Madrid - A la espera de que no se crucen sus caminos en la Liga de Campeones, la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey depara el clásico de mayor trascendencia para un Real Madrid que se juega ante su eterno enemigo dos competiciones en cuatro días, y un Barcelona que quiere extender su dominio en la competición -1-1 en la ida-. Dejará huella el clásico para Real Madrid y Barcelona. Los de Santiago Solari en una Copa a la que esta campaña sí se le concedió importancia, como el camino más corto a un título en un curso repleto de irregularidad. Dos duelos ante el eterno rival que marcarán el camino con la opción de quedar sin opciones en dos competiciones y tener que jugarse el todo o nada, un año más, a su torneo predilecto, la Champions.

Para los de Ernesto Valverde un torneo que ha ido ganando importancia en su actual edición según se fueron superando barreras. En principio, la eliminación de la última Liga de Campeones con el desgaste físico mostrado en Roma, invitaba a no realizar excesos. Pero un grupo liderado por un ganador natural como Leo Messi no entiende de tirar competiciones. Remontaron al Sevilla y ahora quieren extender su dominio abrumador copero, con la Liga prácticamente en el bolsillo gracias a su regularidad.

Solari tomará decisiones que marcarán su personalidad como técnico. La indisciplina en público de Gareth Bale, que se negó a seguir calentando en el Ciutat de València y a celebrar su gol con compañeros, deja al técnico argentino en una encrucijada. Con Isco no le tembló el pulso, pero ahora necesita al galés, al que incluso medita incluir en el equipo titular. Sería en detrimento de Lucas Vázquez ya que Vinicius se ha convertido en pieza intocable.

La portería la ocupará Keylor Navas, quien sabe si en su último partido del curso a no ser que Solari le de alguno de Liga si el Real Madrid avanza en Champions, y el capitán Sergio Ramos regresa a la zaga cumplida su sanción. Son los dos cambios fijos que se esperan en un equipo que puede retocar su ataque y con una duda por despejar en el lateral izquierdo. Marcelo tendrá la oportunidad en un clásico. Todo apunta a que el liguero.

El Barcelona se acogerá al gran momento de Messi y a su monopolio en la Copa -cuatro títulos consecutivos- para continuar vivo en su competición fetiche, aunque todo pasa imperiosamente por marcar en el Bernabéu en las semifinales coperas. Messi, renqueante durante unos partidos tras sufrir una contusión en el muslo ante el Valencia (2 de febrero), demostró en el último partido ante el Sevilla que se ha recuperado y lo ha hecho a lo grande: con tres goles en un escenario de los grandes. Ahora, en el Bernabéu, encara dos partidos en cuatro días, él y su equipo, para clasificarse para la final copera y para descartar prácticamente a los madridistas de la lucha por la Liga. Pese a la falta de descanso de Busquets y Rakitic, ambos son indiscutibles. Para mantener el estilo, Sergi Roberto o Carles Aleñá tienen el perfil deseado en vez de Arturo Vidal, cuya presencia garantiza más vértigo que control. Arriba, con Messi y Suárez seguros en el once, puede ser el momento de Dembélé en la posición de Coutinho.

La polémica del VAR, tras el último partido del Real Madrid en el campo del Levante, también sobrevuela el primer clásico de la semana. - Efe

LA PREVIA

Real Madrid Keylor Navas; Carvajal, Varane, Sergio Ramos, Reguilón; Casemiro, Kroos, Modric; Bale, Vinicius, Benzema..

Barcelona Ter Stegen; Semedo, Piqué, Lenglet, Alba; Busquets, Sergi Roberto, Rakitic; Messi, Suárez, Dembélé.

Árbitro Sánchez Martínez (colegio murciano).

Hora/tv 21.00 h. La 1/Gol.