río de janeiro - El Flamengo continuó de luto el domingo y despidió a los diez jugadores de su cantera que murieron en un incendio en su centro de entrenamiento, todos jóvenes de entre 14 y 16 años. Uno de los momentos más emotivos fue el entierro de los restos de Christian Esmerio, un prometedor portero que falleció con 15 años y ya había sido convocado varias veces para las selecciones juveniles de Brasil. Al funeral asistieron cientos de personas, muchas arropadas con las banderas del Flamengo, cuyo himno fue cantado en el cementerio de Irajá, un empobrecido barrio del norte de Río de Janeiro. El incendio ocurrió la madrugada del viernes en el llamado Ninho do Urubu, centro de entrenamientos del Flamengo, cuando al parecer un cortocircuito en un aparato de aire acondicionado provocó las llamas en uno de los alojamientos de las divisiones inferiores. - Efe