lisboa - Había pocas dudas y ayer acabaron por despejarse: Iker Casillas seguirá jugando a sus 37 años en el Oporto, donde exhibe su felicidad, tras su complicada salida del Real Madrid hace cuatro años, y conquista trofeos; toda una remontada emocional y deportiva.

El portero suma 149 partidos en cuatro temporadas con los dragones, con los que ganó una Liga y una Supercopa de Portugal, y actualmente pelea por conseguir volver a ser campeón este año en la primera competición del país. Además, están en cuartos de final de la Champions.

Son resultados que le han valido la renovación, a apenas dos meses de cumplir 38 años, por una temporada más con opción a otra, según expuso el presidente del Oporto, Pinto da Costa, en una comparecencia con tintes solemnes en el Estadio Do Dragão.

El español no pudo ocultar su sonrisa y volvió a agradecer el recibimiento que tuvo al llegar en 2015 tras una dura salida del Real Madrid. En Portugal, dice, siempre han confiado en él.

“Apostar por alguien de casi 38 años no es fácil”, admitió ayer al comentar su renovación, que sorprendió a pocos especialistas lusos debido a su calidad deportiva y su felicidad, aspectos intrínsecamente ligados para explicar el gran momento de un jugador que es ya “decisivo” para el club.

“Es decisivo por dos razones: la primera es su calidad, eso no se perdió y continúa teniéndola. Es decisivo en muchos partidos. La segunda tiene que ver con el liderazgo que tiene”, explicó el analista deportivo Luís Freitas Lobo. “No se trata, matiza, de que Casillas sea el dueño del vestuario, sino del respeto con el que miran sus compañeros a quien ostenta cinco Ligas españolas, dos Copas del Rey, tres Ligas de Campeones, una Copa Intercontinental y un Mundial de Clubes, todas ellas con el Real Madrid”, dijo. - Efe