Dicen que el fútbol no entiende de distancias y que la felicidad de un niño no tiene precio. El claro ejemplo es Gustavo Galarreta, un joven navarro de 10 años y portero del Ardoi, que recorrió 1.000 kilómetros para ver a su selección, Perú, que jugaba un amistoso ante Nueva Zelanda en el RCDE Stadium, campo del Espanyol. Pero la historia no se queda ahí ya que el joven, que no solamente presenció el triunfo de su selección, tenía en mente otro objetivo.

Pancarta con la que Gustavo Galarreta pedía los guantes a Pedro Gallese. Foto: Cedida

Portero de afición, Gustavo entró al feudo perico luciendo una bandera de su país y portando una pancarta en la que rezaba un mensaje dirigido hacia Pedro Gallese, guardameta titular y capitán de la blanquirroja, a quien le pedía los guantes en una cartulina roja con el escudo de Perú en el centro. En un primer momento, el pequeño Gustavo, como relata su padre -también Gustavo- se marchó con las manos vacías.

"Mi mujer es peruana y con mi hijo sigue los partidos de Perú. Somos muy futboleros los tres, mi hijo juega en el Ardoi. Y cuando se enteraron que estaban preparando aquí el partido de repesca para Qatar que tienen pendiente, mi mujer dijo de comprar entradas e irnos a ver a Perú. Mi hijo ya llevaba días haciendo una pancarta pidiéndole los guantes a Gallese. Yo ya le dije que era difícil que le diera los guantes porque había 30, 35 mil espectadores, pero lo intentó desde primera fila. Gallese calentó en el otro medio campo, acabó el partido y no pudo ser. Le vi descontento, un poco triste, pero bueno, tiene que saber gestionar las decepciones. Y como padre lo puse en Twitter, a ver si sonaba la flauta. Me llamaron de un medio de comunicación de Perú, que le dieron bastante repercusión y Gallese nos contestó por privado. Él no sabe dónde está Pamplona, pero nos invitó a acercarnos al hotel porque le gustaría estar con Gustavo", expone. Las imágenes poco tardaron en hacerse virales en las redes sociales, algo que reconocen haberles "desbordado", y el propio portero de Orlando City, equipo de la MLS estadounidense, cumplió su palabra.

Gustavo relata que estaban "en la Morea viendo una peli y cuando salimos me dijo mi padre que Gallese me había respondido. No me lo creía y pensaba que no íbamos a poder ir al hotel al día siguiente porque estábamos aquí. Pero fuimos al hotel de la selección, nos hicieron dos entrevistas", mientras que su padre añade que "el tema es que pedí vacaciones en el curro, hablé con David, tutor de Gustavo para pedirle fiesta, y llegamos al hotel de Perú. Le hicieron dos entrevistas los medios de comunicación y después vino el jefe de prensa, que nos metió al hotel. Pedro Gallese se ha portado de maravilla con nosotros".

Gustavo Galarreta, aficionado navarro, recibe los guantes de Pedro Gallese, portero internacional de Perú

Gustavo Galarreta, aficionado navarro, recibe los guantes de Pedro Gallese, portero internacional de Perú

Momento del intercambio de guantes entre ambos protagonistas. Vídeo: Cedido

El pequeño portero no pudo contener la felicidad al conocer la noticia y agradeció al guardameta el gesto. "Muchas gracias, es una oportunidad que no me lo creo. Mañana estamos ahí", respondía, visiblemente emocionado en un vídeo. Ellos tampoco fallaron a su palabra y, en el hotel, ambos protagonistas no solo se conocieron sino que, además, intercambiaron obsequios. Gustavo se llevó firmados los guantes de Pedro Gallese, a quien también le dedicó los suyos.

En el intercambio, los guantes del joven Gustavo llevaban una dedicatoria. "Gracias por todo y vamos Perú", se puede leer, al tiempo que desvela que Gallese "me dijo que se los iba a llevar a Qatar". El padre, por su parte, agrega que el portero le "hablaba del esfuerzo, de lo que tiene que esforzarse para conseguir las cosas y de los valores del deporte. Que si por él fuera regalaría los guantes siempre, pero viendo el esfuerzo de venir desde Pamplona, le dio pena porque Gallese regaló los guantes a dos chicos".

"Lo que vamos a hacer es enmarcarlos y poner la foto con Pedro en medio y ese cuadro va a estar en mi habitación y no se va a mover en mucho tiempo", concluye el hijo, mientras el padre añade, bromeando, que "será lo primero que se lleve cuando se independice".