Dicen que el fútbol regala amigos, y uno de los mejores ejemplos lo protagonizan Rodrigo Fernández de Barrera e Íñigo Ardanaz, técnicos de Beti Kozkor y Ardoi, que esta tarde a partir de las 17.30 horas pasan a ser rivales por conseguir el último billete que da acceso a la Segunda RFEF, una categoría en la que les esperan Osasuna Promesas, Mutilvera, Izarra, Peña Sport y San Juan.

Pero solamente puede quedar uno. 90 o 120 minutos después de que el colegiado pite el inicio, la fase de ascenso pondrá punto final y uno de los dos equipos hará historia. Nunca antes, ni en Lekunberri ni en Zizur, han competido en una categoría superior a la Tercera División Navarra.

Para Rodrigo Fernández de Barrena, ascender será poner la guinda al pastel y cerrar de la mejor manera posible la época más exitosa del club de Lekunberri. En el otro lado, Íñigo Ardanaz, que se deshace en elogios hacia el club y su plantilla por el año que han pasado, daría un paso más en su carrera como técnico, y conseguiría un premio que no pudo alcanzar con Oberena.

Rodri e Íñigo. Íñigo y Rodri. Dos amigos que se admiran, se quieren y se respetan. Sentados en una terraza en la Plaza del Castillo, bromean antes de la disputa del partido y rememoran las cinco veces que se han enfrentado antes, que se saldan con dos triunfos para Rodri, uno para Íñigo y dos empates.

Llegan al partido ya sin secretos.

Íñigo: ­­-Nos conocemos mucho, no solo en lo personal, sino que también lo es en lo futbolístico. Hemos compartido cursos de entrenadores, ahí es donde empezamos nuestra relación y hablábamos de fútbol. En esas conversaciones es inevitable que cada uno hable de su forma de entrenar, de cómo gestiona su equipo en todos sus aspectos y es normal que nos conozcamos. Sí que es verdad que es más fácil para mí, porque Rodri ha estado únicamente en el Beti Kozkor, casi siempre con la misma idea de juego, que para él, que yo he estado en Oberena como en Ardoi, pero no he variado mucho.

Rodri: Es un partido en el que no intervienen ni las tácticas. Vamos a llegar los dos equipos justos de fuerzas, hará calor y ha sido un año largo. Ya dije en su día que si no tenía que ascender yo, aunque no me gusta perder nunca, con el que menos me importaría perder era con Íñigo, porque aunque le considero un magnífico entrenador es la mejor persona que me ha regalado el fútbol. Estuve entrenando en el Ardoi dos años, conozco a mucha gente de allá. No me voy a alegrar si pierdo, pero será una derrota menos dolorosa, un mal menor.

¿Cómo se gestionan estos partidos?

Í: -Rodri dice que igual no es el partido más táctico y tiene razón. Lo más importante es cómo manejamos las emociones de los chicos, en cuanto a nerviosismo, ansiedad, ilusión… un poco todo lo que rodea el partido. No sé cómo se está viviendo en Lekunberri, pero en Zizur es algo histórico. Ya lo fue el del sábado pasado y aún lo es más el de ahora. Hay que cuidar ese aspecto emocional entre semana y el sábado. En la primera parte del partido de semifinales ya lo acusamos y se notó, a pesar de que los jugadores tenían una actitud y una concentración de diez, pero sí que tenían esa precipitación de los nervios que supuso que esa primera parte fuera de las peores que hemos hecho esta temporada. Somos dos equipos muy jóvenes, la gran mayoría no pasa de los 24 años y es un aspecto importante.

R: -Nerviosismo nosotros no vamos a tener. La semana pasada hicimos uno de los mejores partidos de la temporada. Lo que hay en la plantilla es un estímulo diferente porque lo ven, ya no solo como mi último partido, sino como la última bala de poder seguir juntos una temporada más y de poder subir a Segunda B (lo que ahora se llamará Segunda RFEF). Están muy mentalizados, muy seguros de lo que van a conseguir, pero sí que es cierto que cuando acabó el partido ante el Itaroa Huarte se vinieron todos abajo. Puede ser que por el momento en el que metes el gol, pero eran 22 personas llorando desconsoladamente en el campo, y vamos a tener que manejar eso, a parte del cansancio, que llegan tocados. Nos ha tocado vivir la peor cara. El año pasado en Mutilva, este año hemos visto ascender a la Peña Sport y los chicos están deseando que llegue el momento de ponerse en el otro lado.

Rodri, está siendo una semana de asimilar emociones...

R: -Sí. Para mí esta semana ha sido muy difícil. Entrenar en Lekunberri después de ocho años y saber que es la última semana… el primero que tiene que saber gestionarlo para sí mismo soy yo. Dentro de la dificultad que va a tener para mí, tendré que hacerlo para los demás. El lunes por la mañana estaba tranquilo, pero por la tarde ya con el primer entrenamiento fue complicada. La del martes más aún y la del jueves ha sido muy difícil. El final del partido será peor.

Todo este buen ambiente que tienen ahora, ¿seguirá en el minuto 1?

Í: -Te voy a ser sincero. Es verdad que la segunda vez que nos enfrentamos fue complicada, porque nosotros con Oberena nos jugábamos el descenso a Autonómica, pero esta es la más importante o la que más repercusión tiene. Yo tengo claro que cuando pite el árbitro Rodri no deja de ser mi amigo, pero pasa a ser mi rival en un partido de fútbol, en el que solo puede ganar uno. Pasa a ser mi contrincante pero de la manera más deportiva posible. Siempre lo hemos llevado así y entiendo que tiene que pasar algo muy raro para que tengamos un rifirrafe en el partido. Y si lo tenemos, tengo claro que en el minuto 1 después de que pite el final no habrá ningún problema.

R: -A parte de que nos conocemos mucho, yo conozco a todo su cuerpo técnico y ellos a nosotros. Puede haber algún momento de tensión en el partido, pero es fútbol. Acabará como sea, el que pierda le dará un abrazo al otro y dentro de lo fastidiado que esté se alegrará por el otro.

Í: Desde luego.

Les voy a poner en situación. Minuto 75 de partido, y el resultado es 0-1. ¿Cómo gestionan el final?

R: -El partido del sábado pasado ante Itaroa Huarte fue el que más nervioso he estado hasta ahora. Desde el minuto cero hasta el 103 que nos hicieron el gol. Y ahí fue cuando me relajé y empecé a ver el partido de la manera en la que lo tenía que ver. Creo que hemos aprendido de ello, de gestionar las emociones. Esto es lo que hablé con la plantilla en el minuto 105 de la prórroga, en el descanso, cuando íbamos 0-1. Solo nos quedaba meter un gol en quince minutos, algo que hemos conseguido un montón de veces. Hay que saber qué demanda el partido y no perder la calma fuera para que no la pierdan dentro.

Í: No me importaría empezar el partido en el partido 0-1 en el minuto 75, me adapto a las circunstancias (se ríe). Te tienes que poner en las circunstancias. No solamente es ganar 0-1 en el 75, sino saber cuántos cambios te quedan, cómo está el equipo, el rival… Para nosotros sería un escenario deseado, pero sabemos que el Beti Kozkor en su campo es un rival dificilísimo, que no ha perdido desde mayo de 2019 y que en los minutos finales saca muchísimos puntos.

¿Qué les van diciendo en Lekunberri y en Zizur los vecinos?

R: -En Lekunberri sí que ha habido un posicionamiento más cercano al equipo este año. La gente está con ganas de que llegue el partido. No sé qué respuesta habrá por parte de los aficionados, pero sí hay gente que nunca se ha preocupado por el equipo que ahora está pendiente. Somos un pueblo de 1.200 habitantes, hay seis jugadores del pueblo, gente de los alrededores o chicos que llevan muchos años en el club. Es un partido importante y esperemos que la gente responda, esté el campo lleno y les podamos dar una alegría.

Í: -Empezando por la plantilla, que es un lujazo entrenar esta semana, viéndoles la ilusión y las ganas que tienen y lo que están disfrutando con estos partidos, algo extensible a la directiva, que es una pasada el apoyo que tenemos de toda la directiva del club y luego creo yo que eso se va extendiendo al pueblo de Zizur. La gran mayoría de la plantilla es de casa y eso se nota en la familia y amigos. Ellos están percibiendo un apoyo grande, una ilusión grande y eso les refuerza y les hace darse cuenta de la importancia de lo que están consiguiendo. En el mundo en el que nos movemos, que no somos profesionales y no vivimos de ello, yo siempre les digo que hay que intentar vivir sensaciones parecidas a las que vive esa gente. Por que si no ¿para qué estamos aquí? Tanto los jugadores como los entrenadores invertimos mucho tiempo para esto y jugar este tipo de partidos es lo que le da un poco de sentido a todo esto. Y en Zizur esto es palpable.

Para los capitanes también será una cita especial.

R: -Empezó Pitu hace ocho años y a lo largo de esa primera temporada, contando los jugadores que están ahora solo siguen Hodei, Orgi y Celi, que se unieron ese año en Primera Regional y esta trayectoria les ha llevado a ser los capitanes del equipo y jugadores importantes. Es bueno por los tres, pero sobre todo por Pitu, porque lo conozco desde hace tiempo y ha vivido todo esto. Lo que nos costó llegar a Lekunberri, hacer un equipo de Primera Regional con lo que supuso para todo el pueblo y dar todos los pasos que hemos dado hasta ahora. Este año no ha tenido los partidos que hubiera querido, pero es un líder. No lleva nunca el brazalete porque para mí nunca va a ser el capitán un portero. Pero es el líder del vestuario, el que empuja cuando peor están las cosas y el que más ha sufrido también, porque es amigo mío desde hace muchísimo tiempo, y ha estado presente en toda esta situación que he vivido yo en el campo, en casa con la familia y con todos los demás y tiene esa sensación de poder acabar este ciclo de ocho años con un ascenso que para él va a ser muy importante.

Í: Los capitanes siempre son un enlace entre la plantilla y el entrenador y te hacen ver igual cosas que no sabes, pero siempre es importante tenerlos cerca para preguntarles, pedirles su opinión, que echen una mano en los momentos difíciles. Coincide que suelen ser gente veterana en nuestro caso. Gente como Dani Blanco, Alvarito o Pablo Martínez son jugadores que ya tienen su experiencia en Tercera y tienen muchos años en el club y en la categoría y seguro que su experiencia es definitiva para el sábado.

¿Qué supondría el ascenso?

R: -El que más lloró el sábado fui yo, porque, al final, ya te vas dando cuenta de que esto acaba. Y más cuando acaba de una manera que yo jamás hubiera querido que terminara. En mi mente siempre estaba haber seguido en Lekunberri en la categoría que fuera. Va a ser un partido complicado, pero ascender va a ser el colofón. Cuando subíamos de Regional a Preferente pensábamos que era la leche, cuando subimos a Autonómica también, llegar a Tercera era un sueño y ya disputar las fases era algo que no imaginábamos. Este equipo siempre ha creído, ha trabajado en ello y se ha puesto techos que los ha roto y que pueda competir en Segunda RFEF creo que está lejos de cualquier lógica. Para mí sería un sueño, porque cuando empecé con este equipo en 2013 era la primera vez que cogía un equipo sénior. Me acordaré de la primera charla que di en Lezkairu ante el Mendillorri y lo voy a dejar dando una charla a un equipo que pelea por subir a Segunda RFEF. Se multiplica por mil la ilusión del primer día.

Í: -Para mí, en lo personal, sería el premio a mucho trabajo de todos estos años, desde que me hice entrenador, que era algo que no tenía en la cabeza al 100%. Sería una satisfacción muy grande, pero me gustaría que se consiguiera por el entorno. Por mi cuerpo técnico, que son una pasada de gente que siempre está a mi lado, que pierde horas, que deja de hacer cosas por el equipo, por la plantilla y por el club. Porque se lo merecen. Son gente que nos ha llegado a nosotros y creo que nosotros a ellos también. Para mí esto me encanta que pase en Zizur.

¿Hasta qué punto sirve la experiencia?

Í: -La experiencia es buena en todos los aspectos de la vida. Son cosas que hay que tener siempre en cuenta y que le ayuda a uno mismo a afrontar lo que le viene por delante. En el fútbol también. Sí que es verdad que ese bagaje de partidos que hayas podido disputar de esa tensión te puede ayudar como por el ejemplo el otro día a Rodri cuando encaja el gol ante el Huarte. Son argumentos que tenemos para poder mejorar al equipo en estos partidos. Y nosotros tenemos los partidos de Oberena y lo de este año.

R: -Es el tercer play off seguido y cada uno es diferente. Hemos madurado mucho, tanto nosotros como los jugadores, sobre todo desde ese play off en Mallorca, que para nosotros fue un premio. El año pasado fue muy difíciles ascender y este año lo tenemos en la mano. La experiencia y los partidos te da un plus, claro.

¿Se animan con un pronóstico?

R: -Antes de nada yo quiero agradecer el apoyo de los jugadores durante este tiempo en Lekunberri, en especial este año, y sobre todo por todo el apoyo de mi familia durante estos meses para que yo ahora pueda estar sentado aquí. Sobre todo a mi mujer Arantza y a mis hijos Julen y Enara, que son los que han sufrido todas estas malas sensaciones y mala convivencia que hayamos podido tener en casa propio de este estado anímico; a mis padres y por extensión a mis hermanos y a la familia de mi mujer. En cuanto al pronóstico, espero un 2-1 en el 90.

Í: -1-2, antes del 90. Sin prórroga.