Para los que nos gusta el baloncesto –casi todas las temporadas caía una visita a la grada de Arrosadia (Anaitasuna antaño)–, la noticia de que el proyecto de Basket Navarra toca a su fin por la falta de apoyos –tanto públicos como privados– se convirtió en un gran varapalo. Pero como por estos lares nos gusta ser optimistas –miren cómo se aferra Osasuna (club y afición) a su derecho a jugar la Liga Conferencia–, vamos a hacer una lectura lo más positiva posible de la comparecencia del presidente del club y de Iñaki Narros, exjugador y ahora directivo. Dando por sentado que 150.000 euros, que son los que necesita Basket Navarra para salir adelante una temporada más, se antoja una cantidad desorbitada para el común de los mortales –salvo excepciones, claro está–, interpretamos que no fue una despedida, sino un SOS. Quien quiera y pueda, que recoja el guante. Eso sí, el tope para animarse es de una semana.