Tiene sólo 25 años y un talento descomunal con el balón. Dani Saldise es el pichichi de la Liga con 17 goles -igualado con Drahovsky, del Industrias Santa Coloma- y está viviendo intensamente un romance con el gol en todas las competiciones, incluida la Copa del Rey y la UEFA Champions League, donde el viernes marcó su primera diana. Con su equipo, el Movistar Inter, jugará la Final Eight de este torneo entre el 28 de abril y el 3 de mayo en Minsk (Bielorrusia). Mientras, el ala-pívot de Irur-tzun y exjugador del Xota, seguirá con su hambre goleadora y su buena puntería que, espera, le lleve algún día de nuevo a vestir la camiseta de la selección española.

Parece que ha hecho un pacto con el gol.

-Sí, la verdad es que estoy muy contento. Es mi primer año en el equipo y siempre es más complicado, por el cambio de ciudad y por todo. Además, se trata de todo un Inter. Al principio me costó bastante, pero poco a poco fui amoldándome y, para el segundo o tercer mes, ya me sentía muy cómodo. En cuanto al juego, es cierto que estoy teniendo suerte. Disponiendo de muchas ocasiones y buscando continuamente el gol. Y está llegando.

¿Dónde está el secreto de este buen momento que atraviesa?

-El estar feliz aquí, con los compañeros, con los entrenadores, con el equipo en general y también en la ciudad. Tenía mucha ilusión de venir a este equipo. Además, una vez te salen las cosas y coges confianza, si sigues trabajando y sobre todo disfrutando del día a día, se acaba reflejando en la pista. Ahora mismo tengo la suerte de que está funcionando y ojalá esto siga por mucho tiempo.

Ha encajado bien entonces tanto en la estructura del club como en la ciudad.

-Sí. Es un club grande e impresiona venir aquí. Pero poco a poco vas conociendo a las personas, te ayudan desde el principio y te tienden la mano. Todo lo ponen muy fácil, la verdad.

El cambio era significativo. Pasar de un equipo histórico dentro del fútbol sala, pero con un componente más familiar, a otro considerado de los grandes

-No, vértigo no. Tenía más ganas que vértigo. Y sobre todo mucho respeto, porque sabía adónde venía. Por aquí han pasado jugadores top y no han terminado de encajar, se les ha hecho complicado. Así que respeto había, pero no me quería quedar sin probar la experiencia. Era un sueño. Por supuesto que cambio es, pero me sentía preparado, era el momento perfecto y aquí estoy.

¿Cuándo dio ese salto se imaginaba estar tan pronto en ese top

-Imaginarlo, no. Es muy complicado. Sí que tenía la esperanza de ir creciendo como jugador y seguir consiguiendo cosas a nivel profesional. Esperaba crecer, pero no tanto. A estas alturas no pensaba estar en lo alto de la tabla de goleadores y con 17 tantos. Mi cifra máxima de goles en una temporada entera era de 20. Así que no me lo imaginaba. Tenía esa ilusión y esas ganas, pero hasta ese punto de llegar, no. Estoy muy contento.

Acaba de marcar, además, su primer gol en la Champions. Ante el Kherson. ¿Cómo vivió ese momento?

-Fue un momento muy especial. Esa es la palabra. En el anterior partido europeo no pude marcar. Tuve alguna ocasión al poste, pero no entró. El otro día, además de ser mi primer gol en la Champions, fue muy importante porque estaba el partido atascado, con 0-0 en el marcador, y un tanto nos podía mandar para casa. La verdad que pude meter la cabeza en ese saque de esquina, algo que no es muy habitual en fútbol sala, y me hizo mucha ilusión. Fue muy especial y una sensación que no había sentido nunca. Sí que había anotado en la Copa, que también es especial, pero esto fue diferente.

Como dice, un gol que abrió el marcador hacia una victoria que les permite estar entre los ocho mejores de Europa. ¿Eso cómo se digiere?

-La palabra es orgullo. Vienes aquí y ves que es lo normal, que Inter es un equipo que debe ganar y estar ahí, pero luego hay que ir a la pista, al 40x20, y lograr la victoria. Hay que pelearse con un rival que piensa lo mismo que tú y al final estás luchando contra los mejores de Europa. La verdad es que es un orgullo y una de las cosas con las que siempre he soñado, jugar la Champions. Este año ha cambiado el formato y se ha organizado una Final 8, en una misma sede, y teníamos que estar sí o sí. Tenemos un gran equipo y, aunque sea un año de transición con muchos cambios, es un club que te inculca desde el primer día que hay que ganar día sí y día también, luchar por todos los títulos, así que estoy muy contento de que nos hayamos clasificado.

Dejó el dorsal 9 en el Xota y ahora luce el 10 a su espalda, el que llevó una leyenda de este deporte, Ricardinho. No parece que le haya pesado esa responsabilidad...

-No, la verdad es que no. Cuando fiché por el Movistar Inter ya me preguntaron eso en alguna entrevista que me hicieron desde Madrid. No puedo negarlo, no es un número normal. Soy consciente de que lo ha llevado alguien como Ricardinho muchos años. Pero me sentía preparado y no veía más allá de que era un número que me gustaba. También sabía que lo habían llevado varios jugadores, entre ellos Ricardinho, pero creía que no me iba a pesar. De haberlo pensado, no lo habría cogido. Lo escogí porque me gusta y porque me sentí preparado.

Eso es una buena muestra de que tiene 25 años, pero carácter también.

-Sí, eso me decían aquí, que demostraba personalidad. Que llevar el 10 era una presión. Y claro que lo es, pero es una presión bonita y estoy dispuesto a soportarla.

Con todos los goles que está marcando en la Liga, en la Copa y también en la Champions, está llamando con firmeza a la puerta de la selección. Imagino que le gustaría abrirla de nuevo.

-Sí. España tiene grandísimos jugadores, vienen jóvenes buenos también, y siempre es un sueño volver a jugar con la selección. Después de tanto tiempo, me gustaría de nuevo vestir la camiseta. Es por lo que peleo también día a día.

El tener más opciones de ir con la selección fue también uno de los motivos que le llevó a fichar por el Inter, ¿no?

-Sí, porque vas a un club grande y tienes más visibilidad. Pero mi objetivo es seguir trabajando y si llega esa oportunidad, yo encantado.

Hablamos de trabajo, de carácter y de mucho esfuerzo detrás. Pero creo que, también, cuenta con el apoyo de un psicólogo deportivo en su carrera. ¿Por qué decidió ponerse en sus manos y cómo le está ayudando?

-Hace dos o tres años jugaba en el Xota y había tenido temporadas buenas. Había empezado a ir con la selección, primero con la sub-18, luego la sub-21 y finalmente la absoluta. Logré también ser jugador revelación en la Liga. Me llegó todo muy rápido. Claro que me dedicaba a lo que me gustaba, pero era mucha presión también. Mucho estrés. Y no te das cuenta. Eres joven, sí, pero va pasando el tiempo y poco a poco la cabeza se te va cargando. Llegó un momento en el que empecé la temporada y me encontraba bien, pero no del todo. Tenía novia, amigos, familia, jugaba... Pero no terminaba de encontrarme feliz en la pista. Y tomé la decisión. Todavía se piensa que si vas al psicólogo es porque estás loco y no es así. Me puse en manos de un psicólogo deportivo, Kepa Díez, y solía ir de Irurtzun a San Sebastián. A la universidad, porque él es profesor de Psicopatología. A los cinco minutos ya sabía que había acertado. La primera visita se me pasó volando y recuerdo que le pregunté: '¿Cuándo puedo volver?'. Lo tengo grabado. Luego llegué al coche y como si me hubiese quitado una pesa de 25 kilos. Continué con él y ya, más que un psicólogo, se ha convertido en un hermano mayor.

¿Y sigue en contacto con él?

-Sí. Ahora, al no poder vernos, hablamos una o dos veces por semana por teléfono. Y por WhatsApp casi todos los días. El contacto lo mantenemos, sí.

Qué importante lo que está diciendo. El deporte es físico, es táctica, pero también cabeza. Y no siempre sabe uno mismo gestionarla.

-Es increíble. Puedes pensar que estás bien físicamente, pero si no estás bien de la cabeza, no te va a funcionar nada. Tienes que estar feliz, liberado, sabiendo que te pueden ir las cosas bien, pero también mal. Desde aquí animo a cualquier deportista y a cualquier persona a que cuente con el apoyo de un psicólogo. Muchos piensan que sólo hace falta cuando las cosas van mal y eso no es así.

Volviendo al tema de los goles. De todos los que ha marcado, ¿con cuál se queda?

-Con el primero, el que metí ante el Burela. No fue un golazo, porque lo marqué en la línea de gol, a puerta vacía, pero fue el primero. Muchos me dijeron que vendrían muchos después y parece que sí (se ríe).

Con cinco años empezó en Irurtzun a jugar en el Xota y ha estado en el club de su pueblo hasta la pasada temporada. Imagino que seguirá la actualidad de su exequipo.

-Sí, suelo verle jugar cuando no coincide con mis partidos. Y lo hago como un aficionado más. Ojalá puedan conseguir todos los objetivos de la temporada. Les deseo lo mejor.

Para terminar, ¿cuál es tu gol soñado? ¿El que le gustaría marcar algún día?

-En una final de Champions, en el último minuto y que nos dé la victoria. Más bonito, imposible.

Nombre completo. Dani Saldise Martinicorena.

Lugar y fecha de nacimiento. Irurtzun, 8/07/1995.

Posición. Ala-pívot.

Trayectoria. Con 5 años empezó a jugar en el equipo de su pueblo, el Xota. Desde la temporada 2013-2014 hasta la 2019-2020 jugó en el primer equipo. En la campaña 2015-2016 fue elegido jugador revelación de la Liga. Este es su primer año en el Movistar Inter.

Internacional. Ha pasado por las categorías inferiores de la selección española -sub-18 y sub-21- y cuando tenía 21 años debutó con la absoluta ante Francia. Ha estado en ocho convocatorias con España.

20 goles, su máxima cifra. Hasta ahora lleva 17 goles anotados en la Liga. Su máxima cifra está en 20, en la 2018-2019.

"Soy consciente de que el '10' era de Ricardinho. Pero lo escogí porque me gusta y estoy preparado"

"Tengo la ayuda de un psicólogo deportivo. Si la cabeza no va bien, no te va a funcionar nada"