Jesús Areso tiene los días contados en Osasuna. Después de las palabras de Braulio Vázquez en la rueda de prensa de la presentación de Rosier, el lateral de Cascante se ha entrenado esta mañana al margen del grupo. Un hecho que invita a pensar que la salida de Areso es cuestión de horas. Hasta ahora, el Athletic Club parecía la opción más probable, pero el Atlético de Madrid ha irrumpido en los últimos instantes con mucha fuerza en la operación.

El lateral estaba a un paso de firmar por el Athletic, pero el club colchonero se ha metido con fuerza de por medio en las últimas horas. En paralelo, el club colchonero trabaja en la cesión de Nahuel Molina.

Lo que parece evidente es la salida de Areso, que acababa contrato con los rojillos en 2026. El director deportivo de Osasuna no pudo ser más claro ante los micrófonos: “Los vecinos sí que han mostrado su interés, pero oferta formal no ha habido, eso lo puedo garantizar”. “Le hemos hecho tres ofertas a Jesús, la última con un escalón salarial muy importante, él ha dicho que no porque quiere salir”, añadió.

Todo lo sucedido en las últimas horas daba que pensar que el acuerdo entre Osasuna y Athletic estaba perfilado. Tal y como adelantó este periódico, el club bilbaíno quería cerrar esta semana el traspaso para evitar que el jugador tuviera que disputar partidos de pretemporada, y Osasuna disputa el primero el sábado ante el Lorient. 

En el entrenamiento mañanero a las órdenes de Lisci, Areso saltó al césped de Tajonar diez minutos después de que sus compañeros lo hiciesen. El de Cascante pasó varios minutos en uno de los banquillos de Tajonar hablando con miembros del staff técnico, además de que Kike Barja se acercó a hablar con él durante unos minutos.

Posteriormente, el jugador de Cascante realizó trabajo físico de manera individual a través de carreras continuas, mientras sus compañeros realizaban el entrenamiento con total normalidad. Tras varios minutos entrenando al margen, Areso se quitó las botas para sentarse en el banquillo observando a sus compañeros.

Fue entonces cuando Braulio –muy atento al móvil durante toda la mañana– y Cata se sentaron en el banquillo en el que se encontraba el lateral rojillo. Allí, los tres mantuvieron una conversación durante gran parte del entrenamiento. Al finalizar la sesión, en la que Areso se mantuvo sentado en el banquillo, ambos acudieron a hablar con Alessio Lisci.