Pamplona - El corredor Imanol Erviti (Pamplona, 1983) afronta su décima participación consecutiva en la carrera ciclista más importante del mundo. Además, será el único representante navarro en la prueba francesa en esta edición. El pamplonés, cabeza pensante del equipo en carrera y mano derecha del campeón del mundo Alejandro Valverde, llega junto a sus compañeros con la idea de conseguir, para uno de ellos, el ansiado maillot amarillo de la Grande Bucle. El rodador navarro se muestra optimista respecto a las opciones de su equipo en la carrera, con una confianza ciega en sus líderes, Nairo Quintana y Mikel Landa, que lucharán, un año más, por conseguir un triunfo que parece estar al alcance de ambos. Con las ausencias de Doumolin o Froome, puede ser este el año del Movistar Team.

¿Cómo le ha ido la primera parte de la temporada?

-Ha sido un poco diferente a otros años. Pasé un catarro y una amigdalitis que hicieron que todo fuese algo distinto. Ahora ya está todo en orden, pero la temporada ha ido un poco más discontinua.

¿Ha podido preparar bien el Tour de todas formas?

-Sí, las últimas semanas han sido de mucho trabajo. He estado en altitud y en Dauphiné, por lo que estoy tranquilo y con los deberes hechos.

¿Cómo vio al equipo en Dauphiné?

-Bien. Aunque no sacamos un resultado brillante, vi a un Nairo Quintana en muy buena línea, si bién me sorprendió que el día clave no estuviese más adelante. Aquel fue un día extraño con una tormenta, frío... tengo buena sensación con Nairo para este Tour.

¿Qué expectativas tiene el Movistar Team para la gran cita del año?

-Tenemos un gran equipo, con al menos dos corredores que van a ser protagonistas y van a estar luchando por la general. Hay que aspirar a todo y salir con ganas de ganar.

¿Se le puede plantar cara al Ineos -antiguo Sky- como ya se hizo en el Tour de 2015, en aquella etapa que finalizaba en el Alpe D’huez?

-Creo que sí. Al final tenemos que estar concentrados en llegar en nuestro mejor punto de forma y dar la mejor versión que podamos. Si lo conseguimos, por supuesto que vamos a plantar batalla. Nuestro objetivo antes de tomar la salida tiene que ser ese, llegar en el mejor estado posible.

Sin Froome y Doumolin, la carrera se queda algo más abierta. ¿Hay ahora más opciones de ganar?

-Parece que así es, pero el Tour siempre es complicado. Es la carrera en la que gira todo el mundo del ciclismo. Es cierto que no están estas dos grandísimas figuras, pero dentro de los 22 equipos no van a faltar candidatos.

Además de Ineos, ¿qué equipos y corredores le dan más miedo?

-No es cuestión de miedo. Son rivales y hay que fijarse en los que pueden ser referencia. Está claro que Ineos, aun sin Froome, va a ser el equipo a batir. Muchas veces se trata de una carrera por eliminación, y descartar corredores antes de la salida no me gusta. Todo el mundo va a intentar llegar lo mejor posible, aprovechar sus oportunidades en carrera y evitar los peligros. Así estamos todos. Por ejemplo, Jakob Fugslang seguro que anda cerca de ganar, pero un simple pinchazo le puede poner muy cuesta arriba la carrera. Sin embargo, Adam Yates, que no parece tan favorito, se puede volver un aspirante real si la carrera le beneficia y está inspirado. Esto es deporte y esta incertidumbre es lo que lo hace bonito. Hay que tener respeto por todos los equipos y todos los corredores.

Ya ha comentado que Nairo llega bien. Con Mikel Landa, el otro gran aspirante al triunfo por parte de los azules, lleva bastante sin compartir alineación. ¿Qué sabe de él y cómo cree que va a llegar al Tour?

-Hemos estado juntos en altura y la verdad es que todos los compañeros que vienen del Giro tienen una gran forma física. Landa está especialmente bien, y además, acabó de forma brillante en Italia, por lo que tanto Quintana como Landa van a llegar de forma óptima a la carrera.

¿Cree que Landa puede hacer un buen Tour tras el Giro que ha acabado hace apenas un mes?

-Sí, de hecho lo ha demostrado. Mikel es un ciclista capaz de estar disputando ambas pruebas en una misma temporada.

¿Su papel en este Tour será el de años anteriores?

-Sí, el sentido de que yo vaya a esta carrera es proteger a los hombres de la general en el llano. Intentaré ayudar a los líderes en todo momento para que lleguen a las claves de las etapas de la mejor manera posible. A partir de ahí, serán ellos los que tengan que expresar su capacidad y estado de forma para estar adelante.

Siempre se habla de los nervios y el peligro de la primera semana de Tour, aunque este año la montaña llega antes. ¿Puede cambiar eso la manera de enfocar la carrera?

-Este año va a ser un poco distinto, porque, aunque la primera etapa de montaña llega en la sexta -en La Plache de Belles Filles-, antes, hay dos o tres jornadas de cotas que pueden ir seleccionando la carrera. La crono por equipos, el segundo día, también puede dilucidar un poco la clasificación.

En esa crono por equipos, Oliveira, Amador o usted mismo tienen un papel fundamental.

-Sí, es un día clave. Es una jornada en la que nadie va a ganar el Tour, pero sí se puede perder. Es importante hacer una buena crono para ver la carrera a favor y evitar tener que remontar en lo que queda. A mí me gusta que esta jornada clave sea en la segunda etapa. La primera sirve para sacarse los nervios.

Valverde, que viene de ganar en Occitania, va a llegar también en un buen momento a este Tour.

-Su reciente triunfo deja en evidencia que está en un buen momento. Aunque no tenga intención de disputar la clasificación general, hay dos o tres etapas en la primera semana que le pueden venir realmente bien. Es un talento y tiene facilidad para rematar en esos finales. Este año, que ha ido un poco a contrapié, seguro que tiene ganas de resarcirse.

¿Quién cree que va a ganar el Tour este año?

-Es difícil. Es una carrera que tiene tantas variables... por mí, con que gane uno de azul con la M en el pecho... (se ríe).