BAZTAN Burguete, Aguirre, Igarabide, Azpiroz III (Martínez), Andoni Goñi (Merino), Azpiroz I (Elorza), Bosse, Álvaro, Lizarza (Imanol Goñi), Ariztia (Dendarieta) y Astiz.

CORELLANO Aingeru, David, Simón, Jaime, Mario, Sergio (Alberto), Raúl, Arias (Javier), Asier, Daniel Israel) e Isaac.

Árbitro Javier Fernández Santesteban, con Ballano y Brustenga.

Estadio Giltxaurdi, calorazo, 30º al sol, unos 100 espectadores en el campo y casi otros tantos de la “demencia” del chopo en el exterior.

El Baztan y el Corellano empataron a cero en Elizondo, lo que a los visitantes les supone un punto de tranquilidad, y a los de casa la cruda realidad de que ya no queda más cera que la que arde y dicen adiós a una categoría en la que se ha disfrutado a base de bien. Esta vez sí, porque algunos se agarraban a la distancia con el Subiza, pero sin ver que el cálculo conjunto con la Peña Azagresa y el Bidezarra negaba toda posibilidad. En el campo, el Baztan dominó ampliamente toda la primera mitad, a salvo de los achuchones del Corellano que aguantaba tranquilo ante la falta de gol del equipo local, la misma que durante toda la temporada.

Además, el colegiado no daba señal alguna de valorar lo que pasaba en el área visitante, en una entrada a Bosse (m. 23) que le levantó del suelo un metro, y volvería a hacerlo (m. 87) al mismo jugador, en patada que aseguraron oir en Belate. En ninguna de las dos, no se sancionó ni con falta lo que protestó la afición ruidosamente.

A todo esto, los de Adolfo Echeverria estaban a lo suyo, el juego se igualó en la segunda mitad, y planteó cuatro ocasiones, una de Sergio y tres de Isaac, que eran gol o gol de no ser porque se encontraron con Burguete, el joven portero local, que firmó otras tantas intervenciones espléndidas. El chaval, titular desde hace tres jornadas, que fue de largo el mejor, sigue sin recoger el balón de su red.

Al final, el Baztan que revolucionó el equipo con los cambios, seguía en busca del gol con balones que se iban arriba, y la propina que regaló el arbitro no sirvió de nada. El empate y la victoria del Subiza acaban con todo, y hace temer la desbandada de muy buena gente que ha dado lo mejor de su vida deportiva.