pamplona - Ha sido el título más difícil de mi carrera”, clamó Pep Guardiola tras ganar el pasado sábado la Premier League más disputada de la historia con el Manchester City y por segundo año consecutivo, algo que nadie había conseguido en Inglaterra desde que el legendario sir Alex Ferguson lo hiciera en 2009 con el United. Sin embargo el éxtasis de Pep contrasta vivamente con el drama que vive Pere, su hermano, tras el descenso virtual del Girona, que apenas ha podido sobrevivir dos temporadas en Primera División. Al terminar la primera vuelta del campeonato, el equipo dirigido por Eusebio Sacristán estaba clasificado en la novena posición. Pero en la segunda vuelta literalmente se desmoronó y tan solo pudo sumar 13 puntos en 18 jornadas. Y regresa a Segunda (salvo que tercie un milagro). Eso sí. Empató en el Camp Nou, ganó en el Santiago Bernabéu y al Atlético le derrotó en casa y le eliminó de la Copa triunfando en el mismísimo Metropolitano. Curiosa paradoja.

Pere Pons, uno de los capitanes, escribía ayer en las redes: “Hemos hecho un tramo final desastroso y nos hemos metido en el pozo, en la mierda. Pido disculpas”. Tras el partido, Eusebio también pidió perdón con lágrimas en los ojos y la voz entrecortada, asumiendo su responsabilidad en el fracaso colectivo.

Pere Guardiola, presidente de Media Base Sports, una empresa de representación de futbolistas, se hizo con el control del club catalán en agosto de 2017 mediante un acuerdo con el City Football Group. Entre ambas empresas compraron el 88,6% del total del accionariado de la entidad, ambos con un 44,3% para maquillar la estampa de su auténtico dueño, el mismo que el Manchester City, es decir, un grupo inversor de los Emiratos Árabes Unidos. Pere se mantuvo desde entonces en un discreto segundo plano delegando en Delfí Geli, el exjugador del Barça, Atlético de Madrid y Alavés, la presidencia.

Hubo además cierto escarnio en el decisivo Girona-Levante. El uruguayo Stuani marcó en el 59 provocando el delirio en Montilivi, Morales rebajó el ruido dos minutos después con el empate y en el 73 el VAR puso un punto de tragicomedia a la contienda. El árbitro del partido, Del Cerro Grande, señaló penalti a favor del Girona y expulsó a Campaña por un supuesto derribo sobre Pere Pons. Sin embargo, Gil Manzano desde el VOR instó a Del Cerro Grande a ver la acción en la pantalla y, tras revisarla, modificó su decisión inicial. Esta circunstancia caló en el ánimo de los futbolistas del conjunto catalán. Ni ellos ni el público dieron crédito cuando a falta de cuatro minutos Enis Bardhi anotaba el segundo gol que salvaba al Levante y mandaba al Girona a la ruina deportiva.

Otra cosa es la económica. En plena depresión, el Manchester City va a mantener su apoyo, anuncia el club, e incluso incrementarlo de cara a la próxima temporada con el objetivo claro de buscar de nuevo el ascenso. Le interesa también al club inglés, que tiene al Girona un equipo ideal donde foguear a buena parte de sus promesas.

en busca del triplete Y los jeques que mandan en el City están a lo que mande, encantados como están con su hermano, el más conocido, Pep, que ha logrado la hegemonía en el fútbol inglés para los cityzens. Con la Premier y la Copa de la Liga en el zurrón, el Manchester City disputará el próximo sábado ante el Watford del navarro Javi Gracia la final de la Copa de Inglaterra. Nadie duda sobre el rol de favorito que tienen los Sky Blues, que pueden terminar la campaña con el triplete. Eso sí. La final de la Champions y de la Europa League la disputarán cuatro equipos de la Premier. Y ninguno es el Manchester City.

Llegados a este punto, reinar en Europa es la asignatura pendiente de Pep, por mucho que afirmara cuando fue eliminado por el Tottenham en cuartos de final que el City no le había fichado “para ganar la Champions”.

Considerado por muchos como el mejor entrenador del mundo, Guardiola no gana el gran torneo continental desde su etapa en el Barcelona (2008-2012). En su periplo en el Bayern Múnich ganó la Bundesliga en las tres temporadas en las que estuvo ligado al club alemán.

El triunfo de Guardiola en la liga doméstica tuvo especial realce por la descomunal cabalgada final, encadenando catorce triunfos consecutivos hasta anular, y superar, los diez puntos que le sacaba el Liverpool de Jürgen Klopp, con quien ha mantenido un fascinante duelo profesional.