pamplona - Óscar Rodríguez, flamante ganador en La Camperona, hace balance de su 2018 y mira con ilusión y mayores expectativas hacia un nuevo año en el que espera confirmar las grandes sensaciones que ha tenido a lo largo de este curso que ha terminado para él recientemente.

¿Qué balance hace de este 2018?

-Al final el ámbito personal afecta mucho en el profesional, y no comencé bien el año. Tuve una operación de nariz que arrastré durante la primera parte de la temporada, y las cosas no me terminaban de funcionar. Sin embargo, con el paso de los meses las cosas se fueron arreglando. Si estás bien fuera de la carretera vas a estar bien dentro de ella, y esto lo noté al final de año, cuando el sabor de boca ha sido inmejorable. El balance en general es más que positivo.

¿Es su mejor año de su, todavía, corta carrera como ciclista profesional?

-Sin duda. Al final era bueno sin conseguir la etapa de la Vuelta a España, pero con ella en el zurrón es realmente excelente.

Y todo esto acaba de empezar.

-Ojalá. Yo voy a intentar hacerlo todo lo mejor posible y veremos hasta dónde puedo llegar, pero la verdad es que estoy realmente ilusionado con este fin de temporada.

¿Siente que a partir de este año todo el mundo va a estar pendiente de usted?

-Yo creo que todo el mundo no, pero sí que me prestarán un poquito más de atención.

Y de nuevo a raíz de la Vuelta, ¿le motiva la palabra responsabilidad?

-La verdad es que a fecha de hoy, sí. Si me lo llegan a decir hace un año igual no tanto, pero ahora mismo me motiva mucho, así que espero estar a la altura.

Porque, independientemente de lo que ha pasado este año, todavía le queda mucho por aprender.

-Sí, eso está claro. Los grandes ciclistas andan hasta los 38, como Valverde, así que todavía me queda mucho por delante para rodar y aprender. Tanto dentro como fuera de la carretera.

¿Merecen la pena tantos años de esfuerzo, dedicación y sacrificios cuando se ve levantar los brazos en una etapa de una gran vuelta?

-Sí. Ganar, como fue mi caso, una etapa en una grande lo justifica absolutamente todo. El ciclismo es un deporte muy sacrificado, y cuando levanté los brazos en La Camperona vi que todos los sufrimientos que he pasado han merecido la pena.

¿Pensó en dedicarse al ciclismo profesional desde pequeño?

-Nunca pensé en dedicarme a la bicicleta hasta que pasé a profesionales. Y aún así tampoco lo tenía del todo claro, así que está siendo todo un poco sorpresa.

Y ya entrando en clave Vuelta a España, ¿qué se le pasa por la cabeza cuando escucha el nombre de La Camperona?

-La verdad es que es un lugar mágico para mí. Tengo que hacerle una visita antes de comenzar a entrenar de nuevo. Tampoco recuerdo muy bien la subida porque al final vas sufriendo tanto que sólo te fijas en esforzarte al máximo, así que quiero recordarla y ver el entorno. Quiero ir y conocerla de verdad.

Porque el año pasado en Castilla y León no tuvo una buena experiencia en una etapa que terminaba en el mismo sitio.

-Era una etapa diferente a la de este año, creo que comenzábamos en Velilla del Río Carrión, pero sí, no tuve una buena experiencia. Me caí antes de llegar al puerto y me tuvieron que coser la rodilla y el labio en La Camperona porque la ambulancia no podía subir hasta arriba, así que lo único que conocía era lo que pude ver desde la ventanilla.

Y todo esto en una fuga con gente de la talla de Majka y Zakarin, ambos con un podio en una grande, o con ganadores de etapa en una gran vuelta, como Mollema o De Gendt.

-La verdad es que había gente muy buena, y nunca me imaginaba que podía ganarles. Me sorprendió, está claro.

¿Qué se le pasó por la cabeza en la última rampa de 500 metros?

-Era durísima. No se me pasaba casi nada, tenía que darlo todo y me tenía que dejar el alma en intentarlo. Se me cayó el pinganillo y no tenía claro si iba a ganar o no. Cuando me vi solo en la línea de meta pensé que tenía que ganar yo y levanté los brazos, pero nunca te lo terminas de creer en ese momento.

Dijo que no era capaz de pensar en nada al término de la etapa, ¿es verdad?

-Te encuentras con que has ganado pero no te lo terminas de creer. Y tampoco te da tiempo a asimilarlo, porque se te empiezan a echar todos los medios encima. Recibes felicitaciones de todo el mundo y no eres del todo consciente de lo que haces.

¿Y cómo empieza a entrar en razón sobre lo que ha logrado?

-Poco a poco. Es algo progresivo. Mucha gente importante te empieza a enviar mensajes y ahí es cuando piensas que has hecho algo grande de verdad.

Porque pasó de ser un desconocido a ser una persona con más repercusión.

-La verdad es que no me conocía nadie, y ahora la gente incluso me llega a pedir autógrafos y fotos cuando voy por la calle. De hecho ni Majka ni Teuns sabían quién era Óscar Rodríguez. Es muy agradecido.

Y ahora no se les va a olvidar.

-(Risas) Tiene toda la pinta que ahora ya van a saber siempre quién soy.

Y no quedó todo en eso, porque en la etapa de Lagos de Covadonga y del Balcón de Bizkaia también lo hizo realmente bien.

-La verdad es que yo fui a la Vuelta buscando mi punto de forma, y sabía que este podía llegar entre la segunda y tercera semana, y así terminó siendo.

Ha sido una vuelta de ensueño para usted como para su equipo.

-Sí, sin duda. Hemos sido décimos por equipos, Mikel Bizkarra fue decimoséptimo en la general y mi etapa. Algo impensable en la rampa de salida.

¿Qué les dijo el director deportivo del Euskadi Murias, Jon Odriozola, cuando llegaron a Madrid?

-Nada en especial. Estaba muy orgulloso de todos nosotros y espera repetir la mitad de los éxitos de este año en el próximo curso.

Hablando del equipo, ¿han dado un paso muy grande para asentarse en el pelotón mundial?

-Ojalá, tenemos un futuro incierto porque toda la responsabilidad está cayendo sobre Murias, pero el trabajo que hemos realizado este año todos los corredores es sobresaliente. Veremos el futuro que tiene el equipo, eso es más una pregunta para Odriozola y para la empresa.

Han conseguido las mismas victorias que equipos World Tour que les llegan a doblar el presupuesto.

-Tiene mucho mérito porque estamos muchos corredores cobrando prácticamente el mínimo salario y montar un equipo en estas condiciones y tener estos resultados enorgullece mucho.

¿Qué va a ser de Óscar Rodríguez en 2019?

-Óscar Rodríguez probablemente siga en Euskadi Murias, casi al 100%. Le gustaría comenzar bien el año, y siempre enfocando el año, de nuevo, a la Vuelta a España. Esta Vuelta me ha servido para darme cuenta de que puedo ganar y me va a ser como motivación para seguir haciendo las cosas bien. Nunca había conseguido ningún triunfo en mi carrera, y tras la última Vuelta veo las cosas desde un prisma completamente diferente.