pamplona. La primera pregunta es obligada. ¿Cuál es su compañía telefónica?

(Se ríe) Movistar, por supuesto (lo demuestra enseñando su teléfono móvil). Tengo compañeros de equipo que no se han cambiado y siguen con otras compañías, pero yo creo que hay que dar apoyo a la marca.

¿Le hacen descuento en la factura o algo parecido?

No, qué va. Ya le decimos a Eusebio (Unzué), pero nada (se ríe).

Estudió una FP de Salud Ambiental. ¿Cómo le dio por ahí?

Me gusta todo lo relacionado con el medio ambiente. Nos lo estamos cargando, y los estudios tenían que ver con todo eso, con el control de la contaminación y esas cosas.

Y luego se pasó a la Psicología.

Sí, me dio el ramalazo y empecé a estudiar Psicología. Para derrotar a los rivales con la mente, como alguno me decía (se ríe).

¿Qué papel juega el factor psicológico en el deporte?

Juega un papel fundamental, tiene un peso muy grande. Quien primero tiene que empujar es la cabeza, y el físico tiene que acompañarle luego.

Pero sin una condición física óptima es complicado...

Claro, pero la potencia sin control no sirve de nada. Mente y físico van unidos: cuando estás bien físicamente eres duro de cabeza, pero cuando estás débil es cuando tienes que tener una buena cabeza para aguantar.

Dejó los estudios porque era difícil compaginarlos con las carreras y los entrenamientos.

Sí. Cuando llegas a profesional el calendario es bastante apretado y deja poco espacio a otras cosas. Además, la exigencia también es muy grande. Este año, entre el 10 de enero y el Tour, que se corre en julio, sólo estuve 28 días en casa. Y fueron días sueltos. Así es difícil.

¿Cuántos días al año pasa fuera de casa?

Muchos, este año ha sido muy duro. Y encima me casé este invierno... si mi mujer aguanta este año, ya es para toda la vida (se ríe). Por suerte ahora, después de la Vuelta, empieza la época en la que más estoy en casa. Hasta enero o así toca descansar y disfrutar de esto, que se echa de menos.

¿Era un buen estudiante? ¿No utilizó los problemas para compaginar trabajo y estudios como excusa para abandonar?

No, no. No era un estudiante brillante, pero me defendía. Nunca he repetido ni he tenido problemas. Son cosas que te enseña el deporte: si te pones cabezón, tiras hacia delante. Si apuestas por sacarlo, más despacio o más deprisa lo sacas.

¿A qué se dedicaría si no fuese ciclista?

Soy inquieto y me gusta estar activo, así que seguro que sería deportista, aunque no sé de qué tipo.

¿Pelotari, tal vez? Sé que le gustan los frontones.

Sí, jugaba a pelota de crío. Mi padre tenía mucha afición y nos la contagió a mis hermanos y a mí. Además tengo unas manos grandes, que también me vienen de herencia, así que lo tenía fácil. Pero para la pelota hace falta más habilidad.

También le gusta el motor. ¿No sería un buen piloto de automovilismo?

Para llegar a ser piloto hace falta suerte, medios y patrocinadores. Ser pelotari es más fácil. Me gusta el mundo del motor porque me tira la carretera y la velocidad, pero como espectador, nada más.

Sé que tiene un lado cruel. Me han contado que en su pueblo usted perseguía a los perros con la bicicleta.

Sí, empecé así y acabé corriendo el Tour (se ríe). Me gustan los perros, pero en el pueblo había algunos un poco pesados y solíamos perseguirlos con la bici para asustarlos. Allí era lo normal, no es algo que inventase yo (se ríe).

El monte es otra de sus pasiones.

Me gusta, y en esta época me escapo siempre que puedo. Suelo hacer senderismo, y también aprovecho para hacer alguna escapada al Pirineo.

¿Sigue la actualidad?

La sigo cuando puedo. No es fácil, porque cuando estás en carrera te pierdes la mitad de la película.

Pues yo se la resumo: corrupción. ¿Qué opina de la clase política?

Sinceramente, ningún político me aporta la confianza suficiente. Los hechos demuestran que hay escándalos en todas partes, y es una pena. Se tiene que imponer la seriedad, porque es una pasada las cantidades de las que se habla en algunos casos concretos, como por ejemplo el caso Bárcenas. No es tolerable.

Por desgracia, Bárcenas no es el único. En España hay más de 300 políticos imputados.

Le das una patada a una piedra y salen casos de corrupción... Y nos hemos enterado de mucho, pero seguro que hay mucho más escondido. Es triste, con la que está cayendo...

¿Saldremos de la crisis? ¿Por dónde hay que empezar para lograrlo?

Podemos inspirarnos en el ciclismo: hay etapas en las que toca sufrir más y etapas más sencillas. Debemos ser constantes, intentando hacer las cosas bien y remando todos en la misma dirección.

Siguiendo con el símil ciclista, ¿estamos atravesando una pájara?

Esto es una pájara gorda, pero no se puede abandonar. Hay que sufrir y pasar por el mal momento lo mejor que se pueda, que ya llegará la cuesta abajo. Los políticos nos venden que lo peor ya ha pasado, a ver si es verdad y comenzamos a lanzar la bici hacia arriba en el repecho.

¿Cómo le afecta la crisis a Imanol Erviti?

Yo soy un privilegiado, tengo suerte, no he perdido mi puesto de trabajo y mi situación no ha cambiado drásticamente. Hay veces que no eres consciente de la realidad al pasar tantos días fuera, pero ves a gente cercana que acusa la crisis y te impacta. Tengo amigos que han terminado de estudiar y ahora no tienen dónde empezar a trabajar. Algunos, incluso, están trabajando con contratos semanales. Es increíble.

¿Están bien pagados los ciclistas?

Yo creo que sí. Todo el mundo compara nuestro esfuerzo con el de los futbolistas, que cobran mucho más que nosotros, pero al final cada uno vale lo que genera. Si el fútbol genera tanto, vale tanto, por mucho que se quiera mezclar dinero y esfuerzo.

Hablando de dinero, Florentino Pérez ha dicho que Bale es barato.

Con los negocios que maneja, él sabrá. Supongo que se referirá a lo que Bale genera, a que será capaz de retornar la inversión que se ha realizado por él.

¿Es ético pagar 100 millones de euros por un jugador de fútbol?

Si es rentable, vale, pero a mí me parece una locura, y más aún que lo vuelva a financiar Bankia. Parece que no aprendemos, después de Cristiano Ronaldo y de los problemas que ha tenido ese banco. Es una barbaridad, con ese dinero se pueden montar, sin exagerar, diez equipos de ciclismo de altísimo nivel.

¿Qué opina de la nueva decepción olímpica de Madrid?

Madrid tendrá que empezar a medir sus esfuerzos. Han pegado tres arreones que han fracasado, es hora de pararse a pensar.

¿Era éste el mejor momento para acoger unos Juegos?

No lo sé, pero seguro que no era el mejor momento para un rechazo, sobre todo tras una inversión tan grande. Aunque tampoco sé hasta qué punto los Juegos suponen un beneficio para el país.

El asunto del dopaje seguro que influyó en el rechazo de Madrid.

Seguro que el tema de la Operación Puerto influyó. Da la sensación de que fue una chapuza, y que el COI no vea seriedad a la hora de hacer las cosas no puede ser bueno.

¿Es España lo suficientemente estricta con el dopaje?

Sí, lo que pasa es que España arrastra la mala imagen del pasado. Ahora hay una legislación igual de dura o más que la de otros países, se han puesto las pilas. La Operación Puerto lo removió todo, la opinión pública se echó encima y llegaron los cambios. Con la legislación actual, aquel escándalo habría tenido un final muy distinto.

¿Usted se dopa?

No, no me hace falta, tengo calidad para ser un gregario. A todos nos gustaría ser como Induráin, pero la vida es dura y cada uno sabe hasta dónde puede llegar. Uno tiene que ser realista, debe asumir sus limitaciones y debe luchar contra ellas, pero siempre con deportividad y de forma legal, como nos han enseñado desde críos.

¿No se aburre de ser gregario, de estar siempre en un segundo plano?

No, sobre todo si tienes la suerte, como yo, de tener líderes majos, agradecidos, que te valoren y que después de todo tu trabajo respondan bien.

¿Son los ciclistas presuntos culpables hasta que se demuestra su inocencia?

No, pero sí que tenemos la sensación de estar permanentemente apuntados con el dedo. Es lo que hay, los errores del pasado se pagan, y esta generación lo sabe bien.

Cambiemos de tercio. ¿Le gusta el fútbol?

Sí, me gusta. No veo todos los partidos, pero nunca me pierdo los más importantes: semifinales, finales...

¿Cómo ve a Osasuna? ¿Lo sigue?

Lo sigo, claro, y me temo que otro año va a tocar sufrir. Pero es algo que ya han vivido otras veces, están acostumbrados, y por eso yo confío. Son buenos deportistas, gente profesional, y seguro que no se guardan nada para conseguir mantenerse en Primera una vez más. Han empezado torcidos pero hay tiempo para reaccionar. Eso sí, el futuro va a depender bastante de los próximos partidos, que influirán en la moral.

De nuevo sale a relucir el factor mental.

Es que es esencial, la cabeza y la serenidad en el deporte son importantes. La presión les puede hacer daño.

¿Qué hace en su tiempo libre?

Cuando estoy entrenando procuro descansar. Y cuando estoy en casa suelo salir con los amigos y aprovecho para ir al pueblo. Con poco me conformo.

Hoy en día, si no estás en las redes sociales no eres nadie. ¿Qué tal se maneja en este ámbito?

Me manejo lo justo. No tengo Facebook, por ejemplo, porque bastante trabajo tengo ya (se ríe). Lo que sí que uso es Twitter, que me sirve para leer noticias y opiniones de gente que me interesa. Me gusta porque es más discreto.

¿Se puede vivir sin Facebook?

Sí, lo confirmo. Yo soy muy básico.

¿Qué tres deseos le pediría al genio de la lampara?

(Se lo piensa) Pediría que superemos la crisis y otras cosas que nos quitasen problemas y preocupaciones a mí y a los míos. Al fin y al cabo, si los de tu alrededor están bien, tú estás bien.