La Vuelta visitó en 2016, por primera vez, la localidad navarra de Urdax, y fue, por desgracia, una de las etapas más tristes de los últimos años, porque el pelotón cubrió el trazado con lentitud y tal falta de combatividad que la fuga de 12 ciclistas de la que salió el ganador obtuvo una ventaja de ¡33:54 minutos! Habrá quien le eche la culpa a los corredores y habrá quien diga que estaba muy mal diseñada una etapa con nada menos que 218,8 kilómetros, en vísperas de dos jornadas consecutivas de alta montaña (Aubisque y Formigal). Sea como sea, aquello fue una auténtica chufa. Tres años la Vuelta regresa mañana a Urdax para pagarle lo que le debe: una etapa de ciclismo de verdad. Con menos distancia (180 kilómetros), sin jornada dura al día siguiente y con un par de puertos de 2ª y 3ª a 50 y 30 kilómetros de la meta. A ver si esta vez sí se ve lo que espera la afición navarra.