pamplona - Eduardo Gurbindo y Iosu Goñi se han convertido en el tándem navarro de los Hispanos. El 28 de enero de 2017, en Croacia, levantaban juntos la bandera de la Comunidad Foral mientas sostenían a la vez el trofeo de campeones de Europa y ahora, en el Mundial de Dinamarca y Alemania que arranca hoy, sueñan con un final lo más parecido posible. El mismo, mejor. Enfundarse la doble corona.

El camino hasta la cita mundialista, no obstante, no ha estado exento de vicisitudes para ambos jugadores, debido a los problemas físicos que han arrastrado esta temporada. La peor parte se la ha llevado Eduardo Gurbindo, que prácticamente ha permanecido parado durante dos meses y medio a consecuencia de una pubalgia, principalmente, que incluso hizo peligrar su participación con España. “Estar parado tanto tiempo hace que haya cosas que se pierdan tanto en el plano físico como en el táctico. Ahora estoy bien, poco a poco me voy sintiendo más cómodo y he trabajado bastante durante la preparación para llegar en buenas condiciones y aportar todo lo que pueda”, asegura.

A pesar de su lesión, que le ha impedido jugar de forma regular este curso con su club, el Nantes, Jordi Ribera se lo ha llevado al Mundial. Al seleccionador español le gusta el lateral derecho pamplonés, su generosidad a la hora de repartir de juego, su forma de encarar el balonmano, y Gurbindo agradece ese apoyo: “Quiero devolverle la confianza y dar lo mejor. Para mí también ha sido una sorpresa todo, porque entiendo que hay mucha competencia en todos los puestos, incluido el mío. Así que mi intención es aportar al grupo todo lo que pueda”, explica.

Menos graves han sido los problemas físicos de Iosu Goñi, quien no ha podido acudir a alguna convocatoria internacional previa por un fuerte golpe en el hombro. Sin embargo, Ribera vuelve a contar con el jugador del Pais D. Universite Club francés para este Campeonato. “Del hombro me recuperé rápido, aunque de los problemas en la cabeza me imagino que ya no me curaré (bromea). Mientras el físico siga bien, aquí estaré dando guerra”, incide.

El de Barañáin deberá de nuevo pugnar por hacerse un hueco en el lateral izquierdo, una demarcación muy codiciada en la que Dani Dujshebaev es la principal competencia. Goñi asume su rol, pero con la voluntad de exprimir al máximo el tiempo, mucho o poco, que pueda estar sobre la pista. “En la pasada competición no entré de primeras en los planes de Jordi y ahora mismo no sé qué me voy a encontrar, porque todavía hay que hacer un descarte y es posible que sea en el lateral izquierdo”, asegura. Sin embargo, añade: “Para mí estar aquí ya es un premio, es algo muy grande. Ojalá pueda aportar más al equipo, pero estoy al servicio del grupo por encima de las cuestiones individuales. Intentaré dar el máximo cuando juegue para ayudar a conseguir éxitos colectivos”.

opciones abiertas Los Hispanos se plantan en Múnich valedores de la medalla de oro del pasado Europeo. Es uno de los rivales fuertes a batir. Los navarros son conscientes de ello. Gurbindo sabe que España “lleva siempre, de por sí, esa presión de querer obtener una medalla. Al ser los campeones europeos todos los equipos querrán ganarnos, pero tampoco nos tenemos que obsesionar. Debemos hacer lo que sabemos”. El hambre por el metal está ahí, pero como ocurre siempre, hay que ir paso a paso. Goñi sabe que en la fase de grupos alguna de las selecciones pueden ser “quizás” más asequibles, “con un nivel distinto al de la media europea”, pero nada es fácil. “Ahora tenemos que centrarnos en obtener el máximo de puntos para que el camino en la siguiente ronda sea más asequible, ya que nos enfrentaríamos a selecciones más potentes en el cruce”, avisa.

Con todo, los dos están dispuestos a dejarse la piel. A esforzarse en cada uno de los pasos de este Mundial, a enfrentarse sin miedo con todos y cada uno de los rivales, porque el objetivo de este tándem está claro: volver a levantar la bandera de Navarra y el título de campeones. Todo junto.