- Un año sin Murias en el pelotón. Y para usted, un año entrenando sin equipo a la espera de una oportunidad.

-Se hace duro y complicado, sobre todo en los días en que hay que salir a la carretera en solitario. Suelo entrenar con Asier Etxeberria, un sub'23 del Laboral Kutxa. Pero a veces nuestros horarios no encajan y me toca ir sin compañía. Es entonces cuando más vueltas le da uno al tarro... Afortunadamente, también tengo otras cosas en mente que me han ayudado a oxigenar la cabeza. Por ejemplo, las grabaciones del podcast A la Cola del Pelotón, en el que suelo participar.

Rebobinemos algo más de 365 días. En un principio, Murias apuntaba a tener continuidad. ¿Sergio Rodríguez iba a seguir en el equipo?

-No lo sé. No había hablado nada aún con los responsables. Pero entiendo que sí, que iba a continuar. Muchos compañeros habían cerrado ya su futuro con otros equipos, seis o siete ciclistas. Y yo era un gregario, un corredor de casa que además dejaba atrás un año difícil de lesiones y caídas.

Hábleme del que, hasta la fecha, ha sido su último año corriendo, 2019.

-Hasta junio la cosa fue bien. Sufrí entonces una caída tonta en el Tour de Luxemburgo, un afilador por culpa de un despiste mío, con la mala suerte añadida de que el golpe me lo llevé en la rodilla, de lleno. Costó un mes poder volver a entrenar. Reaparecí en Ordizia con unas sensaciones horribles. Y después, a principios de agosto, tuve que abandonar en la Vuelta a Portugal simplemente porque no tenía fuerzas. No iba. De vuelta a casa, en una analítica me detectaron algo de anemia. Ahí ya se me acabó el verano prácticamente. Terminé corriendo algo en octubre, pero con poco trabajo en las piernas.

Es licenciado en Educación Física.

-Correcto.

¿Y se ha autoentrenado este año?

-Sí. Por primera vez, la preparación me la he diseñado yo mismo. Es cierto que mentalmente, como te comentaba antes, los entrenamientos se te pueden llegar a hacer pelota sin la motivación que supone un objetivo. Pero me ha ayudado mucho el hecho de ver que, a nivel físico, he conseguido un muy buen nivel. Unas seis semanas después de que levantaran el confinamiento, hice unos test para ver cómo estaba y saqué casi los mejores datos de mi vida.

Esos números están ahí en su currículum, disponibles para los equipos que quieran echarles un vistazo.

-Es que además los publiqué en las redes sociales, en junio. Aquellos entrenamientos coincidieron con la época de la Selectividad. Y aproveché para hacer una especie de símil, comentando que tenía aprobada mi propia EBAU. Los pantallazos de la plataforma a la que subo mis entrenamientos ahí están, en Twitter.

¿Le ha sonado el teléfono durante todo este tiempo?

-Tuve contacto con un equipo americano. Pero lo que hablamos no llegó a fructificar en nada. Solo eso. A raíz de la crisis sanitaria y del asunto del confinamiento, se torció todo. Y con las estructuras de aquí no ha habido posibilidades.

Están el Caja Rural, el Kern Pharma y el Euskaltel.

-Sí. ¿Del Caja qué te voy a decir? Tiene la historia que tiene y es de Pamplona... El Kern Pharma sube de categoría y va a necesitar fichar corredores. Se trata de un proyecto que he visto crecer aquí, al lado de casa, y que resulta muy atractivo. Y algo parecido me pasa con el Euskaltel, una estructura en la que ya estuve como amateur. Sería un placer poder regresar a ella.

Si no sale nada...

-Si de aquí a final de año no sale nada, me dedicaré a intentar seguir en el mundillo, ya como preparador. Pero me jodería tanto...

¿Podría definirme con palabras esa frustración?

-Me jodería tener que colgar la bicicleta porque, en cierto modo, se trataría de una elección que yo no habría hecho. Sería como si las circunstancias del camino me hubieran obligado a tomarla. Creo que aún tengo ciclismo de sobra en las piernas para desempeñar en cualquier equipo Continental Profesional el papel que jugaba en Murias. Pero, bueno, también soy plenamente consciente de que existe la opción de que no me surja nada.

¿Descartaría la posibilidad de seguir igual en 2021 a la espera de la ansiada oportunidad?

-Sí. No puedo permitirme otro año como este. En 2020 ha podido ser porque he cobrado ocho meses de paro. Y porque, con eso y con los ahorros que tenía, he tirado para adelante sin problemas. Descarto una nueva temporada así. No puede ser y, además, mentalmente se haría ya casi imposible.

¿Hasta cuándo va a seguir entrenándose a diario?

-Un espejo en el que me miro es el de Jon Aberasturi. En su día vivió una situación idéntica a la mía. Y en diciembre de su año en blanco, sobre la bocina, le llamaron del Ukyo japonés. Es la esperanza que tengo. Porque Jon encontró equipo y porque ha terminado demostrando que tenía aún muchas cosas que decir.

Usted siente que también.

-Sí. Como te decía ahora, percibo que en mis piernas quedan años de ciclismo. Por el momento, voy a entrenar esta semana, y a continuación voy a parar unas tres o cuatro, hasta noviembre. Octubre es el mes en el que toca descansar si luego quieres llegar bien a las primeras competiciones. Y yo tengo que estar preparado por si termina surgiéndome alguna posibilidad.

2015 (Cat. Continental)

2016 (Cat. Continental)

2017 (Cat. Continental)

2018 (Cat. Continental-Prof.)

2019 (Cat. Continental-Prof.)

La plantilla de 2019

"Entrenar todo un año sin equipo ni competiciones ha sido mentalmente duro, pero me he acercado al mejor estado de forma de mi vida"

"Colgar la bicicleta implicaría una elección que en realidad yo no habría hecho; sería como si las circunstancias me obligaran a tomarla"