Está siendo un año de emociones fuertes para Andoni Gaskue Mendive (Larraintzar, 20/5/1999). "Como una montaña rusa: subir, bajar y volver a subir", dice él. De diez meses en 2021, ha estado cinco en el dique seco tras una rotura del tendón de Aquiles en su pierna izquierda. Pero la lesión no ha frenado su crecimiento. La semana pasada fue campeón del mundo sub-23 de mano parejas y, cuatro días después, ha pasado a ser profesional de pelota mano con Aspe. "Estos días están siendo una locura", cuenta.

En los primeros meses del año, el pelotari navarro estaba siendo uno de los zagueros de referencia en el Campeonato de España de Clubes de División de Honor con el Ultzama-Buruzgain. Estaba clasificado para la fase final, pero en una exhibición el 26 de marzo notó "algo raro en la zapatilla". Su pareja, Unai Laso, le dijo que tenía "el pie colgando". Se había roto el tendón de Aquiles. El Mundial sub-23 y el sueño del debut profesional se esfumaban. "No he llorado tanto en mi vida", admite. Por delante, siete meses de recuperación y mucho trabajo.

El zaguero de Larraintzar cambió el chip, acortó los plazos y en septiembre estaba recuperado. El seleccionador español Mikel Lana confío en él y el viernes pasado ganó el Mundial sub-23 en la final ante México con el delantero guipuzcoano Ander Murua. Pero las buenas noticias no se acaban ahí.

El miércoles, Aspe anunció que Gaskue se incorpora a su plantilla y debutará el próximo 5 de noviembre con Altuna III o Ezkurdia en su pueblo: "Un sueño hecho realidad". Recoge el testigo de Julián Lajos y será el segundo pelotari profesional en la historia de Larraintzar en el año en el que su frontón, el Toki Alai, cumple 100 años.

El viernes pasado se proclamó campeón del Mundo en mano parejas y el miércoles firmó su contrato con Aspe. ¿Qué ha pasado en estos cinco días?

Ganar el Mundial fue una ilusión y una alegría tremenda después de todo lo de la lesión y lo celebramos un poco. El sábado vimos las demás finales, celebramos los triunfos y ya el domingo volvimos. El martes me llamó Jon Apezetxea a ver si podía entrenar a las 16:00 en Tolosa porque el jefe quería vernos a Aarón Arbizu y a mí. Hice buen entrenamiento y al terminar, me dijeron que les había gustado y que estaban interesados en mí. Fui el miércoles a la oficina y ya firmé el contrato.

Se les estarán acumulando los felicitaciones en el móvil primero por el Mundial y ahora por el debut.

Estos días están siendo una locura. No daba abasto ayer.

¿Lo está asimilando?

Todavía como que no me creo tantas alegrías en tan poco tiempo. Poco a poco iremos asimilando y disfrutaremos.

¿En su entorno cómo están?

Igual que yo, asimilando todo. Están muy contentos. Son los que han estado día a día conmigo en la lesión, aguantando los malos momentos, mis rarezas y lo disfrutarán igual.

En marzo se rompió el tendón de Aquiles de su pierna izquierda. ¿Qué recuerda de ese día?

Fue el día 26, en el partido de exhibición de los Viernes Labrit que organiza la Federación Navarra de Pelota Vasca. Era justo el primer festival después de mucho tiempo. Nos programaron un partido entre Unai Laso y yo contra Espinal-Irurita, que éramos los que andábamos mejor por entonces. Íbamos 6-2 ganando y al arrancar hacia una pelota noté una sensación rara.

"Una vez que te das cuenta de la lesión te llevas un disgusto terrible, no he llorado tanto en mi vida"

¿Y qué pasó después?

Le di a la pelota y noté algo raro en el tobillo. Pensaba que se me había salido la zapatilla. Hice el gesto como para meterla y me di cuenta de que estaba dentro. Notaba como que se había salido la plantilla. Como no notaba dolor, seguí jugando. Al terminar el tanto le dijé a Laso: "Unai, suéltame la zapatilla que se me ha movido la suela o se me ha roto algo". Y me contestó: ¿La suela? ¡Pero si tienes el pie colgando, vamos a ver que te miren!". En ese momento se me ocurrió tocarme el tendón bueno, a ver si iba a ser el tendón de Aquiles. Luego me toqué el malo y no había nada, no se notaba nada. Estaba ahí Rubén Ayarra (preparado físico de Ezkurdia y Peio Etxeberria), me hizo unas pruebas de fuerza y me dijo que fuese a Urgencias porque era el tendón de Aquiles seguro.

¿En ese momento qué pensaba?

Al principio no quieres creer que te ha pasado eso. Estás como soñando, que no te lo crees. Siempre había escuchado que dolía muchísimo, pero no notaba dolor. Una vez que lo asimilas te llevas un disgusto terrible.

Además, por aquel entonces estaba clasificado para la fase final de Campeonato de España de Clubes de División de Honor con su club, Ultzama-Buruzgain.

Es un disgusto muy duro. Creo que no he llorado así en mi vida. Lloraba más por el disgusto de lesionarme así que por el dolor. Era un partido de exhibición en el que no nos jugábamos nada. No tenía otra que afrontar la lesión y cambié de chip rápido para volver cuanto antes.

Si le dicen que iba a debutar en noviembre, ¿qué hubiera pensado?

Ha dado la casualidad que el 27 de marzo me operaron y el 27 de octubre firmaba con Aspe. Si me dice alguien cuando salí del quirófano que siete meses después iba a ser campeón del Mundo e iba a debutar, le digo que está loco, que es imposible. Cumpliendo los plazos normales, se supone que a los siete meses debería haber empezado a entrenar normal. Yo para los cuatro ya estaba entrenando.

¿Haber acortado tanto los plazos le da algo de inseguridad?

Puede ser que te quedé ahí alguna sensación, pero el fisio que me ha llevado, Jurdan Mendiguchia, me decía que iba muy bien. Estaba acortando los plazos y en cuanto me dio permiso para entrenar, ahí estaba. Yo hacía lo que me mandaba él.

La cicatriz de la operación del tendón de Aquiles el 27 de marzo en su tobillo izquierdo. Foto: Oskar Montero

La recuperación mejor imposible, ¿no?

Ha ido todo perfecto. El mayor problema que tenía era recuperar la movilidad del tobillo. Tuve que estar tres meses con la escayola para inmovilizarlo. Jurdan me dijo que, en cuanto me la quitaran, que fuese con él. Tenía unos estudios hechos en los que empezar cuanto antes la rehabilitación da mejores resultados. En tres semanas tenía toda la movilidad completa del tobillo. Empecé a andar normal y a recuperar la musculatura que has perdido.

¿Cuál es el primer objetivo que se marcó?

Lo primero que pensé es el Campeonato de España de clubes que empieza en enero. Quería llegar al Mundial, pero con los plazos que me habían dicho era casi imposible. Conforme empecé con Jurdan me iba acortando los plazos. Su primera previsión era empezar a correr en agosto y en septiembre, pelotear. Pero ha ido todo mucho más deprisa. En Sanfermines ya me dejaba hacer manos del uno al uno. En agosto ya trotaba suave. Mi entrenador Aitor Paternáin hablaba con Jurdan y yo con ellos para controlarme lo que hacer. También con Mikel Lana (seleccionador español). Cuando hice un par de entrenamientos, ya empecé con Lana. Entrené a parejas, hice las pruebas físicas de la española y confió en mí para el Mundial, a pesar de que no estuviera al 100%.

El Mundial ni se lo planteaba.

En principio no. Luego ya vi que podía llegar y me lo marqué como meta: llegar al Mundial sí o sí.

¿Qué tal la experiencia de un Campeonato del Mundo?

Muy bonita. Conoces gente nueva de otros países. También a los palistas y los de cesta punta, nos hemos llevado muy bien y hemos hecho muy buen equipo. La pena que los otros países no daban el nivel, quitando a México que nos apretó un poco en la final. Pero al final no todos los días se juega y se gana un Mundial.

¿Cuándo se lesionó se le pasó por la cabeza que igual no podía volver a jugar?

Cuando te lesionas miras noticias de gente que ha tenido lo mismo. Algunos no se habían podido recuperar totalmente y te entra la incertidumbre de no volver a ser el mismo. Pero me decía que tenía que recuperarme a tope porque no quería ser uno de esos. Quería volver a jugar sí o sí.

"Entre el Mundial y debut, todavía no asimilo tanta alegría en tan poco tiempo"

A principio de año, ¿se esperaba poder debutar?

Siempre tienes la ilusión. Iba a entrenar bastante con Aspe. Te ves bien, estás jugando bien, te llaman para entrenar y puedes tener una idea. Igual no este año, pero podía pasar. Es un sueño hecho realidad y estoy muy contento.

¿Cómo se definiría como pelotari?

Creo que soy diferente porque ahora todos son unos atletas de 1'90 y fuertes. Soy más fino, delgado. Con la derecha funciono bien, es mi arma. La izquierda la tengo para defender. Soy de los pelotaris que se mueve rápido y fácil en la cancha. Tendré que aprovechar mis armas para luchar ahí arriba.

¿Cómo se ve con respecto a los demás pelotaris?

Los Zabaleta, Rezusta y Martija todavía están muy lejos. Pero con los de Segunda intentaré coger el rodaje y a darles guerra. Las pelotas me gustan y las veces que he entrenado con ellos me he sentido muy a gusto.

Su debut es una gran noticia para la pelota navarra. Hacía dos años que no se estrenaba un navarro (Iker Salaberria en noviembre de 2019), Aimar se va y Oinatz anunció que no va a jugar más campeonatos.

El último fue Salaberria, que he jugado mucho con él. Aimar ha sido un grande de la pelota. Me da mucha pena su retirada. Oinatz es otro grande de esta generación, el que ha estado ahí detrás de Irujo y él.

Andoni Gaskue, en la pasa del frontón de su pueblo.

Se estrenará como profesional en casa, en Larraintzar, con Altuna III o Ezkurdia contra Elezkano II-Tolosa.

Voy a tener un padrino de debut brutal. Jokin y Joseba son los dos números uno ahora.

Puede ser una gran semana para la Ultzama con la noticia de su debut y la semifinal del Cuatro y Medio con Peio Etxeberria.

Peio y yo somos amigos desde pequeños, hemos ido juntos al colegio. Sería una gran alegría para un valle tan pequeño que llegara a la final.

¿Cómo resumiría sus diez meses de 2021?

A principio de año, estaba jugando muy bien y disfrutando. Luego llegó la lesión. Son momentos duros del deporte. Tocó cambiar el chip y afrontar el reto de querer recuperarme cuanto antes.Mi preparador se recuperó en cuatro meses así que fue como una nueva competición: si él puede, yo también. Llegó el Mundial y ahora el debut. Ha sido una montaña rusa: subir, bajar y ahora volver a subir.

Y ahora espera mantenerse.

Así es. Como dicen, lo difícil no es llegar sino mantenerse en la élite. Espero que me respeten las lesiones y estar muchos años ahí arriba.