pamplona. Ahora que ha vuelto a Alemania, ¿cómo valora su primer año fuera de casa?

En una visión general diré que estuve bastante a gusto todo el año pasado. Empecé un poco mal, porque tuve una lesión grave en el tendón de Aquiles que me impidió empezar a entrenar con el resto del equipo. Estuve prácticamente hasta diciembre sin tocar el balón. La segunda parte de la temporada ya fue mejor. Empecé a coger ritmo y vi cómo el equipo se quedaba contento con mi trabajo. Incluso me ofrecieron para renovar por dos años más pero, al final, acepté solo uno. Decir que sí a quedarme dos años en el extranjero, cuando acabo de llegar, me parecía un poco exagerado.

¿Cómo fueron los primeros meses en el extranjero?

Durillos. Me vi en un país nuevo donde no conocía a nadie y todo el mundo hablaba alemán. Estaba un poco perdida. Además, me lesioné muy pronto, prácticamente en la primera semana de entrenamientos. Eso empeoró las cosas porque, cuando llegas a un sitio, quieres demostrar que quieres hacerlo bien, y yo no pude. Pero bueno, me di cuenta de que es cierto eso de que lo que no te mata te hace más fuerte.

Cuando ya se incorporó, ¿notó mucha diferencia en los entrenamientos?

Sí que es diferente. Al fin y al cabo, yo he jugado siempre en el Itxako. Estar en un mismo equipo durante ocho años hace que cojas rutina y una forma de entrenar. Aquí es totalmente diferente.

¿Un ejemplo?

La pretemporada. Llevamos ya casi un mes y habremos tocado el balón cuatro o cinco días. Todo lo demás es correr y correr. Ahora recuerdo cuando nos quejábamos de que las carreras que hacíamos con Ambrosio eran una paliza. Las echo de menos. En Alemania estamos dos horas corriendo, subiendo y bajando montes. Eso sí que es duro.

Dicen que en Alemania se fijan más en lo físico que en lo técnico.

Sí, está todo mucho más enfocado a lo atlético. Hacemos pocas pesas, no musculamos mucho. No nos ponemos como unos toros de fuertes pero, por ejemplo, ganamos en rapidez y explosividad. También hacemos mucho trabajo de protección de articulaciones. Pero sí, sobre todo, se centran en lo físico. La forma de jugar aquí es mucho más rápida, así que es importante. Yo lo llevo bien porque, como soy extremo, siempre me ha tocado correr de un lado para otro.

Se le ve contenta. ¿Por qué ha renovado solo por un año?

Prefiero ir año a año, viendo un poco lo que pasa. Además, si surgen nuevas oportunidades de ir a algún lado, no me importaría aceptarlas. Una vez que he salido de España quiero ver mundo, ¿por qué no?

¿Nota alguna diferencia entre el balonmano en Alemania y el de España?

La Liga es mucho más regular en Alemania. El nivel que hay en España es menor. Pero no solo por el deporte en sí. En Alemania, por ejemplo, la afición es mucho mayor. En todos los partidos veo el pabellón casi lleno de gente que viene a animar. Hay un ambiente muy bonito respecto a este deporte.

Allí se da más hincapié al deporte femenino en general.

Sí que nos dan más empuje. No hay tanta diferencia con el deporte masculino, está todo más igualado.

¿Eso supone una mayor exigencia personal?

No, creo que siempre damos y daremos todo. Al fin y al cabo, es lo que nos gusta hacer y es nuestro trabajo. Nos exigimos al máximo siempre, independientemente de cómo nos traten los medios o de la afición que haya. Un deportista siempre quiere más y más.

Hablando de llegar más lejos, este año ha debutado con la selección española.

Sí, por eso digo que, aunque el año haya empezado muy mal, lo he terminado de la mejor forma posible.

¿Cómo ha sido esa experiencia?

Estoy muy contenta. Es lo que siempre había estado esperando. Un deportista siempre quiere ir más allá. Siempre se espera ir a una competición un poco más grande. Lo mejor es estar con la selección e ir a las competiciones que se pueda. A mí, los Juegos Olímpicos me quedan un poco lejos, pero si pudiera ir a algún Mundial o a algún Europeo estaría cumpliendo uno de mis mayores sueños.

Aún tiene tiempo para cumplirlos. Quien no va a poder es el Itxako. ¿Qué opina de lo que ha pasado con el equipo?

Me da mucha pena. Pero todo el balonmano español, en general, está mal. Para mí, es una lástima. Qué voy a decir, es el deporte que más me gusta. No es justo que los deportes minoritarios se pierdan porque las cosas no se hagan bien. Si se hubieran hecho las cosas de otra forma desde un principio, creo que se podría haber dado mucho más. Éramos un equipo muy bueno, nos llevábamos bien entre nosotras. Además, estábamos muy a gusto en Estella, no queríamos irnos de allí. Pero hay cosas que no cambian, siempre hay personas que van a lo que van.

Supongo que se refiere a la directiva.

Sí. Mi último año fue bastante complicado. El año pasado yo no estuve, pero supongo que las jugadoras pasarían por lo mismo que pasamos nosotras. Es muy triste, la verdad. Da pena ver que tienes todo el apoyo de la ciudad pero que la directiva no sabe llevar bien las cosas, o las lleva según sus intereses.

¿Aún le queda alguna deuda por cobrar?

Nuestro abogado es quien lleva todo. Estamos a la espera, a ver si podemos cobrar algo. No creo que veamos ningún dinero, pero bueno. Si cobro algo, será bienvenido, pero yo ya he dado por perdido todo lo que me deben.

¿Tiene algo ya pensado para el próximo año?

No, prefiero no hacerme muchos planes e ir viendo el día a día. Me gustaría irme a otro país, pero no sé cuándo. Ya veremos cómo va el año. Además tengo que tener en cuenta cómo esté mi cuerpo, porque los 30 años, parece que no, pero empiezan a notarse. Son muchos años ya al máximo nivel, y el cuerpo hay veces que se queja.

No le importaría ir a otros países pero, ¿qué le parece la idea de volver a casa?

No me cierro ninguna puerta. Estoy en un momento de mi vida en el que no tengo ninguna atadura. Ya que he empezado con la experiencia de salir fuera de casa no me importaría seguirla. Una de las razones por las que volvería a España es para retomar mis estudios de Magisterio, porque a distancia es muy complicado. Pero, como he dicho, no tengo preferencias. Lo mismo me da ir a otro país que volver a casa. Ya que estoy fuera, quiero aprovechar un poco. Siempre hay tiempo de volver a casa.