"Si el remonte estuviera bien, no me habría ido a México; pero no me arrepiento"
Pamplona. El campeón individual de remonte de 2008 y 2009 abandonó su carrera de deportista profesional hace cinco meses para marcharse a México a trabajar. Allí ha establecido Miguel Mari Urrutia su nueva residencia junto a su mujer, Anabel, y la familia de esta. Concretamente en Polanco, un barrio de la capital, México DF. Su suegro le ofreció un puesto en un negocio dedicado a la fabricación y venta de zapatos. Su día a día consiste en aprender su nuevo oficio, mientras que su tiempo de ocio lo emplea en "sudar en el Club España", el lugar donde sigue practicando el remonte en solitario. Sin embargo, la pala, el deporte al que se dedican sus amistades, le ha seducido, aunque reconoce que todavía es "medio malo". Así es la nueva vida del güero Urrutia, el mote con el que en México se conoce a las personas de cabello rubio. Cinco meses después de iniciar su aventura mexicana, Miguel Mari ha vuelto a Navarra, "pero solo por un mes y medio; son mis vacaciones". El tiempo suficiente para recibir una invitación para participar en el Torneo Kutxa Individual. Para empezar, esta misma tarde volverá a jugar en el Galarreta un partido de parejas.
Vuelve a Pamplona después de pasar los último cinco meses en México.
Vengo para mes y medio. Son mis vacaciones y quiero estar con mi familia y mis amigos porque después ya no volveré hasta junio. Quiero disfrutar de este tiempo al máximo.
De la familia, de los amigos y también del remonte, porque va a disputar el Torneo Kutxa Individual invitado por la empresa Oriamendi 2010.
Me han dado la oportunidad de jugar el campeonato y es normal que diga que sí. He hecho unas pruebas y unos entrenamientos y creo que estoy bastante bien, aunque después de cinco meses sin jugar no puedo hacer milagros. Sé que esto va a causar polémica porque a alguno no le hace gracia que, después de tanto tiempo sin jugar, venga y me metan en el campeonato. Y me parece normal. Yo también pensaría igual, tanto si fuera aficionado como si fuera un pelotari que está aquí.
¿Le ha dicho alguien algo o son solo las sensaciones que usted tiene?
Son sensaciones porque a mí tampoco me haría mucha gracia que alguien viniera de fuera y le metieran en el campeonato. He oído algún comentario que otro. Y algo de razón llevan. Imagina que después de cinco meses sin jugar vuelvo al frontón y por casualidad gano algún partido importante. Al que le gane le hará poca gracia. Pero no quiero malos rollos. Vengo a disfrutar y punto.
¿Ha practicado algo de remonte durante su estancia en México?
El último mes sí que he jugado algo más. Al principio empecé los domingos, pero jugar solo cansa. Además, todos los demás que estaban en el frontón jugaban a pala y al final dejaba el remonte y me ponía a jugar con ellos. Sin embargo, el remonte ha gustado mucho en México. Muchos han intentado jugar, aunque no han podido pelotear porque es complicado.
¿No se ha planteado instaurar allí una escuela de remonte o algo parecido?
No lo sé, pero llevar un partido de exhibición a México sí que sería un éxito porque ha causado furor. Por ejemplo, había días en los que estaba entrenando y se juntaban 30 o 40 personas alrededor para ver qué era eso del remonte. Creo que llevar algún partido de exhibición sería interesante.
Ahora toca hablar del Torneo Kutxa Individual, en el que van a participar los cinco mejores especialistas y usted como invitado.
Los tres con los que voy a disputar la liguilla de cuartos de final tienen mucho nivel. Cualquiera puede ganar a cualquiera, como ya ha quedado demostrado (Juaristi pudo con Zeberio II en la primera jornada y San Miguel derrotó a Juaristi en la segunda). Y luego en semifinales esperan Urriza y Ezkurra, que son caso aparte. En mi caso, yo intentaré disfrutar. No vengo con la mentalidad de que voy a ganar el torneo. Vengo con la mentalidad de no hacer el ridículo. Pienso que ya lo he dado todo en el remonte e intentaré disfrutar, aprovechar esta oportunidad que me han dado y, sobre todo, cumplir. No vengo aquí para ganar a todos. Está claro que me gustaría ganar, pero soy consciente de que es muy difícil que gane el torneo. De momento estoy entrenando bien y me encuentro preparado físicamente, así que ya veremos.
En su día usted ya demostró que podía ganar a cualquiera proclamándose campeón individual en dos ocasiones.
Es verdad. A ver si tengo un poquito de suerte. He hecho un par de entrenamientos y me he visto bien con el saque, en el peloteo y reboteando, aunque se nota en detalles que todavía estoy un poco descolocado. Si juego algún partido por parejas antes del torneo, me pondré a tono. Además, tengo ganas de volver a jugar e intriga por saber qué dirá la gente. Espero que nadie se lo tome a mal.
Así que tiene mono de jugar...
He sido profesional durante nueve años, he vivido del remonte y gracias a Dios me ha dado todo lo que tengo, así que es normal que después de cinco meses sin jugar tenga ganas. Echo en falta esa adrenalina de cuando llegas al frontón y ves a la gente en la grada gritando y animando.
Habla maravillas del remonte y parece que lo echa de menos, así que es hora de conocer las razones que le llevaron a emigrar a México.
Aquí había un poco de crisis, y la sigue habiendo, había bajado un poquito el remonte y en México tenía una oportunidad porque mi suegro tiene una empresa y me ofreció trabajo allí. Tomé la decisión de irme más que nada pensando en mi futuro. Lo consulté con mi familia, con la empresa de remonte y, sobre todo, con mi mujer, que es mexicana, aunque toda su familia es de Baztan. Y decidimos irnos y aprovechar la oportunidad que me daba mi suegro. Está claro que si el remonte estuviera bien, si estuviéramos ganando lo que ganábamos hace unos años, no me habría ido, pero iba bajando y decidimos irnos.
Se trata de un cambio radical.
Sí, bastante drástico, pero por ahora no me arrepiento. Estoy muy contento en México. Es verdad que extraño todo esto que he dejado en Navarra, el ambiente, la familia, la adrenalina de ir al frontón a jugar a remonte... Pero no me arrepiendo de nada.
Lo que sí es una ventaja es contar en México con el apoyo de su mujer y su familia.
Es verdad. Ellos son allí mi familia: mi mujer, mi cuñado, mi cuñada, mis suegros y dos hermanos que tiene allí mi suegro. Me divierto muchísimo con ellos. Son gente del Baztan que emigraron a México hace 40 años. Nos llevamos muy bien. Entre semana me dedico a trabajar, a aprender mi nuevo oficio y el fin de semana lo aprovechamos para ir a comer o a cenar. Nos llevamos de maravilla.
Emigraron hace 40 años. ¿Se identifica con ellos?
Un poco sí. Ya llevan 42 años en México y ellos siempre vienen a Navarra a veranear durante dos o tres meses. Luego tienen que volver porque deben cuidar sus negocios, pero me veo un poco como ellos: viniendo tres meses al año a Navarra, aunque, si puedo, vendré más (risas).
Vive en Polanco, un barrio de México DF. ¿Es una ciudad tan peligrosa como dicen?
La verdad es que no. Hay sitios en los que tienes que tener un poco de precaución, pero andando por donde tienes que andar no tienes ningún problema.
Como en cualquier ciudad grande, ¿no?
Según a qué hora y en qué calle andes puedes tener algún problema en cualquier lugar. Pues en el DF ocurre lo mismo.
Se le ha pegado un poco el acento mexicano.
Sí, es una mezcla entre al acento de casero y el mexicano (risas). También he tenido algún problemilla con el vocabulario. Hay algunas palabras mexicanas cuya traducción es diferente a la de aquí. Por ejemplo, coger significa otra cosa diferente allí que aquí. Alguna vez le he dicho a algún camarero: "Cógeme esta cerveza o cógeme esto". Y en México coger significa follar. Se ríen un poquito y ya está, porque enseguida ven que soy extranjero.
¿Existe mucha diferencia entre la alimentación navarra y la mexicana?
Hay diferencia entre las comidas típicas, pero en México se come muy bien. Me encantan los tacos de queso y de carne. Son como los talos. La verdad es que en México se come igual de bien que en Navarra. Es otro tipo de comida, pero se come de maravilla. Además, hay restaurantes para todos los gustos.
También le tocó vivir un terremoto. Y de los fuertes. ¿Cómo fue aquella historia?
Ocurrió a los 20 días de que llegara a México. Fuimos a hacer unos análisis al hospital, donde también estaba mi cuñado, al que precisamente le habían operado recientemente de la rodilla, y recuerdo que estábamos en la tercera planta. Yo estaba sentado y sentí que la botella de agua que tenía a mi lado se movía. Me puse de pie y empecé a tambalearme. Al salir de la habitación vi un montón de gente en los pasillos. Fue un caos. Había gente llorando, dos señoras se desmayaron y el edificio comenzó a a temblar. Hasta se cayeron cuadros al suelo. Fue acojonante. Yo quería correr, quería salir cuanto antes de allí. Cuando llegue a la calle, el edificio seguía temblando. Fue un terremoto de una magnitud del 7.8 en la escala Richter. Bastante fuerte, porque el que hubo en 1985 en México, en el que murieron miles de personas, fue de 8.2. Fue el segundo más grande de la historia.
También ha habido mucho revuelo político en México por un presunto fraude electoral. ¿Cómo se ha vivido allí?
La política es un caos en México. Las elecciones las ha ganado el PRI con Peña Nieto, pero el líder de la oposición, López Obrador, no admite su derrota y está organizando manifestaciones de protesta, aunque creo que no va a conseguir nada. Es una locura porque son manifestaciones de hasta miles de personas que cortan el tráfico durante horas. Eso es lo que peor llevo, el tráfico.
Parece puesto en temas políticos mexicanos...
Que va. La verdad es que no sigo la política. En cuanto sale algo de eso en la tele, cambio de canal.
¿Sigue la actualidad de España desde México?
Todos los días antes de irme a la cama, a eso de las 12 de la noche, veo las noticias de Antena 3 y muchas veces me conecto por Internet a Televisión Española, Euskal Telebista y también escucho Euskadi Irratia.
O sea, que sabe lo que ocurre en el remonte y en la pelota mano.
Todo eso lo sigo mucho por Twitter. En mi trabajo me toca pasar mucho tiempo en el coche y ahí aprovecho para mirar qué pasa en todo tipo de deportes.
Por ejemplo, ¿pudo ver la última final del Manomanista entre Olaizola II e Irujo?
Pues ese partido no lo vi porque tenía otro compromiso, pero la final del Parejas sí que la vi. También vi la final del Cuatro y medio de San Fermín y varios partidos de la Feria.
¿Y no le entraba morriña?
Bastante. Todos los días me iba a la cama a la una de la madrugada por ver el Encierro en directo. Lo veía y luego me iba a dormir.
Pero alguna vez habrá hecho lo mismo en Pamplona después de una noche de juerga.
Pocas veces. Alguna vez, pero la verdad es que siempre jugábamos torneos de remonte y no he disfrutado mucho de los Sanfermines. De hecho, nunca he ido a los toros, aunque ahora espero hacerlo en el futuro cuando venga de vacaciones aquí.