- En el balonmano profesional no es habitual un contrato de larga duración. Menos, incluso, en los tiempos que corren. Por eso, la renovación de Quique Domínguez con el Helvetia Anaitasuna por tres temporadas más, hasta el año 2025, es toda una declaración de intenciones. El club tiene confianza absoluta en el técnico gallego, en el proyecto que lidera, en su trabajo con el primer equipo y en su apuesta real por la cantera. Y eso se ha traducido en la nueva firma, en la nueva vinculación entre ambas partes.

Quique Domínguez (Pontevedra, 26/01/1969) cumple su segundo año en el club navarro. Relevó a Iñaki Aniz en el banquillo la pasada campaña y en este tiempo ha dotado al equipo verdiblanco de unas señas de identidad muy claras, reconocibles, con un balonmano intenso, rápido y bonito sobre la pista. Además, se ha empapado de la idiosincrasia de la entidad, que tiene por bandera el cuidado y la apuesta por la base. Bajo su dirección han debutado con el primer equipo, en competiciones oficiales, Iñaki Martínez, Pablo Itoiz, Adrián Ortiz, Mikel Redondo, Martxel Agorreta, Pedro Casas y Aitor Albizu. Sin olvidar que también ha dado oportunidad en encuentros amistosos a jugadores como Pablo Fernández, Ander Martín e Ibai Etxarte.

Este trabajo con las jóvenes promesas ha sido un punto fundamental para su renovación, como reconoció ayer Carlos García, director deportivo de Anaitasuna, quien se encargó de anunciar su continuidad en una rueda de prensa. "Nos gusta cómo trabaja Quique con la cantera, lo hace de una forma natural, él cree firmemente en que las cosas son así", explicó. Además, valoró el que "haya entendido perfectamente el club y la Sociedad". "Todo suma para que lleguemos a una situación que no es habitual. Confirma y reafirma que apostamos por Quique, con una confianza muy grande en todo el trabajo que lleva haciendo y le damos tiempo para que desarrolle todo el potencial que le hemos visto", añadió. Esa confianza y el "agradecimiento" a su trabajo también se lo trasladó Mertxe López, presidenta de la Sociedad Anaitasuna.

En el anuncio de su renovación, al igual que cuando fue presentado tras ser fichado por el Helvetia Anaitasuna, Quique Domínguez estuvo acompañado por parte de su cuerpo técnico. Junto a él estuvieron el segundo entrenador, Pablo Galech; el preparador físico, Javier Angulo; los auxiliares Mintxo Ibarrola y Fito Gastón; el médico Mikel Moreno; y la enfermera, Montse de Prada. No pudieron asistir los tres fisioterapeutas: Pablo Inchauspe, Eli Arrechea y Josetxo Retegi.

El preparador pontevedrés agradeció la confianza depositada en él y aseguró que las próximas tres temporadas "me las marco como un reto importante, para que no sean sólo tres".

Recordó que antes de llegar a Pamplona "ya me sentía muy arropado y querido", algo que ha tenido mucho peso a la hora de renovar con el club navarro. "Es lo primero en la balanza, el primer punto a la hora de valorar si quería seguir aquí. El sentirte querido, valorado, respetado y el sentir que la gente que tienes a tu alrededor quiere que te vaya bien".

Asimismo, admitió que la firma de un contrato de tres campañas es a día de hoy un rara avis en el mundo del deporte. "No es nada habitual, no se estila mucho. Eso habla de confianza, de valorar tu trabajo, que la gente que tiene que decidir si eres la persona indicada para estar al frente del proyecto en la parte deportiva lo tiene claro y a mí me lo han demostrado con hechos".

En esta línea, Domínguez valoró especialmente el proyecto del Helvetia Anaitasuna. "Creo mucho en los proyectos a medio y largo plazo. Es una parte muy importante de que tengan éxito, sabiendo que en el deporte siempre se pasa por momentos difíciles y hay obstáculos y piedras" e incidió en que en el proyecto que él continuará liderando pondrá en práctica "el equilibrio" entre "la ambición deportiva por estar lo más arriba posible y el tener los pies en el suelo y ser fieles a los principios".

Unos principios, una filosofía, que comparte fehacientemente con la entidad. "Lo hago sobre todo convencido y lo hago siendo justo con mis jugadores y consecuente con lo que les cuento", apuntó. "Confío mucho en la gente joven cuando te dan motivos para creer en ellos. Y en este club ocurre eso, hay una cultura de entrenamientos y de trabajo, algo que inevitablemente tiene que tener un reflejo en el primer equipo, pero dándole tiempo y margen a las cosas".

A todas esas razones se le unió, finalmente, el tema de las condiciones contractuales, que según desveló "fue la más rápida y la más breve".

Domínguez reconoció sentirse a gusto en Pamplona, donde ha encajado muy bien tanto él como su familia. Una ciudad "que nos resulta muy cómoda para vivir, muy bonita y a la que estamos cogiendo muchísimo cariño".

El preparador gallego permanecerá en la capital navarra al menos hasta 2025. Llegó procedente del Atlético Novás de Pontevedra, de la División de Honor Plata de balonmano. Previamente entrenó también al Mudhar H.C. de Arabia Saudí, donde estuvo siete meses, y al Teucro, donde también vistió su camiseta como jugador, como extremo izquierdo, al igual que hizo en el Octavio Pilotes Posada.

"No es habitual un contrato de tres años. Eso habla de confianza y de valorar tu trabajo"

Entrenador del Helvetia Anaitasuna