- No ha sido un camino de rosas. Más bien, de espinas. Pero el Helvetia Anaitasuna ha sabido sobreponerse a todos los percances que se le han presentado y ha cerrado la primera vuelta de la Liga Sacyr Asobal en una cómoda octava plaza, con 14 puntos, y con la vista puesta en la siguiente eliminatoria de la Copa del Rey, una competición sobre la que tiene puestas muchas esperanzas.

Las lesiones y la covid han golpeado con dureza a un equipo que esta temporada sólo presentaba tres caras nuevas: Juan Bar, portero; Arthur Pereira, lateral zurdo; y Nicolás Bonanno, lateral izquierdo. Tres fichajes que han reforzado un proyecto que durante los últimos años ha sufrido demasiados cambios y que parece que ya se va consolidando.

Por la enfermería de Anaitasuna han pasado en este primer tramo liguero -y algunos aún permanecen- jugadores como Antonio Bazán, Ander Izquierdo, Martín Ganuza, Álvaro Gastón, Pereira, Aitor García o el capitán, Carlos Chocarro. Sin olvidar a Ander Torriko, que ya vislumbraba su regreso a las pistas cuando ha recaído de la rotura de ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha y se perderá el resto de temporada tras haber pasado de nuevo por el quirófano. Un duro golpe para el de Zumaia y para todo el vestuario.

Por tanto, y como recordaba Quique Domínguez recientemente, es "inevitable" aludir a las lesiones a la hora de hacer un análisis de la labor del Helvetia hasta la fecha. Una primera vuelta "accidentada" por todos los contratiempos surgidos, aunque a la vez "buena y positiva". "Creo que el equipo ha hecho frente a esas adversidades con mucha entereza y fuerza", valoraba. "Algunas de las lesiones se han visto, pero otras no. Hay jugadores que han competido con limitaciones, sin haber podido entrenar en toda una semana y es justo reconocer ese esfuerzo y compromiso. A ese agarrar las adversidades por el pecho yo le doy mucho valor", aseguraba.

La temporada no comenzó con demasiado optimismo. Costó que los resultados llegaran, a pesar del buen juego que desplegaba el equipo sobre la pista. Los tres primeros partidos se contaron por derrotas. En algún caso, muy dolorosas. Tras un exigente encuentro, los navarros perdían en el último suspiro ante el Bidasoa Irun en el estreno liguero (26-25). El siguiente encuentro, en casa, dejó huella y muchos aprendizajes pendientes. Y es que el Helvetia cayó ante el Incarlopsa Cuenca (30-31) tras un partido en el que fue ganando por ocho goles. "Esa derrota nos hizo daño", recordaba el técnico.

Tras una nuevo resultado negativo en Granollers, la primera victoria de la temporada llegó en la jornada 4 ante el Torrelavega. Dos puntos que dieron confianza a un equipo que la necesitaba y que acabó reafirmando ese buen resultado con un gran encuentro y su consiguiente triunfo en Valladolid. A partir de ahí, vivió partidos mejores y peores. Avasalló a Puente Genil (36-23) en La Catedral, pero acto seguido perdió ante el Cangas. Una montaña rusa.

Para entonces, el Helvetia ya empezaba a estar mermado por las lesiones como la de Martín Ganuza o la de Arthur Pereira en Benidorm cuando atravesaba su mejor momento a nivel ofensivo y goleador.

El panorama empeoró, en noviembre, con la aparición de la covid en escena. El virus entró en el vestuario y hubo que aplazar los partidos contra Antequera y Sinfín. Un parón obligado. Después de 17 días sin competir, Anaitasuna regresaba -no en las mejores condiciones- a la Liga y cumplió con creces ganando al Ademar en casa. El último tramo, plagado de partidos pendientes y previstos, ha obligado a un ingente esfuerzo por parte de la plantilla disponible. A que algunos jugadores como Ibai Meoki, que literalmente se ha echado el equipo a sus espaldas, o Juan del Arco hayan acumulado muchos minutos sobre la pista. Y a la entrada en escena de una cantera que ha respondido y ha asumido nuevas responsabilidades como es el caso de Adrián Ortiz, Mikel Redondo, Aitor Albizu o Martxel Agorreta.

"La competición ha demostrado una terrible igualdad. No hay más que ver dónde está Ademar, cómo empezó Puente Genil y cómo ha ido perdiendo un poco de fuelle o dónde está Cuenca, más abajo de lo habitual en los últimos años. Valoro mucho cada uno de los 14 puntos, aunque te acuerdes de algunos que se han quedado atrás", reconocía Domínguez.

El entrenador del Helvetia tiene una gran ilusión puesta en la Copa del Rey, torneo con el que se cerró el año y en el que los navarros se clasificaron para la tercera ronda tras vencer, en un buen encuentro, al Torrelavega. "Para mí es muy importante. Es una competición en la que queríamos progresar, porque además te pone cerca de Europa en pocos partidos. Es un aliciente extraordinario", subrayaba el técnico gallego, quien aspira en la segunda vuelta -una vez se dispute el Europeo de Hungría y Eslovaquia- a "sacarle el mayor rendimiento al equipo y a estar lo más arriba posible".

"Creo que el equipo ha hecho frente a todas las adversidades con mucha entereza y con fuerza"

Entrenador del Helvetia Anaitasuna