HAY algo que al pueblo le gusta más que un héroe, y es ver a un héroe caer. La anterior cita relata con minuciosidad la analogía entre la realidad actual del deporte en nuestro país respecto a las anteriores temporadas bañadas con champán y sudor, mientras muchos de los hoy extintos clubes veían acariciar sus lomos con el capital que supuraba la burbuja inmobiliaria. Hay quien se excusa en el pretexto de que la crisis ha sido quien se ha llevado por delante a muchos de los principales equipos punteros en diversos deportes colectivos como el baloncesto o balonmano, entre otros, deportes que no gozan ni del extremado altavoz mediático del fútbol y ni tampoco de la riqueza financiera y social que generan. También los hay quienes cuelgan el pecado a los regentes que no supieron o no pudieron gestionar y explotar sus recursos y que terminaron por formar parte de una quimera y un contexto paralelo al actual. Una bifurcación dolorosa que ha empujado a la extinción y a las páginas de historia a clubes como San Antonio, Itxako o Unión Navarra Basket, entre muchos más.

Navarra es claro espejo de esta anomalía constituida ya en normalidad, un hecho del que la Comunidad Foral ha fundado en costumbre el preludio de las últimas temporadas. Lejos quedan aquellas épocas en las que tanto San Antonio como Itxako, de la mano siempre de poderosos mecenas, consiguieron llegar a lo más alto de las distintas competiciones nacionales y continentales de la pasada década. "Se veía venir", rezan los más escépticos, "gigantes con pies de barro", cuentan los otros o "no supieron cuidar lo que tenían". Estos son los eslóganes con los que debe lidiar uno cuando se entera de la renuncia de la máxima categoría o de la desaparición de una entidad de semejante magnitud.

Pero la verdad no es otra más que la de dos equipos que llenaban pabellones, conseguían títulos e ilusionaban a los más jóvenes con un deporte como el balonmano, contentando a una sociedad acomodada que veía cómo una comunidad uniprovincial como Navarra tenía un equipo en la élite de cada deporte -a excepción del baloncesto-, aunque haya pagado una desmesurada factura. Hace poco más de un mes, Itxako comunicó a la opinión pública su renuncia a la Liga ABF tras entrar en concurso de acreedores y reconocer una deuda que redondeaba los 1'7 millones de euros, hecho similar al del histórico y desaparecido San Antonio, que con 2'8 millones de euros de deuda arrastrada tuvo que bajar la persiana la temporada pasada después de 11 títulos nacionales e internacionales y más de medio siglo de trayectoria en el 40x-20.

Sin embargo, la dilatada negrura de la crisis económica ha acabado por trascender a otros círculos del balonmano, tanto que hoy, con el regusto agrio heredado de la resaca de tantas desgracias, los clubes navarros no profesionales que compiten en categoría nacional -Beti Onak, Sanco Anaitasuna, Huarte, Ardoi y Oberena- plantean la posibilidad de no continuar en sus respectivas competiciones tras el rediseño que ha aprobado la Real Federación Española de Balonmano (RFEBM) en las últimas fechas, una reestructuración que ya se ha cobrado sus primeras víctimas mortales; Ardoi y Oberena, equipos que por falta de un patrocinador ya han renunciado a su concurso en categoría estatal, mientras que el resto de entidades navarras como Beti Onak, Anaitasuna y Huarte han quedado más que tocadas tras la ubicación del sorteo celebrado en Barcelona. "Es una sinvergonzada, no hay derecho, nos han dejado sin opción a nada y todo un día antes, sin avisar, con nocturnidad y alevosía", declara Patxi Lezáun, directivo del Huarte y una de las caras visibles de este proyecto desde su creación en 2001. "Lo que más chirría es el oscurantismo con el que se ha gestado toda la composición de grupos y sin consultar nada", destaca Lezáun. El motivo por el cual las directivas de los clubes navarros que compiten en Primera Nacional han presentado una queja formal a la Federación Española es la nueva composición de los grupos, ya que tras décadas disputando sus encuentros ante los equipos de la Comunidad Autónoma Vasca, Cantabria o Aragón, el sorteo celebrado en Barcelona antes de ayer deparó que los tres equipos navarros deberán jugar ante clubes procedentes de Lanzarote, Tenerife, Las Palmas. Asturias, León, Salamanca, Segovia, Soria y Valladolid, hecho que aumenta su presupuesto 15.000 euros más. "Nosotros -Huarte- ya depositamos el pasado 8 de julio los 2.000 euros de fianza y los 1.500 en concepto de inscripción para la categoría, aunque si ahora renunciamos a ella, perderíamos todo este dinero, además de recibir una sanción disciplinaria, un descenso administrativo y otra multa económica, es de locos y lamentable", relata el técnico burladés.

cambio a última hora

Sin opción

Tampoco bajan las aguas demasiado tranquilas por el paso del río Arga en Villava, ya que el club de la villa, el Beti Onak, sufre ahora por partida doble la devastadora noticia de la reubicación de su equipo masculino. "Estamos pensando seriamente en renunciar a la categoría, no podemos permitirnos un derroche de esta magnitud, tenemos un equipo femenino en División de Honor Plata que también tiene sus gastos y ahora nos presentan esto", afirma Luis Javier Echeverría, responsable de la sección de balonmano del club villavés. "No nos extrañaría nada una guerra con todo esto, no dan opción a nada y todo aquello del nuevo plan de las categorías no ha servido más que para empeorar las cosas, han barrido para casa -en referencia a los posibles beneficios en cuanto a desplazamientos que han obtenido los clubes de la Comunidad Valenciana, de la cual Blázquez fue su presidente-, no es justo", asevera Echeverría. "Lo que no es lógico es que los equipos de Aragón jueguen contra guipuzcoanos o vizcaínos y nosotros, que estamos más cerca, no lo hagamos", apostilla. "La RFEBM tuvo una idea de locos con tanto grupo y tanto equipo, regalando plazas a equipos que ni jugaron una fase de ascenso, nosotros ahora haremos números y estudiaremos la situación, pero a día de hoy, si las cosas continúan así, no salimos", finaliza Echeverría.

Javier Labairu, delegado del Anaitasuna, no está "por la labor" de salir a competir "bajo estas circunstancias". "El proceso ha sido muy raro, a última hora y casi hasta a escondidas, doce horas antes de la composición de los grupos nos dijeron una cosa y al día siguiente otra", confirma Labairu. Asimismo, el directivo del club del barrio de San Juan aseguró a este periódico haber pedido "más tiempo a la RFEBM" para poder salir adelante. "Nos hacen falta entre 12.000 y 15.000 euros para sacar el segundo equipo y queremos buscar soluciones, pero sabemos cómo está el patio y lo difícil que va a resultar encontrar algo y si para la semana que viene no hemos encontrado una solución, optaremos por no salir", asegura Labairu. "Los clubes navarros llevamos toda una vida jugando en este grupo y nos sentimos maltratados y utilizados como una ficha más del dominó, han destrozado un grupo que ya estaba hecho, pero lo más duro es que van a hacer lo mismo con los clubes y con su ilusión", finalizó.

ardoi y oberena

Renuncia por falta de sponsor

Quienes ya han confirmado su renuncia a categoría nacional son Ardoi y Oberena. Las pamplonesas, que hace un mes aceptaron la invitación de la RFEBM para competir en División de Honor Plata, dicen adiós poco antes de la vuelta del equipo manguiverde a categoría nacional. "Los patrocinadores apalabrados nos fallaron a última hora, no hemos tenido más opción que renunciar, esta situación tan delicada genera en nuestro balonmano mucha angustia", relata Víctor Barbarin, responsable de Oberena.

Asimismo, los de Zizur, en idéntica situación, ya renunciaron el pasado 8 de julio a abonar la fianza y los derechos de inscripción para jugar en Primera Nacional. "No podemos hipotecar todo un club por un equipo en toda esta locura, lo más sensato es renunciar", en palabras de Gonzalo Plágaro, presidente del Ardoi.