donostia - En el club están muy preocupados con la lesión de Asier Illarramendi. Incluso el propio capitán ha reconocido a su círculo más cercano que la rotura que se produjo es más grave de lo que parecía en una primera instancia y que el periodo de recuperación, inicialmente fijado en unos dos meses, podría prolongarse.

Illarra es el tercer realista que sufre una lesión grave muscular en la misma zona después de Merino y de Willian José. El parte médico emitido por los galenos blanquiazules era “lesión de grado III a nivel de la inserción proximal del músculo aductor largo de la cadera derecha”. Al parecer, la más grave de las tres es la de Illarramendi, porque el músculo ha sufrido incluso un arrancamiento del hueso en la zona afectada, lo que sin duda retrasaría su vuelta. Lo que está descartado, al menos por ahora, es que pase por el quirófano, puesto que, una vez más, se ha decidido acometer un tratamiento conservador en Zubieta.

No es cuestión de hacer elucubraciones, pero incluso la teoría más pesimista asegura que hasta lo podría tener complicado para jugar otra vez esta temporada. Según los dos meses de baja previstos en un principio, su vuelta estaría prevista para el 11 de abril, en la semana que la Real visita Vigo y se enfrenta al Eibar. Después quedarían otros seis encuentros antes del final del curso.

En principio, la versión oficial del club es que la lesión es exactamente igual que la de Merino, que se recuperó en 50 días y que reapareció a solo tres de cumplir los dos meses (se rompió un 29 de septiembre y volvió un 26 de noviembre).

No está siendo la temporada de un Illarramendi que no ha logrado alcanzar su mejor nivel cuando todos los focos le alumbraban para que fuese el faro del nuevo proyecto. Por una cosa o por otra, el mutrikuarra no ha logrado alcanzar su habitual velocidad de crucero que se esperaba. Ahora que Imanol le había devuelto toda la confianza y que le había situado en la posición que más le gusta, justo por delante de la defensa, de 4, llega esta lesión que pone en jaque su participación en este curso.

Por cierto, un contratiempo físico que no suele ser muy habitual en su carrera al ser un auténtico portento físico. Desde que se estrenó en la última jornada de la temporada del ascenso en Elche, solo ha sufrido dos percances de consideración. A finales de 2011 sufrió una rotura del menisco externo de la rodilla izquierda y ahora se ha roto de gravedad el músculo aductor largo de la cadera derecha. Imanol restó importancia al largo periodo en el que no va a poder contar con su director de orquesta: “Una lesión así siempre es una oportunidad para otro jugador”.

La primera cita sin Illarra se saldó con nota con un triunfo en el que Zubeldia cumplió con buena nota. - M.R.