Frente a esa corriente purista que propugna que no hay que cambiar absolutamente nada en el fútbol, por la tradición y todo eso, estamos los abiertos a todo cambio que sea para mejor. Y, por ejemplo, no nos disgusta esa propuesta que cada vez se oye más de que tire el penalti el jugador que lo sufre, o el que interviene en la jugada, y que solo lo lance el especialista del equipo en esos pocos casos en los que no se puede atribuir a nadie en concreto la obtención de ese penalti. Entre otras cosas, porque luego llegan las estadísticas y hay una serie de jugadores con vitola de goleadores que roban goles a sus compañeros gracias a los penaltis que provocan ellos. Si en el baloncesto lanza los tiros libres el jugador al que le hacen la falta, no vemos motivos para que sea un cambio a peor aplicarlo igualmente en el fútbol. Salvo, claro está, que el penalti haya consistido en romperle la pierna al rival.