En un párrafo

or más vueltas que le hemos dado al asunto, y pese a mirar con cariño a Deportivo y Numancia, no hemos encontrado un solo argumento serio para que se les repesque y se cree esa disparatada Segunda de 24 equipos que propone la RFEF y que obligaría a los clubes a jugar 46 partidos (que se irían a 50 para los finalistas de la promoción de ascenso). El Dépor hace bien en defender sus intereses aferrándose a lo que sea, pero la función de la Federación es velar por la equidad de las competiciones, y el equipo gallego estaba descendido antes de ese partido final ante el Fuenlabrada que no se pudo disputar. Se ponga como se ponga, el Deportivo es de Segunda B y no hay otra manera de evitarlo que con una cacicada que mandaría el terrible mensaje de que la justicia en el fútbol español no es igual para todos. A ver si se atreven o si la deportividad y el sentido común acaban imperando.