A Pedro Sánchez le han recordado estos días que en 2011 puso en un tuit: “No soy fan de Scariolo y ahí es donde fallamos: en el entrenador”. Nada distinto a lo que muchos forofos del baloncesto han dicho muchos años, porque no ha sido nunca el italiano un técnico aclamado. Sánchez aprovechó la recepción a los campeones del mundo para rectificar sabiamente -“Tenemos un extraordinario entrenador”-, y aquí paz después de la gloria. Y no solo porque Scariolo haya visitado siete grandes podios desde 2011, y no solo por haber demostrado ser un tipo con suerte, que también es importante -hasta dos veces estuvo perdido el duelo con Australia-, sino porque la de China es la medalla con más valor, teniendo en cuenta ausencias y jubilaciones. En resumen, que si le diera la gana, tendría más derecho que nadie para resumir la convocatoria de elecciones con este tuit: “No soy fan de Pedro Sánchez y ahí es donde fallamos: en el presidente”.