ITALIA Donnarumma; Di Lorenzo, Bonucci, Chiellini, Emerson (Tolói, m.74); Barella (Locatelli, m.85), Jorginho, Verratti (Pessina, m.74); Insigne (Belotti, m.85), Chiesa (Bernardeschi, m.107) e Immobile (Berardi, m.62).

ESPAÑA Unai Simón; Azpilicueta (Marcos Llorente, m.85), Eric García (Pau Torres, m.109), Laporte, Jordi Alba; Busquets (Thiago, m.106); Koke (Rodri, m.70), Pedri; Dani Olmo, Ferran Torres (Morata, m.62) y Oyarzabal (Gerard Moreno, m.70).

Goles 1-0, m.60: Chiesa. 1-1, m.80: Morata.

Tanda penaltis Locatelli: fallo (0-0). Olmo: fallo (0-0). Belotti: gol (1-0). Gerard Moreno: gol (1-1). Bonucci: gol (2-1). Thiago: gol (2-2). Bernardeschi: gol (3-2). Morata: fallo (3-2). Jorginho: gol (4-2).

Árbitro Felix Brych (Alemania). Amonestó a Busquets (51) por España; y a Tolói (97) y Bonucci (118) por Italia.

Estadio Wembley. 57.811 espectadores.

- La selección española se despidió de la Eurocopa con honores en la tanda de penaltis, con los fallos de Dani Olmo y Álvaro Morata, para quedar a puertas de una final merecida tras una lección de buen fútbol ante la que se mantuvo en pie una Italia que rebajó belleza pero no eficacia, para acabar salvada por Donnarumma.

Esta vez salió cruz. La fortuna dio la espalda o la falta de acierto dio la cara en una tanda de penaltis que castigó el mejor partido de España en el torneo. El conjunto español acarició la excelencia como al balón en un duelo de alta escuela. Ganó el fútbol en el enfrentamiento de dos bloques sin una estrella de referencia. Dos equipos que crecen desde el balón y batallaron por adueñarse de él. Una misma idea con mejor interpretación de la posesión de España pero mayor sensación de peligro italiana, con dinamita arriba.

Luis Enrique ya es el ganador. Daba igual el resultado. Nadie dominó a una Italia intocable hasta que los chavales del técnico desataron una lectura perfecta de la posesión. Ambas selecciones representan la máxima expresión futbolística de la presión. Ejecutada a la perfección.

Italia despejó las dudas con rapidez. No renunciaría a su estilo, en todo caso sería obligada a hacerlo. Su intención fue hacer pagar a España con su misma moneda.

España exhibió personalidad. El plan de Luis Enrique comenzó a funcionar. Líneas juntas, extremos abiertos, movilidad en la asociación, velocidad en el toque y una figura que dañó a Italia en cada balón que tocó: Dani Olmo. La sorpresa del seleccionador. Y Olmo respondió con un partido para enmarcar en todas las facetas menos en la definición. A los 25 minutos, con todo para marcar, como si de un penalti se tratara, se topó con Donnarumma. Esa acción perdonada aumentó el respeto después de que Pedri sacase la varita para filtrar un pase mal controlado por la gran sorpresa del once español, Mikel Oyarzabal. El dominio español pasó a ser abrumador en todas las facetas del juego salvo en el área rival. En la lección de presión, consiguió España que el jugador rival que más iniciase jugada fuese Donnarumma.

Italia entendió que desde la posesión nunca sería superior a su rival y presentó un cambio de plan para el segundo acto. Propuso un partido de ida y vuelta, un intercambio de golpes repleto de valentía. España lo aceptó desde la seguridad que sentía en su mejor partido del torneo, sin pensar en los regalos que ha ido dejando en el camino.

Así cometió el primero, en un despeje de Laporte sobre Inmobile que avisó con un disparo cruzado. Era el momento Oyarzabal, dañando con el balón cosido al pie en los ida y vuelta, regalando la primera a Busquets, que rozaba el larguero con su disparo, y topándose con Donnarumma en la segunda. Fue cuando llegó el duro golpe de Chiesa a a hora de partido. Un disparo ajustado al palo, imparable, tras una acción repleta de velocidad que encontró el corte de Laporte a la espalda de Eric y un rechace que se convirtió en oro. España no se detuvo en el lamento y se lanzó por lo que consideraba justo. Respondió con grandeza pese a lamentar contundencia, perdonando un centro medido de Koke a la cabeza de Oyarzabal y el enésimo intento de Olmo.

La perfecta lectura de Luis Enrique dejó un último movimiento que impulsó la reacción. Pasó a un 4-2-3-1 con doble pivote y Morata en punta. A tiempo de firmar su gol para la historia y evitar la derrota con el tanto que le convierte en el máximo artillero español en las Eurocopas. Rompiendo al espacio, asociándose con Olmo y definiendo con calidad.

España se marchó a la prórroga dominando y no no cesó en su empeño en la prórroga, donde nada se movió. El partido estaba abocado a una nueva tanda de penaltis. La segunda consecutiva tras la tercera prórroga. Un camino con tanto sufrimiento como fútbol que en esta ocasión no pudo salvar el inicio de la tanda con parada de Unai Simón. Los fallos de Olmo y el posterior de Morata sentenciaron a una selección sobresaliente. Italia extiende su racha sin perder a 33 partidos y espera rival para la gran final.

Relevado por Marcos Llorente. César Azpilicueta no terminó el partido frente a Italia ya que fue sustituido en el minuto 85 por Marcos Llorente. El lateral navarro, que estaba completando un buen encuentro, fue relevado por el futbolista del Atlético de Madrid en el flanco derecho aparentemente porque padecía algunos problemas físicos. Azpilicueta se ha mantenido en el lateral derecho titular de la selección española desde que Luis Enrique le diera la oportunidad de jugar en el tercer encuentro del torneo. En el campeonato, además, ha anotado un gol.