Phil Bauhaus, alemán, rápido, velocista, une dos palabras en su apellido: Bau (construcción) y Haus (casa). Ese nombre bautizó un movimiento que representó la escuela de arquitectura, diseño, artesanía y arte fundada hace un siglo por Walter Gropius en Weimar. La idea no satisfizo a los nazis, que la cerraron 14 años después de su creación. La escuela mutó en un movimiento de arte moderno caracterizado por su enfoque único hacia la arquitectura y el diseño. En Varaždin, primera meta de la CRO Race y capital de Croacia entre 1767 y 1776, se impuso la arquitectura veloz de Bauhaus, triangulado por tres torres que observaron como centinelas de la ciudad barroca al alemán, primer líder de la prueba. Bauhaus doblegó al esprint a Olav Kooij, bronce en el Mundial sub’23, y Kristoffer Halvorsen. El germano obtuvo su séptima victoria del curso. Solo Cavendish y Philipsen superan su registro este curso.

En una llegada alfombrada por la incomodidad y el repiqueteo de los adoquines en el corazón antiguo de la ciudad, al que accedieron por callejuelas estrechas y un giro maquiavélico, se impuso Bauhaus, que trazó el camino más corto. Minimalista. Dio con la senda de la victoria para queja de Kooij, que protestó un movimiento del alemán, que alteró mínimamente la trazada, nada punible en cualquier caso. Los corredores del Euskaltel-Euskadi, Antonio Angulo, cuarto, y Gotzon Martín, octavo, se aproximaron a Bauhaus, pero no fueron capaces de alcanzarle.

El equipo naranja mostró una vez más su ambición. Antes de que la etapa inaugural se resolviera al esprint, atacó en tándem con Maté y Azparren, rebeldes con causa en los kilómetros finales. Su sueño lo laminó el Bahrain, el equipo que lidera Mikel Landa. El de Murgia rodó sin problemas en su retorno a la competición tras el abandono de la Vuelta. A Landa se le espera hoy, cuando el terreno sea más abrupto. La segunda etapa, que discurrirá entre Slunj y Otocac, puede servir para marcar las primeras diferencias entre los grandes favoritos en un trazado con dos puertos y un terreno rompepiernas.

MOLANO, PRIMER LÍDER EN SICILIA

A Vincenzo Albenese le faltó fuelle para amotinarse del todo en la jornada inaugural del Giro de Sicilia. Apenas a un puñado de metros para el final en Licata, Sebastián Molano engulló al italiano, que trató de dar la sorpresa despegando a poco más del último kilómetro. Molano, impulsado por Richeze, adelantó a Albanese para lucir el liderato en la carrera italiana. “El equipo estuvo espectacular. Controló la etapa y ha sido un final que nos ha venido muy bien a Maxi y a mí. En el último kilómetro sabíamos que había un corredor delante (Albanese), pero los dos estábamos muy fuertes. Espero que la gente que no creía en mí ahora cambie de opinión”, afirmó Molano. Valverde, que reapareció tras su caída en la Vuelta, evitó complicaciones para llegar con el gran grupo.