de los tacos, con 0.179 milésimas. Se vio avocado a la remontada, a un imposible ante la grandiosidad de Bolt, que marchaba ya varios cuerpos por delante. El espigado velocista cogió la cabeza de carrera antes de mitad de la prueba y, al contrario que en Pekín, el jamaicano se esforzó al máximo, no bajó la intensidad en ningún momento y no dio ninguna opción a sus rivales.

Por detrás, con la plata y el bronce en juego, la lucha jamaicano-estadounindense fue ganada por Yohan Blake, el actual campeón del mundo que igualó su mejor marca personal (9.75), con la que ganó a Bolt en los trials, para subirse al segundo peldaño del podio. Con Asafa Powell, el tercero de los jamaicanos, fuera de juego por una lesión a pocos metros del final, Justin Gatlin (9.79) salvó la honra para los Estados Unidos, que se tuvo que conformar con una única medalla. Los otros dos representantes estadounidenses, Tyson Gay y Ryan Bailey, fueron cuarto y quinto, respectivamente. La siguiente estación serán los 200 metros, donde se espera una nueva exhibición de Usain Bolt y el mundo de la velocidad ya espera de manera ansiosa por ver qué país sale vencedor en el duelo entre Jamaica y Estados Unidos en el relevo 4x100, donde se desconoce si estará Asafa Powell.