Gol a gol, tortura china para las defensas rivales; gol a gol, llenando el depósito del equipo propio, así andan los delanteros cuando aciertan en el oficio. Ante Budimir marcó un gol importante en Sevilla porque le dio a Osasuna un punto y le ayudó a encadenar dos resultados positivos para esta segunda vuelta que se quiere que sea distinta.
El gol de Budimir también tiene su trascendencia porque le coloca en el tercer lugar del escalafón de goleadores de Osasuna y eleva su cifra de dianas a 37. Un registro que le sitúa a ocho goles del galáctico Jan Urban y sus 45 –el polaco podía haber jugado en cualquier grande de la Liga de entonces– y todavía lejos de los 57 goles del mítico Sabino Andonegui.
Budimir, que rebasó el domingo a Patxi Iriguibel y José Manuel Echeverría en ese ránking de goleadores rojillos, se ha ganado con creces la consideración de delantero histórico en Osasuna. Menos espectacular que Urban, la referencia más cercana en el tiempo y su antecesor en esta clasificación, el internacional croata sí representa el oficio del goleador, del hombre de área, del cabeceador implacable, del castigo de los defensas. Pocos atacantes de la Liga son capaces de sostener pugnas tan encendidas con los centrales como el 17 de Osasuna. Ya es seña de identidad que Budimir va a todas y cada uno se tendrá que atener a las consecuencias.
Sus diez goles en Liga en esta temporada le sitúan entre los mejores realizadores del campeonato y lo encaminan hacia el logro de su mejor registro en el campeonato. Con Osasuna ya llegó a los once goles, pero con el Mallorca consiguió su récord, sus 13 goles en la temporada 2019-20, lo que no evitó que el equipo se marchara a la Segunda División.
A sus 32 años –cumplirá 33 el 22 de julio– y con contrato en Osasuna hasta junio de 2027 –amplió su vinculación con el club en el mes de octubre y su cláusula es de 20 millones de euros–, Budimir tiene un largo futuro como rojillo como para engordar esa cifra. Y llegar este curso a los 13 de Oriol, a los 14 de Iván Rosado...
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