Fallece en el Everest el alpinista ruso Alexei Bolotov
Sufrió una caída mortal a 5.600 metros de alturaSe precipitó por un barranco de 300 metros al romperse la cuerda por la que intentaba descender
Pamplona. El alpinista ruso Alexei Bolotov, uno de los componentes del grupo que intentó sin éxito el rescate de Iñaki Ochoa de Olza en el Annapurna hace cinco años, falleció ayer en el Everest tras sufrir un fatal accidente a 5.600 metros de altura. El rumor de su muerte corrió como la pólvora durante la mañana de ayer hasta que su compañero de expedición, el kazajo Denis Urubko, confirmó la tragedia. Lo hizo a través de una llamada telefónica a la web mountain.ru, encargada de seguir las evoluciones de una expedición en la que Bolotov y Urubko trabajaban en la apertura de una nueva vía de ascenso al techo del mundo por su cara suroeste. Las palabras exactas de Urubko, según publicó rápidamente el portal de Internet barrabes.com, fueron las siguientes: "No sé como transmitir esto... Hoy, 15 de mayo, a las 5.00 horas, Alexei Bolotov iba a descender por una cuerda, en la arista de una roca afilada se ha deshilachado y Alexei ha caído 300 metros por un barranco lleno de rocas. La muerte ha sido instantánea".
Alexei Bolotov y Denis Urubko, otro de los que hace cinco años participó en la infructuosa operación de rescate de Iñaki Ochoa de Olza, se encontraban en Nepal desde hace casi dos meses, tiempo en el que habían aprovechado para completar una exhaustiva aclimatación para acometer la apertura de una nueva vía en el Everest. Sin embargo, el infortunio se cebó con un hombre que perdió la vida en la montaña unos días antes del quinto aniversario del fallecimiento del navarro Iñaki Ochoa de Olza, que murió en el Annapurna el 22 de mayo de 2008 tras permanecer varios días a más de 7.000 metros de altura.
Bolotov era un ingeniero metalúrgico ruso que residía en Ekaterimburgo, donde deja mujer y dos hijos. Se trataba de un experimentado alpinista ganador en dos ocasiones del Piolet de Oro (en 1998 por el primer ascenso a la cara oeste del Makalu y en 2004 por el primer ascenso a la cara norte del Jannu), amén de otros grandes hitos como himalayista. Para el recuerdo quedan sus palabras en el documental Pura vida, la película sobre el intento de rescate de Ochoa de Olza. Son éstas: "Nosotros, los rusos, tenemos muchas tradiciones heredadas de los militares. Rusia es un país que ha participado en guerras y por eso es normal que nos haya quedado algún resquicio. Desde que nacimos nos han dado una educación colectivista por el comunismo. Lo hemos hecho siempre todo unidos; hemos ido juntos a la guardería, luego al colegio, luego al trabajo? Siempre juntos, como un colectivo. Por eso no fuimos héroes al ayudar a Iñaki, lo hicimos porque sentimos que éramos un equipo. Y lo importante, al fin y al cabo, son las personas. Las montañas por sí mismas no significan nada, son solo piedras y hielo. Quien les da vida es el ser humano al subirlas y hablar de ellas; al vivirlas les da entidad. No podría decir que el montañismo en sí es un deporte, porque aquí no hay mejores o peores. Esto no son los Juegos Olímpicos, donde uno es más rápido por tres segundos o porque ha saltado dos centímetros más. Aquí lo importante es que cada uno sea consciente de los límites de su cuerpo. Además, la fama que consigues con el deporte, para el alpinista no significa nada. Eso que llaman gloria, para el alpinista no existe. Esto no es fútbol o tenis. No da dinero. Por eso no vamos ahí arriba en busca de éxito, vamos porque es lo que nos da vida".