El atletismo de los Juegos Olímpicos, con ser uno de los deportes emblemáticos, había perdido algo de brillo, se echaba en falta una figura del carisma de Usain Bolt, que concentraba en el estadio gran parte de la atención mediático. Pero en esta cita parisina pueden ocurrir en el estadio cosas extraordinarias porque en los meses previos se han batido siete récords del mundo y se han logrado varios registros cercanos a los mejores de la historia. La leyenda jamaicana lo eclipsaba todo, ahora casi cada día habrá un foco de interés en el Stade de France y algunos duelos muy interesantes.
Uno de esos enfrentamientos estelares será en los 400 vallas femeninos, donde Sydney McLaughlin, que posee el récord del mundo desde el 30 de junio, se verá apretada por Femke Bol, que quince días después firmó solo tres décimas más. En la misma prueba masculina, Karsten Warholm solía ser el gran favorito, pero este año le han salido dos duros competidores en Rai Benjamin y Alison Dos Santos, que completaron el podio de Tokio. El noruego es el único que ha bajado de 46 segundos en la distancia y su récord del mundo no peligra, pero el estadounidense y el brasileño pueden alterar el orden de los cajones. En 1.500 metros, otro noruego, Jakob Ingebritsen, defiende título y rivaliza con cualquiera que corra cerca. Los británicos Jake Whigtman y Josh Kerr ya le dieron sendos disgustos en los dos últimos Mundiales, pero ahora el prodigio de Sandnes quiere seguir ampliando su colección de medallas tras un año en el que ha dominado.
Desde 2004, justo antes de la aparición de Usain Bolt, Estados Unidos no tiene a un campeón olímpico en los 100 metros, la prueba reina del atletismo. Noah Lyles, actual campeón del mundo, tiene la misión de recuperarlo. No ha sido el más rápido del año, pero hace dos semanas corrió en 9,81 y demostró que llega a París muy fino en busca de conseguir tres oros en 100, 200 y 4x100.
Otra de las estrellas en el estadio será Armand Duplantis, que tiene una rivalidad consigo mismo. No habrá otro favorito al oro tan claro y la duda es si el sueco volverá a atacar su propio récord del mundo de salto con pértiga, esos 6,24 metros logrados el pasado 20 de abril. En el Europeo y en alguna reunión posterior demostró que no está tan lejos. Solo el estadounidense Christian Nilsen ha logrado saltar seis metros justos este año, una altura que Duplantis ha logrado superar en ocho ocasiones.
En el Europeo de Roma, se alumbró otra rivalidad, y parece que enconada, entre Jordan Díaz y Pedro Pichardo, dos cubanos que compiten por España y Portugal, respectivamente, en triple salto y que han elevado el nivel de una prueba que había perdido brillo. En la final, Díaz saltó 18,18 y Pichardo 18,04 para acechar los 18,29 de Jonathan Edwards que duran ya 30 años. Más antigüedad, 37 años, tenía el récord mundial de salto de altura femenino en poder de Stefka Kostadinova hasta que Yaroslava Mahuchikh lo colocó en 2,10 el pasado 7 de julio. La ucraniana es tan favorita como Duplantis porque sus rivales también están lejos.
Al margen de rivalidades o duelos a seguir, en el atletismo también habrá retos. La keniana Faith Kipyegon, tras batir el récord del mundo de 1.500 metros también el 7 de julio, tratará de lograr su tercer oro olímpico consecutivo, algo inédito. Lo mismo persigue su compatriota Eliud Kipchoge en el maratón. Anita Wlodarczyk, abanderada de Polonia, eleva la apuesta ya que buscará su cuarto oro en el lanzamiento de martillo. Mykolas Alekna, otro que ha batido este año un récord del mundo que tenía 38 años, tiene un desafío familiar ya que quiere imitar a su padre Virginius y lograr el oro en el lanzamiento de disco. También hay que ver si Shelly-Ann Fraser-Pryce eleva su cuenta de ocho medallas olímpicas, aunque en la recta de 100 metros lo tendrá complicado porque se plantea un duelo entre Sha’Carri Richarsdon y Shericka Jackson.