Valencia, Sebas, Briñol, Mahugo, Aldave, Cisneros, Barace, Eder (Lizarraga, m.87), López (Urrutia, m.87), Aranguren (Yoldi, m.66) y Ayensa (Xiker, m.66).

Loscos, Espín, Rey (Moyano, m.73) , Xiker, Quesada, Parejo, Carrión (Morillas, m.85), Sánchez, Higón (Fernández, m.73), Gutiérrez y Alonso (Palomares, m.32).

Goles 0-1, m.92: Espín.

Árbitro Gonzalo Romero amonestó al visitante Palomaros, y apercibió al local Yoldi.

Estadio Mutilnova.

- Partido serio y muy disputado entre dos rivales parejos como son la Mutilvera y el Ebro.

En la recta final de la liga y con todo por decidirse, cada partido es un mundo y mucho más si se enfrentan dos equipos con un mismo objetivo: la permanencia. Esto hizo que los nervios se palpasen en las piernas de los jugadores cuando en los primeros compases de juego la pelota apenas rodaba con continuidad sobre el césped. Eso, además de la presión asfixiante del Ebro y la seriedad de la Mutilvera, hizo que la primera parte transcurriera sin incidencias importantes, más allá de una falta bien botada por parte del Ebro, y un misil de Javi López que ni siquiera precisaba de la intervención del guardameta visitante.

Tras el paso por los vestuarios el Ebro salía con ganas de abrir la lata y lo manifestaba con dos ocasiones claras en los dos primeros minutos. La primera era para su capitán, Espín, en una ocasión clamorosa en la que el central remataba completamente solo y Valencia blocaba el esférico sin ningún tipo de complicación. La segunda, y no tan clara, vino de una jugada individual de Quesada, que recortaba hasta dos veces en el área y terminaba sacando un disparo forzado que se marchaba fuera.

Mientras tanto los de Andoni Alonso completaban un segundo acto en el que pese a coincidir poco o nada en defensa, en la faceta ofensiva no encontraban ni los huecos ni el acierto para crear ocasiones claras.

Volvían a intentarlo los visitantes, que supieron crear peligro y que por momentos puso en serios apuros a los blancos. Esta vez era Carri el que llevaba la iniciativa ofensiva de los suyos. Un disparo escorado y otro desde la frontal tras el servicio de su compañero José Ramón, fueron las ocasiones de las que dispuso el diez del Ebro.

En el tramo final el encuentro se rompía y fue ahí donde ambos equipos tuvieron sus oportunidades. Fue entonces cuando Xiker aportaba ese toque de creatividad que tanto le faltó a la Mutilvera y dejaba solo al recién ingresado Urrutia, que se vio en serios apuros para sacar un disparo algo más efectivo.

En la siguiente jugada y con el Ebro embotellado, Xiker volvía a aparecer para realizar una internada. La defensa visitante le frenaba y lanzaba una pelota a su delantero, que marchaba solo hacia el gol hasta que Briñol decidía cortar la jugada y mandar el balón a córner. Fue en ese momento cuando se confirmaba lo peor y el testadazo de Espín se colaba en la portería de Valencia.

Duro golpe en el último asalto para la Mutilvera, que tendrá que esperar para confirmar la salvación.