- Los clubes navarros de Segunda B y Tercera División cumplieron su promesa y ayer escenificaron su protesta por la prohibición de asistencia de público a sus encuentros, con el objetivo de que el Gobierno de Navarra dé marcha atrás a dicha prohibición. Los jugadores de la totalidad de equipos de Tercera -ayer se jugaron los 10 partidos de la jornada- se pasaron el balón durante el primer minuto de juego de cada encuentro, sin importar el equipo. También se unieron a la protesta Osasuna Promesas e Izarra, de Segunda B, Basket Navarra y Osasuna Magna -el viernes, con su presidente Tatono Arregui hablando para los medios antes del comienzo del partido-.

Los clubes consideran discriminatorio el hecho de que, con la normativa actual, se permite asistir a cines, teatros, auditorios y similares con un aforo máximo de 150 personas -en recintos cerrados-, mientras que en espacios al aire libre las actividades cuentan con un aforo máximo de 300 personas. Sin embargo, en eventos deportivos se mantiene la prohibición de acceso de público.

Esto supone un duro golpe para la economía de los clubes, que han visto reducirse sus ingresos considerablemente -sin público no hay entradas, ni consumiciones en el bar, ni sorteos y en muchos casos ni patrocinios-, mientras que sus gastos se mantienen intactos e incluso aumentan, por la necesidad de tomar medidas de higiene y de realizar test de antígenos -el coste de los tests corre a cuenta de las federaciones, por el momento, pero el de los sanitarios que los tienen que llevar a cabo lo pagan los clubes-.

Por otro lado, la mayoría de campos de Navarra están situados de manera que el público tiene la posibilidad de ver los partidos desde el exterior del recinto sin demasiadas complicaciones, y de hacerlo además sin ningún control de distancias o de temperatura, de manera contraria a lo que sucedería en el caso de que pudieran entrar a los campos. De hecho, en algunos casos, la Policía ha tenido que personarse para evitar estas situaciones.

Por todo ello, los clubes piden que se regule el acceso de público a los partidos con las mismas limitaciones que tienen a día de hoy otro tipo de actividades que en principio no tienen nada que les diferencie de un evento deportivo, es decir, un máximo del 40% del aforo, que no podrá superar los trescientos aficionados, al tratarse de instalaciones al aire libre.