Un mural que hace barrio, y un barrio más seguro. Más de medio centenar de txikis, niños y niñas de Ermitagaña y Mendebaldea, han creado un mural colaborativo para dar color al pasaje de Bartolomé de Carranza. La idea no solo consigue decorar este inhóspito espacio gris y desapacible, sino, a la vez, dotarle de mayor seguridad, ya que para los menores es un lugar oscuro y poco acogedor, a pesar de que es ruta de paso hacia los colegios. El mural se inauguró ayer antes del chupinazo de las fiestas del barrio.
Todo ello ha sido posible gracias a Hazialdea, la una asociación comunitaria que trabaja por la convivencia y el desarrollo del barrio de Ermitagaña-Mendebaldea a través de proyectos educativos y participativos. Maite Herranz y Sara Garralda, son las dos trabajadoras sociales encargadas del acompañamiento social y gestión de los proyectos, y junto a ellas también han colaborado Silvia Esteba de Scout Dendari Izar, y la ilustradora Julia Subiza.
De este modo, el mural, que se inauguró ayer en el inicio de las fiestas, se compone de “los espacios y elementos del barrio que nos generan bienestar como las personas que queremos y nos apoyan, la huerta comunitaria Loraldea, las zonas naturales y peatonales, los espacios al aire libre en el que practicar deporte y otras actividades compartidas”, detalla el equipo.
Un lugar inseguro
La idea de pintar un mural en una zona del barrio, en concreto, una de las paredes del túnel de Bartolomé de Carranza, conocido también como pasadizo de la Variante, nació, como explica Maite Herranz, de un trabajo sobre el barrio realizado hace años, “En el diagnóstico comunitario de la población infanto-juvenil de Ermitagaña-Mendebaldea realizado en 2019 por Hazialdea, con el apoyo de la UPNA y Ayuntamiento de Pamplona, se detectaron diferentes necesidades que conectan con este proyecto de mural. Participaron más de 325 menores de entre 7 y 16 años de los centros educativos del barrio”.
Según se recogía textualmente en aquel documento, se concluyó “la necesidad de trabajar la identidad y pertenencia al barrio a través de proyectos en los que el vecindario sea el protagonista”, la “reactivación de la zona central del barrio próxima al Paseo Bartolomé de Carranza” y “la amabilización de zonas identificadas como inseguras por los menores”. Y una de estas zonas consideradas inseguras para los txikis del barrio era, precisamente, el paso subterráneo/túnel de la variante en el Paseo Bartolomé de Carranza: “Por su oscuridad, diseño y deterioro, y porque al mismo tiempo este túnel es una zona de paso para rutas escolares y permite la movilidad peatonal en el barrio”.
Tras la realización del diagnóstico, según explican, se mejoró la iluminación del paso subterráneo y, 6 años después, se ha realizado un primer mural que busca, según explican las educadoras, “generar emociones más agradables y sensibilizar a la población con mensajes vinculados al bienestar emocional”.
Comunic-arte
El interesante proyecto con la infancia recibe el nombre de Comunic-arte y tiene “un enfoque preventivo y de promoción del bienestar emocional”. Se trata de la tercera edición del proyecto comunitario, impulsado por la Asociación Hazialdea y el Grupo Scout Dendari Izar, todo ello con la ilustadora que ha diseñado y elaborado el mural, Julia Subiza. Este año han contado con subvención del Instituto de Salud Pública y Laboral con 3.490 euros, en la línea de programas comunitarios de promoción del bienestar emocional.
Se diseñó a lo largo de cinco talleres grupales, con adolescentes y jóvenes de las asociaciones del barrio: “Se trabajaron temas como el autoconcepto y la autoestima, la comunicación de las emociones y la comunidad como apoyo y protección. Una de las conclusiones de los talleres fue la importancia del entorno, de todo lo que nos rodea, para el bienestar emocional”. En total, 55 personas, de 10 a 30 años han acudido a los talleres grupales, y, a la hora de darle forma, 45 personas de todas las edades han estado pintando. Haciendo barrio.