Dani Saldise fichó esta temporada por el Movistar Inter. Su sueño era dar un salto más en su carrera deportiva y optar a títulos. A sus 25 años, el ala-pívot de Irurtzun ya tiene el primero. El domingo ganó la Copa de España, el torneo más emblemático del fútbol sala, tras imponerse su equipo por 6-1 al Barça. Además, el pichichi de la Liga ha hecho historia al ser el primer navarro en alzarse con un trofeo así. El exjugador del Xota vive un sueño muy dulce del que no quiere despertar.

Un día después de proclamarse campeón, ¿cómo sabe esta copa?

-La verdad es que es un orgullo. Ahora, pensándolo en frío, te das cuenta de la dificultad que tiene ganarla. El estar en el hotel, en la burbuja. El ganar el primer partido por penaltis. El segundo de forma muy igualada. Y luego la final, ante un Barça además. Ahora, con más calma, es cuando se valora. Y ves que es muy complicado. Que cualquiera de los equipos se podía haber llevado la Copa. Pero hemos demostrado qué es Movistar Inter. Que aunque seamos muchos jugadores nuevos, venimos con ganas y con hambre, demostrando que podemos estar aquí. Y así ha sido.

A nivel personal, ¿cómo vive el hecho de ser el primer navarro en ganar un título oficial de clubes? ¿Una Copa de España?

-Es un orgullo tremendo. Que jugadores como Javi Eseverri, Gascón, Roberto Martil o Asier no hayan conseguido una Copa y vaya un chaval de Irurtzun y logre levantarla en su primer año en el Inter, siendo además parte importante del equipo, es una satisfacción. Además, me he sentido muy arropado por mucha gente desde Navarra. He notado el empuje y el aliento, y eso se agradece un montón.

Hasta su exequipo, el Xota, ha celebrado su éxito.

-Sí, eso alegra mucho. La gente se da cuenta de que no es nada fácil ganar una Copa de España y agradezco mucho también que tanto Tatono como Imanol me hayan dado la enhorabuena por WhatsApp.

En la final anotó el sexto gol de su equipo y dio la asistencia a Borja en el 2-1. ¿Qué se le pasó por la cabeza en esos momentos?

-Es cierto que metí el sexto gol, pero para mí fue más importante la asistencia. El sacar rápido de banda y sorprender al Barça. Me quedo con eso, sobre todo por cómo cambió el partido. Nos pusimos con un muy buen resultado y lo único que pensaba era que no se nos podía escapar. Ese era mi pensamiento. A falta de un minuto no pude aguantar y me derrumbé en el banquillo, me puse a llorar y Eric (Martel), que lo tenía al lado, hizo lo mismo. Nos dábamos cuenta en ese momento de que íbamos ganar un título y siendo además importantes en el equipo. Fue muy bonito.

¿Se imaginaba levantar un título tan pronto?

-Mentiría si dijera que no. Sabía que era complicado, porque al igual que lo piensas tú, lo hacen también otros equipos y compañeros. Pero he tenido suerte, es momento de celebrarlo y centrarnos ahora en la Liga.

Es pichichi en la Primera División y acaba de proclamarse campeón de Copa. ¿Está en su mejor momento?

-Sí, sin duda. Aunque ojalá vayamos a mejor y vengan más títulos (se ríe).

Cuando cogió el trofeo, ¿de quién se acordó?

-De mi familia. Primero, de mis padres. También de mi hermano Javi, que no estaba en la grada, pero yo me lo imaginé ahí. Lógicamente también de mi abuela, que falleció hace unos meses. Cuando le dije que me iba a Madrid en busca de un sueño, que iba a poner todo de mi parte para conseguirlo, recuerdo que me dijo: '¿A qué vas a Madrid? Al menos ya puedes ganar títulos...". Así que aquí está el primero, que se lo mando directo al cielo. También me acuerdo de mucha gente del Xota, de las personas que me han arropado, de mi psicólogo deportivo y de mi cuadrilla de

Irurtzun. Pensar en todos ellos es lo que me daba fuerzas para jugar la final, después de dos partidos a un nivel muy alto de competición.

Qué bonito es salir de un pueblo como Irurtzun y poder alcanzar sus sueños en un deporte como el fútbol sala...

-Sí, es una sensación increíble. Y que siga así, que aún queda lo mejor.