El Euskaltel-Euskadi, fruto del acuerdo de cuatro años entre la empresa de telefonía y la Fundación, debutará en la próxima Itzulia con la ilusión de volver a las grandes pruebas

No fue un punto final. Fue una coma para coger aire. Un paréntesis. Una bifurcación en un camino que se empeña en volver a unirles. Porque la Fundación Euskadi y Euskaltel hicieron ayer oficial lo que ya adelantó DEIA: el regreso del Euskaltel-Euskadi. Tras siete años separados, tiempo en el que el club ciclista tocó fondo hasta ser rescatado por Mikel Landa, ambas entidades se unen de nuevo con un único objetivo: devolver la esperanza a una afición que estuvo demasiado tiempo huérfano del mejor ciclismo. Restituir la ilusión de aquel increíble pasado que coloreó de naranja los puertos más míticos de las grandes rondas. Se trata de un acuerdo que se prolongará mínimo durante cuatro años y que se presentará en las carreteras de la Itzulia, que tendrá lugar del 6 al 11 del próximo mes abril. "La Itzulia es el mejor escenario para recuperar esa fuerza y esa marea naranja mínimo hasta 2023. Estos cuatro años nos dan la tranquilidad que buscábamos, un margen para planificar un proyecto más a largo plazo", explicó Landa como presidente de la Fundación Euskadi.

Para el ciclista de Murgia, esta alianza es mucho más que "un acuerdo económico" porque el nombre del Euskaltel-Euskadi vuelve a estar en el pelotón, como en los viejos tiempos: "Lo que más nos ha ayudado es a mantener la esperanza, la ilusión que teníamos cuando empezamos este proyecto era soñar con tener algún día algo parecido a lo que fue aquel equipo naranja y uno de los pilares de aquel proyecto se une de nuevo, lo que nos fortalece mucho", recalcó Landa. Con todo, el presidente de la Fundación reconoció que a pesar de este convenio, que apoya a toda la estructura de la Fundación incluidas las féminas y la cantera, apenas varía los objetivos del equipo: "Ahora estamos donde queríamos estar, en la UCI Pro Team. Pensar en el World Tour es algo que se nos escapa de contexto porque es donde están los equipos más potentes económicamente del mundo y hace tres años esto desaparecía. Además, cuando entré aquí mi idea que la gente que venía de abajo tuviera la misma oportunidad que tuve yo, así que hay que fortalecer el proyecto y seguir rodando". Sin embargo, Landa no ocultó que la llegada de la empresa de telecomunicaciones puede terminar de abrir la puerta entornada de la próxima edición de La Vuelta: "El equipo está dando señales de que puede competir en grandes carreras, me gustaría y creo que la entrada de Euskaltel es un motivo más para estar ahí. Los ciclistas han demostrado que no solo están en la carrera, sino que son parte de ella. Ahora somos un equipo más al que controlar en el pelotón y Euskaltel mediáticamente y a nivel social nos puede ayudar a estar ahí. La Vuelta es un deseo".

En la presentación del Euskaltel-Euskadi, al lado de Landa, sonreía Xabier Iturbe, presidente de la empresa de telefonía. Entre ellos, siete años de ausencia y 17 de alegrías: "En su día estuvimos en un proyecto de éxito y ahora, que el equipo está en su momento de lanzamiento, es el momento de recuperar un proyecto que ilusiona y que tiene unas bases sólidas. Queremos que nuestra aportación sea fundamental y, por eso, aunque el acuerdo es para cuatro años, espero y deseo que dure como mínimo otros 17 años y que así volvamos a ser el equipo más veterano de todo el ciclismo mundial". Y es que Iturbe se mostró mucho menos cauto que Landa y, por ello, no ocultó que su anhelo más próximo es poder estar en la Vuelta: "Ambas entidades tenemos valores parecidos. Queremos pelear contra los grandes. La Fundación pelea con equipos de más presupuesto y con mejores ciclistas, pero quiere competir de igual a igual con ellos. Quiere tutearles. Por ello, espero que todos juntos podamos ganarles algún día".

el regreso de landa En estos momentos, Euskaltel-Euskadi cuenta con una plantilla de 20 corredores, "la mayoría de Euskadi", como recordó Landa. Sin embargo, la entrada de la empresa de telefonía en el proyecto provoca que la ilusión se desborde y el presidente se permita soñar despierto con fantasías que hasta ahora parecían imposibles. Como terminar su carrera deportiva en el club que le hizo profesional. Dar sus últimas pedaladas de naranja. Y en casa. A sus 30 años, el de Murgia acaba de fichar por el Bahrain, equipo que curiosamente también viste de ese color. Pero ayer su sonrisa no pudo ocultar ese anhelo. "Ojalá algún día pueda volver a correr aquí. Es un sueño. Ojalá tengamos los medios y la estructura para que el equipo siga creciendo, para poder tener a los mejores corredores de Euskadi y para que yo puedo estar entre ellos", concluyó Landa.